El placer del ¨¦xito m¨¢s dif¨ªcil
El deporte no se acabar¨¢ mientras se produzcan gestas como las del Ciudad Real. Parece que los hados y el azar hab¨ªan marcado esta fecha en la historia del balonmano. Nuevamente, la realidad supera a los mejores guionistas.
La situaci¨®n era adversa para el Ciudad Real: como rival, el te¨®ricamente mejor equipo, el Kiel; derrota por dos goles en la ida (27-29); lesiones (Rodr¨ªguez, Rutenka, Davis, Ur¨ªos y Metlicic) y la presi¨®n del Spark?se, con toda la potencia y la fastuosidad alemana. Sin embargo, apareci¨® el milagro. El Ciudad Real, campe¨®n de Europa. El t¨ªtulo m¨¢s so?ado contra el adversario deseado, el Kiel, que no hab¨ªa perdido en su casa desde hac¨ªa dos a?os. T¨ªtulo que se suma a los otros cuatro de esta temporada. Ha ganado todas las competiciones. El a?o de oro del Ciudad Real.
?D¨®nde se construy¨® la victoria? Talant lo decidi¨® nada m¨¢s acabar la ida. Se hab¨ªa perdido la primera parte, pero la final duraba 120 minutos y estaban dispuestos a coronar el Alpe d'Huez en el infierno del norte. La conjura se manifest¨® todo el partido.
El Ciudad Real consigui¨® lo m¨¢s dif¨ªcil desde el inicio. Domin¨® la estrategia y el ritmo. El Kiel no deb¨ªa imponer el suyo y hab¨ªa que impedir sus rachas. As¨ª, no se encontr¨® nunca c¨®modo y s¨®lo se aprovech¨® de la ¨²nica laguna del Ciudad Real pocos minutos antes del descanso con un parcial de 5-1.
El Ciudad Real fue campe¨®n por su entereza, su dominio de los ritmos y su control en los momentos dif¨ªciles. En medio del conjunto hay que remarcar nombres. Stefansson fue el mejor, y no s¨®lo por sus goles. Ausente Metlicic, jug¨® en el ataque y la defensa, contraatac¨®, super¨® a Omeyer y mantuvo el equilibrio pese a la dureza contraria. Es el jugador de m¨¢s calidad del mundo. Un zidane. Y siempre es gratificante que la clase se imponga a la fuerza.
Sterbik es la heterodoxia que se mueve como pez en el agua en los grandes acontecimientos. Necesita la adrenalina de la gran competici¨®n para rendir al m¨¢ximo. ?Que los j¨®venes porteros s¨®lo se fijen en lo que para, no en c¨®mo! Impresionante. Intimidador. Incomprensiblemente r¨¢pido y ¨¢gil, intuitivo. Descentr¨® a los tiradores.
Kallman estuvo otra vez a gran nivel. Fue un problema para el ataque alem¨¢n desde el avanzado de la defensa, especialmente para Karabatic. S¨®lo fall¨® un par de lanzamientos y los consigui¨® de todos los tipos. En contraataque, desde el extremo, en circulaci¨®n. ?Una pesadilla! Est¨¢ viviendo su mejor etapa.
La defensa estuvo, esta vez s¨ª, a gran nivel. En la ida tuvo demasiados problemas, no se ajustaron las distancias y el Kiel combin¨® de forma eficaz y repetida hasta el punto de que se tuvo que bajar al 6-0 en la segunda parte. Pero ayer el bloque central funcion¨® perfectamente. Dinart, Morros, Pajovic, Entrerr¨ªos, Stefansson y Kallman cerraron todas las opciones de lanzamiento exterior y las combinaciones con el pivote a pesar del gran trabajo de Alhm. El ¨²nico punto negro lo puso Zeitz en la tangana. Pero los jugadores del Ciudad Real mostraron su aplomo y s¨®lo Zorman se equivoc¨® con un espectador. Como dijo Valero Rivera, deber¨ªan excluir a Zeitz.
?Qu¨¦ significa este triunfo? Indudablemente, un exitazo para el Ciudad Real y todo lo que representa en Castilla-La Mancha. Pero tambi¨¦n para el balonmano espa?ol. Su pugna con el alem¨¢n se prolonga desde hace m¨¢s de 20 a?os, a partir de la ca¨ªda de la estructura estatalizada de los pa¨ªses del Este. El poder econ¨®mico alem¨¢n, el culto a las estrellas y su mercadotecnia contra la primac¨ªa del equipo, del trabajo, del esfuerzo en medio de un cierto provincianismo de gesti¨®n y algunos problemas econ¨®micos.
Hasta ahora, el balance es netamente espa?ol. Doce Champions a dos desde los noventa. Nuestros campeones, Barcelona, Portland, Teka, Bidasoa y Ciudad Real, contra Magdeburgo y Kiel. Sin embargo, este t¨ªtulo sabe mejor porque se ten¨ªa la impresi¨®n de que el Kiel iba a marcar una era.
El Ciudad Real demostr¨® que est¨¢ preparado para el reto. Se construy¨® para ello aunque a veces le faltaba ¨¦pica. Ayer se disiparon todas las dudas. Felicidades.
Jordi ?lvaro es profesor de la Universidad Europea de Madrid y fue entrenador del Atl¨¦tico.
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