El futuro de la alianza entre EE UU y Jap¨®n
Muchos analistas perciben hoy en Jap¨®n cierto malestar a prop¨®sito de su alianza con Estados Unidos. En parte tiene que ver con las armas nucleares de Corea del Norte y la preocupaci¨®n de que Estados Unidos no represente suficientemente los intereses de Jap¨®n (como ocurri¨®, por ejemplo, con la responsabilidad por los ciudadanos japoneses secuestrados por Corea hace a?os). Otras cuestiones est¨¢n relacionadas con los marines estadounidenses estacionados en Okinawa y el reparto de los costes de trasladar a algunos de ellos a Guam. La lista es larga, pero consiste en lo que podr¨ªamos llamar asuntos cotidianos y "dom¨¦sticos": muchos matrimonios se pelean por ellos sin llegar al divorcio.
Tokio teme quedar marginado ante la fascinaci¨®n que Pek¨ªn provoca en Washington
China ha superado a EE UU como principal emisor de gases de efecto invernadero
Sin embargo, existe otra preocupaci¨®n mayor, relacionada con el miedo de Jap¨®n a quedar marginado a medida que Estados Unidos se vuelve hacia una China en ascenso. Por ejemplo, algunos japoneses se quejan de que China recibe m¨¢s atenci¨®n que Jap¨®n en la campa?a electoral estadounidense. Esa inquietud no es extra?a: las respectivas capacidades de defensa de EE UU y Jap¨®n no son equivalentes, y eso forzosamente tiene que provocar agitaci¨®n en la parte m¨¢s dependiente.
A lo largo de los a?os, se han sugerido varias formas de hacer que la alianza sea m¨¢s sim¨¦trica, entre ellas que Jap¨®n se "normalice" como pa¨ªs y adquiera toda la panoplia de potencial militar, incluidas armas nucleares. Pero tales medidas suscitar¨ªan m¨¢s problemas de los que resolver¨ªan. Aunque Jap¨®n las pusiera en pr¨¢ctica, ello no supondr¨ªa equipararlo a Estados Unidos ni eliminar la asimetr¨ªa. Hay que tener en cuenta que, durante la guerra fr¨ªa, los aliados europeos de EE UU ten¨ªan inquietudes similares por su dependencia y la posibilidad de abandono, a pesar de su propia capacidad militar.
Las verdaderas garant¨ªas de que Estados Unidos est¨¢ decidido a defender Jap¨®n son la presencia de tropas y bases norteamericanas y la cooperaci¨®n en cuestiones -como la defensa antimisiles bal¨ªsticos- relacionadas con la protecci¨®n de los estadounidenses y los japoneses. Adem¨¢s, hay dos buenas respuestas a la pregunta de si Estados Unidos abandonar¨ªa a Jap¨®n por China: los valores y la amenaza.
Tanto Jap¨®n como Estados Unidos, a diferencia de China, son democracias, y comparten muchos valores. Para ambos es un problema la ascensi¨®n de China, y est¨¢n muy interesados en asegurarse de que no se convierta en una amenaza. Estados Unidos cree que una relaci¨®n triangular Jap¨®n-China-EE UU es la base de la estabilidad en el Extremo Oriente, y desea que haya buenas relaciones entre los tres lados de esa relaci¨®n. Pero el tri¨¢ngulo no es equil¨¢tero, porque EE UU est¨¢ aliado con Jap¨®n, y China no tiene por qu¨¦ convertirse en una amenaza para ninguno de los dos pa¨ªses mientras mantengan esa alianza.
Por otro lado, no conviene exagerar el poder de China. Un sondeo reciente indica que un tercio de los estadounidenses cree que China "pronto dominar¨¢ el mundo" y el 54% considera que su ascensi¨®n es una "amenaza para la paz mundial". Es verdad que, seg¨²n los tipos de cambio oficiales, China es la cuarta econom¨ªa del mundo, y crece a un ritmo del 10% anual. Pero su renta per c¨¢pita no es m¨¢s que el 4% de la de Estados Unidos. Si los dos pa¨ªses contin¨²an creciendo al ritmo actual, la econom¨ªa china podr¨ªa superar a la estadounidense de aqu¨ª a 30 a?os, pero la renta per c¨¢pita norteamericana seguir¨¢ siendo cuatro veces mayor. Adem¨¢s, China est¨¢ muy atrasada en poder militar y carece de los recursos de poder blando de Estados Unidos, como son Hollywood y las mejores universidades del mundo.
Tambi¨¦n sigue siendo incierta la evoluci¨®n interna de China. Desde 1990, 400 millones de personas han salido de la pobreza, pero todav¨ªa hay otros 400 millones que viven con menos de dos d¨®lares al d¨ªa. Adem¨¢s de enormes desigualdades, China tiene una mano de obra migratoria de 140 millones de personas, una grave contaminaci¨®n y una corrupci¨®n muy extendida. Aunque hoy hay m¨¢s chinos con libertad que nunca, China no es un pa¨ªs libre, ni mucho menos. El peligro es que los dirigentes del PCCh, para tratar de contrarrestar la erosi¨®n del comunismo, quieran utilizar el nacionalismo como instrumento de cohesi¨®n ideol¨®gica, porque eso podr¨ªa desembocar en una pol¨ªtica exterior inestable, que incluyese, por ejemplo, un conflicto a prop¨®sito de Taiw¨¢n.
Ante tal incertidumbre, una estrategia prudente es la que combine el realismo con el liberalismo. Al fortalecer su alianza, Estados Unidos y Jap¨®n pueden reforzarse contra las inseguridades y, al mismo tiempo, ofrecer a China la integraci¨®n en las instituciones internacionales como accionista responsable. El mayor riesgo es que el miedo creciente a la enemistad entre los tres pa¨ªses acabe convirti¨¦ndose en una profec¨ªa autocumplida. En ese sentido, la alianza Estados Unidos-Jap¨®n se basa en unos intereses comunes muy arraigados.
No obstante, existe una nueva dimensi¨®n que afecta a la alianza y a la relaci¨®n con China. Este a?o, China ha superado a Estados Unidos como m¨¢ximo emisor mundial de gases de efecto invernadero. China alega, con raz¨®n, que todav¨ªa est¨¢ por detr¨¢s de Estados Unidos y Jap¨®n en emisiones per c¨¢pita, pero eso no disminuye los costes que supone para el mundo. Un programa de cooperaci¨®n que ayude a China a quemar su carb¨®n de forma m¨¢s limpia beneficiar¨¢ a los tres pa¨ªses.
En general, las amenazas transnacionales, como el cambio clim¨¢tico y las pandemias, pueden causar unos da?os equivalentes a los de un conflicto militar (en 1918, la gripe mat¨® a m¨¢s gente de la que muri¨® en la I Guerra Mundial). Para responder a esas amenazas hacen falta cooperaci¨®n, poder blando e instrumentos no militares, y ¨¦ste es un ¨¢mbito en el que Jap¨®n es un aliado mucho m¨¢s igual e importante. En cualquier caso, la nueva y creciente dimensi¨®n de las amenazas transnacionales, a?adida a las preocupaciones tradicionales por la seguridad, hace que el futuro de la alianza Jap¨®n-Estados Unidos sea m¨¢s prometedor que nunca.
Joseph S. Nye, ex secretario adjunto de Defensa de EE UU, es catedr¨¢tico en la Universidad de Harvard. ? Project Syndicate, 2008. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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