El triunfo de la melancol¨ªa entre los creadores europeos
V¨ªctor Erice y Theo Angelopoulos, una misma manera de ver las pel¨ªculas
La voz de V¨ªctor Erice suena a ratos seca, a ratos apasionada, siempre rotunda. Incisivo en su lenguaje, Erice (Carranza, Vizcaya, 1940) habla con igual claridad en el documental Un lugar en el cine, de Alberto Morais, que en la charla con su compa?ero de pantalla, otro grande del cine europeo, Theo Angelopoulos (Atenas, 1935). La falta de financiaci¨®n dej¨® el filme en estado de "intento", seg¨²n Morais. Y por ello en pantalla Erice -El Sur, El esp¨ªritu de la colmena- describe los inicios del neorrealismo, con Roma, ciudad abierta, de Roberto Rossellini, mientras que Angelopoulos -La mirada de Ulises, Paisaje en la niebla- incide en la importancia de Pier Paolo Pasolini, el epicentro en la sombra de Un lugar en el cine. Erice recuerda que Rossellini vendi¨® hasta sus muebles para rodar su primer gran t¨ªtulo, "un compromiso vital".
Angelopoulos: "En mi infancia yo iba a las salas como a una fiesta"
"Hoy parece que da verg¨¹enza hablar del cine como arte", asegura Erice
V¨ªctor Erice. ?Compromiso? Eso es un clich¨¦ period¨ªstico. Se usa para desmovilizar las aut¨¦nticas ideas. El compromiso se define con respecto a tu propia obra cinematogr¨¢fica. Si las pel¨ªculas no encarnan lo que pensamos, hemos fracasado. Aunque la historia del arte est¨¢ llena de ejemplos de creadores de impecable comportamiento en su vida civil, que han realizado obras conservadoras. Y viceversa, como John Ford. Pasolini es un modelo del conflicto entre historia y poes¨ªa que ilumina su cine. Igual que Theo. Luchas entre dar testimonio de lo que ocurre y a la vez mostrar la vida como deber¨ªa ser. Hablas de la derrota que oculta toda victoria, de lo que hoy no se habla porque vivimos una ¨¦poca de desmitificaci¨®n. Surge la visi¨®n posmoderna, que defiende que no existe m¨¢s que el mercado. Desgraciadamente, Theo y yo no somos posmodernos, porque nos habr¨ªa ido mucho mejor.
Theo Angelopoulos. Firmo cada una de las palabras de V¨ªctor.
V. E. Pertenecemos a una generaci¨®n que vivi¨® la experiencia del cine como un acto p¨²blico. Vi mi primera pel¨ªcula a los cinco a?os, rodeado de gente. Ir al cine significaba abandonar la escuela, la familia, juntarte con los amigos y encontrar a los otros, de todas edades y clases.
Pregunta. Scorsese aseguraba que, para ¨¦l, ir al cine era como ir a misa. Un acto social, rodeado de gente, y a la vez ¨ªntimo, porque recib¨ªas algo especial.
T. A. En mi infancia, yo iba a las salas como a una fiesta, con amigos, vecinos... Era una acci¨®n social, surg¨ªan amigos, amores...
V. E. El cine, cuando naci¨®, se le llamaba el teatro de los pobres. La evoluci¨®n tecnol¨®gica y los poderes establecidos han encerrado el cine en la privacidad dom¨¦stica...
T. A. Perdona que te interrumpa: la televisi¨®n ha destruido lo social, porque la ves solo. El cine es otra cosa.
V. E. No quiero ahondar en la impresi¨®n de que los viejos rockeros lloran. S¨ª que nos preside el ¨¢ngel de la melancol¨ªa. El mundo actual es como es y debes encontrar nuevas formas. Yo mismo he evolucionado como cineasta. Hay que seguir con los medios que el presente te ofrece. Ahora soy m¨¢s flexible como artista. Mis ¨²ltimos trabajos los he hecho con gente absolutamente joven, a la que transmito mi experiencia, y ellos me ayudan en esas peque?as pel¨ªculas que por desgracia no pueden verse en los canales tradicionales. El cine se rige hoy por criterios economicistas y dejan un lugar muy precario para otras propuestas. A Theo y a m¨ª nos han arrinconado a ese espacio, cuando en nuestros or¨ªgenes cre¨ªamos, y a¨²n creemos, en que nuestros filmes pueden ser populares.
T. A. Hoy es imposible estrenar un filme de cuatro horas y antes eran taquilleras.
V. E. El poder ha dejado en manos de los mercaderes el cine en este pa¨ªs. Y de vez en cuando dan alguna ayuda al arte para blanquear conciencias.
T. A. En Grecia pasa igual. Es un problema de educaci¨®n. El cine vive una existencia vicaria con respecto a la tele.
V. E. Chaplin fue el artista m¨¢s importante del siglo XX. M¨¢s que Picasso, porque el cine es el arte m¨¢s popular. Y ante Chaplin, cualquier humano siente. Yo vi Roma, ciudad abierta en un pase clandestino porque pag¨¢bamos a un aduanero en el aeropuerto de Barajas para que nos avisara cuando estaban de paso por all¨ª t¨ªtulos prohibidos. Los cog¨ªamos, hac¨ªamos una proyecci¨®n privada y los devolv¨ªamos. Eso nos un¨ªa. Hoy, los tiempos son m¨¢s confusos y vac¨ªos. Y parece que da verg¨¹enza hablar del cine como arte.
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