El v¨®mito del miedo
Mike Tyson, el ex campe¨®n del mundo de los pesos pesados, se confiesa en un fascinante documental-mon¨®logo dirigido por su amigo James Toback
"No soy un animal. S¨®lo soy un ser humano asustado". Miedo. ?sa es la palabra que Mike Tyson, ex campe¨®n del mundo de los pesos pesados, repite sin parar en el documental que sobre su vida ha dirigido James Toback. El boxeador present¨® ayer en Cannes, dentro de la secci¨®n Una cierta mirada, la pel¨ªcula, y volvi¨® a repetir que su furia proviene de un mismo lugar: el miedo.
S¨®lo en el cuadril¨¢tero, escenario para muchos de la mayor tragedia americana, Tyson lograba concentrarse hasta perder sus temores. En el ring perd¨ªa el miedo a la humillaci¨®n, al caos de su cabeza, al rechazo de los otros, a la soledad, a perder el control, a no saber vivir lejos de los extremos, a las drogas, al alcohol...
"He sido muy duro conmigo, no tengo una alta opini¨®n de m¨ª mismo"
"Fui viejo demasiado pronto y listo demasiado tarde", dice el p¨²gil
El filme es una larga entrevista, un mon¨®logo salpicado por im¨¢genes de archivo, en el que el boxeador se desnuda confesando sus peores pesadillas. Un filme entregado al personaje (Toback no oculta ni su amistad ni su fascinaci¨®n por Tyson) en el que el p¨²gil habla de sus tres a?os de c¨¢rcel acusado de violaci¨®n a la joven aspirante a Miss Am¨¦rica Negra Desiree Washington, de su fascinaci¨®n por las personalidades extremas y adictivas, de su hambre de sexo despu¨¦s de a?os de entrenamiento y obligada abstinencia o de su famoso bocado a la oreja de Evander Holyfield en el combate de 1997: "Me volv¨ª loco. Perd¨ª la cabeza. Pero no lamento haberle mordido, s¨®lo me arrepiento de haber perdido mi disciplina".
Una disciplina que aprendi¨® de la mano de su maestro y mentor, el entrenador Constantin d'Amato, a quien la pel¨ªcula reserva los momentos m¨¢s inspirados, como el viejo D'Amato confesando en un programa de televisi¨®n que "su chico" lo agarra a la vida o, en las cuerdas de un sudado gimnasio neoyorquino, repiti¨¦ndole a un cr¨ªo de aspecto entonces hermoso y feroz que sea m¨¢s r¨¢pido porque la velocidad "mata".
Tyson, que habla con el mismo tono de felaciones-expr¨¦s en fiestas de modelos, millones de d¨®lares gastados en una partida y ¨¦picas derrotas, asegura que no sabe bien por qu¨¦ acept¨® la invitaci¨®n de Toback de confesarse ante la c¨¢mara, y que, aunque no le importa hablar de su vida, siente pudor al verse y escucharse. "Siempre he sido muy duro conmigo, no tengo una alta opini¨®n de m¨ª mismo, nunca la he tenido. No me siento ejemplo de nada. No me gusta verme y escucharme, pero confiaba en James y lo hice". Toback, por su parte, explica que fue la muerte de su madre y ver que Tyson estaba en pleno programa de rehabilitaci¨®n lo que lo empuj¨® a grabar sus largas conversaciones sobre temas que ambos hab¨ªan compartido durante a?os.
Hoy Tyson convive con una resignaci¨®n casi monacal con su propio monstruo, con la impotencia ante un futuro incierto y la sombra de un pasado tortuoso. Confiesa que "por desgracia" ha maltratado a mujeres y que es incapaz de vivir de una manera ordenada, que s¨®lo en los extremos ("el fango o el cielo") sabe desenvolverse. "Es un milagro que haya llegado vivo a los 40", dice, para luego a?adir: "Fui viejo demasiado pronto y listo demasiado tarde".
Amigos desde hace m¨¢s de 20 a?os, Toback asegur¨® ayer que la figura hipn¨®tica del boxeador -hoy con su rostro sonado tatuado con un s¨ªmbolo maor¨ª y obligado a peleas en las que no cree para ganar el dinero que ha perdido- es un icono de la cultura de su pa¨ªs y un reflejo de sus lados m¨¢s intransitables. "Mohamed Ali es la personalidad y el carisma, pero Tyson es el boxeador, por la velocidad, la precisi¨®n y el poder". El cuatro veces campe¨®n del mundo, preso de un cuerpo brutal que mueve con inquietante lentitud, recuerda que el boxeo era toda su vida: "Yo me lo sab¨ªa todo, ve¨ªa todas las pel¨ªculas de los viejos combates, conoc¨ªa cada pelea, cada fecha, cada dato, el nombre de las madres de cada boxeador. No se me escapaba nada. Era realmente incre¨ªble". Tyson dice que no entiende ni de mensajes ni de pel¨ªculas. Le gustar¨ªa, eso s¨ª, transmitir algo de esperanza, porque s¨®lo sabe vivir luchando, y una recomendaci¨®n: la mejor pel¨ªcula de boxeo es Gentlemen Jim, con Errol Flynn.
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