Un s¨ªmbolo in¨¦dito

Ayer, una vez terminado el funeral de Estado por Juan Manuel Pi?uel, el guardia civil asesinado la v¨ªspera por ETA en Legutiano (?lava), la presidenta del Parlamento vasco, Izaskun Bilbao, llev¨® a las autoridades auton¨®micas y de la naci¨®n -presididas por el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, y la vicepresidenta, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega- a las puertas del Parlamento de Vitoria. Convoc¨® a cinco minutos de silencio y coloc¨® una fotograf¨ªa de Pi?uel en la puerta principal de la Asamblea. A continuaci¨®n, les invit¨® a entrar al Parlamento para contemplar una exposici¨®n de homenaje a las v¨ªctimas del terrorismo.

Jam¨¢s hasta ayer, la foto de un guardia civil asesinado por ETA se hab¨ªa colocado en la puerta principal de la m¨¢xima instituci¨®n pol¨ªtica vasca. Y habr¨ªa que remontarse al funeral por el asesinato del l¨ªder socialista alav¨¦s Fernando Buesa, en febrero de 2000, para comparar el funeral de Estado y el reconocimiento que ayer tuvo en Vitoria el guardia civil Juan Manuel Pi?uel: una misa concelebrada en la catedral por el obispo Azurmendi, con tres decenas de sacerdotes, escoltado por polic¨ªas de los cuatro cuerpos, con numerosos ciudadanos que le homenajearon con su aplauso.

Nada que ver con lo que suced¨ªa a comienzos de los a?os ochenta y noventa, en los que la Iglesia imped¨ªa que los funerales de las v¨ªctimas del terrorismo se celebraran en la catedral; las instituciones vascas no protagonizaban homenajes y apenas asist¨ªan ciudadanos a despedir a un guardia asesinado por ETA.

El cambio, palpable ayer en Vitoria, es fruto del aumento de la conciencia ciudadana contra el terrorismo, que ha obligado a las instituciones, incluidas las vascas, a comprometerse en el reconocimiento de las v¨ªctimas y darles un tratamiento similar.

El homenaje de Vitoria a Juan Manuel Pi?uel fue un atinado complemento a la in¨¦dita imagen de unidad que todos los partidos materializaron en el Congreso, con un texto com¨²n, le¨ªdo por el portavoz del grupo mayoritario, como suced¨ªa tras las reuniones de las Mesas de Madrid y Ajuria Enea. Y la posterior sesi¨®n de control del Gobierno, convertida en un compromiso unitario contra ETA de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Mariano Rajoy.

No se ve¨ªa nada igual desde hace m¨¢s de cuatro a?os y todo augura que la unidad contra ETA se consolidar¨¢ entre el PSOE y el PP porque sus estrategias contra el terrorismo coinciden. La fisura en la unidad est¨¢ ahora en el obstinado empe?o del lehendakari en seguir con su plan soberanista, al que atribuye propiedades ilusorias para solucionar el reto terrorista.