Tragicomedia en el Lliure con el Bar?a de fondo
Todo empez¨® cuando el dramaturgo David Plana (Manlleu, 1969) recibi¨® el encargo de escribir una obra sobre el Bar?a para el Teatre Lliure de Barcelona. El autor, "cul¨¦ moderado", tuvo las l¨®gicas dudas acerca de c¨®mo encararlo. Y opt¨® por "hacer trampas", es decir, por utilizar el club como tel¨®n de fondo "para hablar de otras cosas". En realidad, su condici¨®n de forofo de baja intensidad le permit¨ªa una mirada distanciada "sobre el club y lo que significa en nuestra sociedad".
El resultado es una reflexi¨®n sobre el poder y sobre el comercio de todo tipo de cosas y valores. En la pieza, titulada D¨ªa de partido, el hoy descalabrado equipo tiene, sin embargo, m¨¢s presencia de lo pensado en un principio. Dirigida por Rafel Duran, se representar¨¢ en el Espai Lliure desde el pr¨®ximo jueves 15 de mayo hasta el 8 de junio.
Chantal Aim¨¦e, Joan Carreras, Julio Manrique, Maria Molins y F¨¦lix Pons son los int¨¦rpretes de la obra, en la que aparece tambi¨¦n la voz en off de Bruno Oro como locutor de radio. "Siempre me han dicho que para saber qui¨¦n es importante en Catalu?a debo fijarme en la primera fila del palco de presidencia", se?ala Duran.
El partido del siglo
Esa met¨¢fora del poder tiene mucho sentido en esta historia, que arranca un domingo en un bar y se desarrolla a lo largo de una semana en torno a un Bar?a-Madrid con todos los t¨®picos relacionados con un partido de estas caracter¨ªsticas.
En el establecimiento coinciden un ex alto cargo obsesionado a¨²n con los privilegios perdidos y un superviviente, reci¨¦n salido de la c¨¢rcel, que trapichea con todo tipo de bienes. En este caso, la mercanc¨ªa preciada son unas entradas para el encuentro que permitir¨ªan al pol¨ªtico en desgracia volver a codearse con las fuerzas vivas de su pa¨ªs y recuperar, quiz¨¢, la influencia perdida.
Una ex prostituta en proceso de reconstruir su vida que trabaja como limpiadora en el campo del Bar?a, un consejero de la Generalitat en la cima de su carrera y una profesora universitaria completan el paisanaje de esta obra, que evita hablar de referencias concretas salvo en alg¨²n peque?o detalle, como una camiseta de Ronaldinho que circula por el patio de butacas.
Babelia
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