Un Par¨ªs barato es posible

Todo aquel que viene a Par¨ªs lo hace para ser parisiense. Pero serlo, a veces, resulta complicado. No deja de ser llamativo el gran n¨²mero de gu¨ªas especializadas que se publican cada a?o al respecto y que tienen como consumidores primordiales a los propios lugare?os. El resto, el visitante, el dominguero, el que va a cenar y se vuelve o el que hace escala, es turista. Y presa f¨¢cil de los precios desorbitados. Pero existen algunos sencillos trucos para que, sin dejar de ser un pobre turista, uno pueda permitirse un viaje como si fuera un parisiense y a precios aceptables.

LA LLEGADA.

Dos consejos a la hora de organizar el viaje. Con las l¨ªneas a¨¦reas de bajo coste es f¨¢cil encontrar billetes por menos de 100 euros ida y vuelta. Si se viaja con una compa?¨ªa de low cost, comprobar si existen suplementos por facturar maletas y seguro de viaje (opciones que encarecen el billete y suelen venir marcadas por defecto). Otro detalle a tener en cuenta es el aeropuerto final de destino: normalmente Charles de Gaulle o el de Orly. El primero, aunque m¨¢s emblem¨¢tico, puede acabar en una pesadilla: las p¨¦rdidas de maletas son algo habitual, y el autob¨²s -el Roissybus- que te lleva hasta la plaza de la ?pera est¨¢ siempre llen¨ªsimo, es m¨¢s caro (8,60 euros) y tarda, en el mejor de los casos, una hora en llegar (oficialmente, entre 45 y 60 minutos). El tren de este aeropuerto a la plaza de Denfert Rochereau cuesta 8,20 euros. En cambio, Orly es m¨¢s peque?o, r¨¢pido y el autob¨²s (Orlybus) tarda veinte minutos en dejarte en la plaza de Denfert Rochereau. Tambi¨¦n es algo m¨¢s barato: 6,10 euros. El tren a los Invalides, 6 euros.

TRANSPORTE

. No merece la pena colarse en ning¨²n medio de transporte: en Francia hay pocos controladores, pero suelen aparecer a las horas m¨¢s intempestivas. Van con una m¨¢quina de tarjetas en la mano y no les sirven excusas de que eres extranjero o no llevas suelto, te hacen pagar en el acto. Para desplazarse por Par¨ªs, lo mejor es coger el metro o el RER, tren de cercan¨ªas que comunica Par¨ªs con las afueras y que utiliza el mismo billete que el del metro.

Las tarjetas tur¨ªsticas y de transporte son una interesante opci¨®n. Incluyen uso ilimitado de metro, autob¨²s y tren, tienen un precio ajustado y adem¨¢s dan ventajas en ciertos museos y lugares emblem¨¢ticos. La tarifa de la Paris Visite var¨ªa de acuerdo con la cantidad de d¨ªas (de uno a cino) y de las zonas elegidas. Una tarjeta de un d¨ªa para el centro de Par¨ªs (tres zonas) sale por 8,50 euros. Y un pase v¨¢lido durante cinco d¨ªas para las seis zonas de la ciudad (que incluye, por ejemplo, Disneyland, Versalles y los aeropuertos) cuesta 47 euros (informaci¨®n en www.rapt.info).

En el metro, como en cualquier parte, se puede pagar con tarjeta bancaria. Lo malo es que las tarjetas espa?olas a veces no funcionan, ya que no tienen el famoso chip. El autob¨²s tampoco est¨¢ mal: permite hacerte una idea de la ciudad sin tener que pagar los precios de los taxis y normalmente te va indicando, con una pantalla o mediante altavoz, los lugares por los que va pasando, con lo que resulta dif¨ªcil perderse.

Otra buena manera de moverse por Par¨ªs es en bicicleta. Desde que se ha instalado la red de Velib (con numerosos estacionamientos) se han habilitado multitud de carriles bici y resulta muy c¨®modo llegar a cualquier sitio. Para poder utilizarlas se pide un dep¨®sito de 150 euros (puede ser con la tarjeta de cr¨¦dito), que se devuelve al final, cumplidas todas las condiciones de uso. El precio de partida para un d¨ªa es un euro (cinco euros para siete d¨ªas). Los bonos de Velib (www.velib.paris.fr) se compran en los propios puestos. Mientras que los trayectos entre una estaci¨®n y la siguiente no superen los 30 minutos, no hay coste adicional. Si nos quedamos con la bici m¨¢s tiempo, hay que pagar extra: la primera media hora, un euro; la segunda, dos, y a partir de ah¨ª, cuatro euros cada 30 minutos.

