Combatir con el toro duele
Los avances m¨¦dicos evitan que muchas cogidas acaben en tragedia
?V¨¢monos de aqu¨ª, que este payo nos quiere enga?ar! Eso le dijo un d¨ªa el torero Mat¨ªas Tejela (que se recupera ahora de dos cornadas que sufri¨® el s¨¢bado en Nimes) a su apoderado cuando escuch¨® del m¨¦dico ?ngel Villamor que la lesi¨®n ¨®sea que padec¨ªa, y para la que le hab¨ªan augurado cuatro meses de recuperaci¨®n, se pod¨ªa curar en s¨®lo tres semanas.
Fue Tejela uno de los primeros matadores a los que atendi¨®. Su pron¨®stico fue tan acertado que pronto comenz¨® a pasar un rosario de diestros por la consulta de este especialista convertido por el gremio taurino en casi un gur¨²: "En cierto sentido, los toreros y deportistas hacen de conejillos de indias, gracias a los cuales se ha posibilitado un espectacular avance de la traumatolog¨ªa. Su exigencia de restablecerse cuanto antes nos hace desarrollar las t¨¦cnicas m¨¢s eficientes, que luego son de enorme utilidad en pacientes de todo tipo", dice Villamor.
Pero el torero tiene una particularidad: "Tienen asumido el dolor como algo que forma parte de su vida, y que el combate con el toro les puede generar dolor".
Afortunadamente, hace ya muchos a?os que un torero no muere en la plaza. El ¨²ltimo, el banderillero Curro Valencia, en 1996, en la plaza de toros de la misma ciudad de la que -crueldades del destino- tom¨® el apodo. Ello no quiere decir que los toros no sigan cogiendo y haciendo mucho da?o. La pasada temporada registr¨® un elevad¨ªsimo n¨²mero de percances que obligaron a "pasar por el hule" a muchos toreros.
Y es que la alt¨ªsima competitividad que se registra en el mundo de los toros lleva a sus protagonistas a exponerse cada vez m¨¢s y a jug¨¢rsela. Ahora mismo, Jos¨¦ Tom¨¢s convalece ya en su domicilio de la grave cornada en el cuello padecida en la Feria de Jerez, lo que no le impidi¨® dar la vuelta al ruedo tras cortarle la oreja al toro que se la infiri¨®. El pit¨®n del astado no le toc¨® la yugular por escas¨ªsimos mil¨ªmetros, y la gravedad de la cornada result¨® ser bastante mayor de lo que aparentaba la actitud del de Galapagar paseando la oreja por el albero jerezano.
Es un t¨®pico decir que los toreros est¨¢n hechos de una pasta especial, pero lo cierto es que cualquiera de las lesiones que padecen de manera casi cotidiana supondr¨ªa para otra persona una turbaci¨®n mucho mayor. Un caso pasmoso es el del diestro catal¨¢n Seraf¨ªn Mar¨ªn, cosido a cornadas en las dos ¨²ltimas temporadas, pese a lo cual ha sido capaz de remontar sus efectos f¨ªsicos y psicol¨®gicos y de depurar a¨²n m¨¢s su toreo. Tambi¨¦n est¨¢ en manos de Villamor, tras sufrir la fractura de una v¨¦rtebra dorsal por una fort¨ªsima voltereta en la plaza de Zaragoza el pasado abril. Sobre su condici¨®n de paciente, comenta Villamor con complacencia: "Seraf¨ªn es una persona absolutamente positiva, y esto facilita enormemente su recuperaci¨®n". Por ello el diestro catal¨¢n s¨®lo perder¨¢ la primera de las dos corridas contratadas en este San Isidro, cuando sus perspectivas de convalecencia eran en principio mucho m¨¢s largas.
El pasado a?o cobr¨® tambi¨¦n Mar¨ªn una cornada en la madrile?a Feria de Ajalvir que le perfor¨® el pulm¨®n y que en tiempos no muy lejanos habr¨ªa podido resultar mortal. Pero, gracias a los avances m¨¦dicos en las t¨¦cnicas de sutura, y farmac¨¦uticos en la elaboraci¨®n de antibi¨®ticos de amplio espectro para controlar las infecciones -¨¦stas son el aut¨¦ntico enemigo de las heridas por asta de toro-, este tipo de cornadas no conllevan ya el alt¨ªsimo riesgo de anta?o.
La cada vez mayor calificaci¨®n de los cirujanos que operan de emergencia en las plazas y la transmisi¨®n de sus experiencias en congresos espec¨ªficos de cirug¨ªa taurina, son el otro importante factor que ha salvado muchas vidas en los ¨²ltimos a?os. La existencia de quir¨®fanos en unidades m¨®viles, perfectamente equipados, que el reglamento exige contratar a las empresas en las plazas port¨¢tiles que carezcan de enfermer¨ªa, han supuesto asimismo una importante salvaguarda para la vida de quien se pone delante de un toro.
Babelia
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