ALOJAMIENTO

. Dormir es quiz¨¢ lo m¨¢s caro en Par¨ªs. Resulta dif¨ªcil encontrar habitaciones en hoteles peque?os (y la mayor parte de las veces, bastante cutres) por menos de 45 euros la noche. Para los estudiantes existen los foyers (por una media de 25). Accord Hoteles (www.accorhotels.com) tiene 155 hoteles en Pa¨ªs y tarifas interesantes. La cadena Balladins (www.balladins.com) ofrece precios decrecientes por habitaciones que no est¨¢n mal, de manera que resulta m¨¢s econ¨®mico quedarse una semana que cuatro d¨ªas.

COMER BOCADILLOS.

Una vez se ha solucionado el problema del alojamiento, todo puede ser muy barato. Comer, por ejemplo. La primera opci¨®n -y m¨¢s de moda- es, cuando el tiempo lo permite, la de hacer un pic-nic urbano. Los mejores lugares son el Pont des Arts y la plaza de los Vosgos. Y para comprar las cosas, por orden de precios, las grandes cadenas son: Leader Prix, ED (el equivalente al D¨ªa espa?ol) y Monoprix (o Monop' si lo que hacemos es buscar un supermercado que abra m¨¢s all¨¢ de las nueve de la noche).

Tambi¨¦n existe la opci¨®n t¨ªpica de tomarse una cr¨ºpe, sobre todo en cualquiera de los restaurantes de la Rue Mouffetard, donde el lujo brilla por su ausencia, pero en los que, adem¨¢s de no escatimar con el queso fundido, hacen lo posible por entender el idioma en el que les hablas. O bien en cualquier restaurante con el encabezamiento de croq, donde los bocadillos son enormes, est¨¢n reci¨¦n hechos y cuestan unos tres euros.

RESTAURANTES

. Resultan baratos tambi¨¦n los restaurantes griegos, los turcos, los libaneses y los chinos. Y en la mayor¨ªa de las panader¨ªas existen asientos para degustar en el lugar las tan alabadas quiches y una bebida, todo por unos cinco euros. Una opci¨®n s¨®lo un poco m¨¢s cara es la de los japoneses baratos, repartidos por toda la ciudad. Por diez euros te puedes tomar una sopa de miso, una ensalada y un plato de sushi o de sasimi. Los cl¨¢sicos bistrots est¨¢n muy bien durante las happy hours: m¨¢s o menos, de las 18.00 a las 20.00, cuando puedes tomarte una cerveza grande o un c¨®ctel, en vez de por seis euros (que es lo normal), por la mitad.

MUSEOS Y M?SICA.

Los museos m¨¢s importantes (Louvre, d'Orsay, Centre Pompidou...) son siempre caros menos los primeros domingos de mes, que no hay que pagar entrada. Hay otros, no menos interesantes, como el de Carnavalet, que siempre son gratuitos y que merece la pena visitar. Adem¨¢s, iglesias como la de Santa Genoveva o Notre Dame no cuestan nada. Adem¨¢s, son muy interesantes los conciertos gratuitos de m¨²sica cl¨¢sica que tienen lugar casi a diario con peque?as orquestas de c¨¢mara en estos recintos sagrados y en algunos parques.

En general, un parisiense es alguien que sabe moverse por la ciudad sin estar sacando cada dos por tres la cartera; alguien que sabe que los libros siempre se pueden comprar de segunda mano; que para salir por la noche, los lugares m¨¢s baratos y animados son los pubs irlandeses, y que no hay que tener miedo a meterse por las calles m¨¢s oscuras y estrechas. Al fin y al cabo estamos en la Ciudad Luz y siempre apareceremos en un lugar conocido.

PAULA CIFUENTES es autora de la novela Tiempo de bastardos (MR Ediciones, 2007)