?xito de Laurie Anderson con su Homeland en Santiago
La artista de Illinois carga contra la pol¨ªtica de su pa¨ªs
El espect¨¢culo de Anderson, Homeland (Patria), formaba parte del ciclo Sons da Diversidade, que se celebra en el Auditorio de Galicia de enero a junio. Anderson, que ha sido llamada "sacerdotisa de lo radical" o "reina de la performance", limit¨® esta vez el aspecto visual de su actuaci¨®n al montaje de una docena de focos, unas cuantas candelas esparcidas por el suelo y haces diagonales de luz con niebla artificial coloreando el escenario. Estuvo acompa?ada por s¨®lo tres m¨²sicos y el equipo de sonido. En ese sencillo crisol, Anderson fundi¨® su m¨²sica minimalista (nunca trabaja con m¨¢s de una idea al tiempo) con su ir¨®nica y ¨¢cida poes¨ªa. El resultado, una bomba de gran potencia expresiva.
La 'reina de la performance' despleg¨® su iron¨ªa contra Bush
Anderson iba desgranando frases como "soy un mal tipo, os voy a poner una capucha en la cabeza y os voy a obligar a hablar"; "creo en la democracia; creo en la bandera; creo en la libertad; no hay lugar para la bondad cuando la guerra ha llegado para quedarse". Las contrast¨® luego con el relativismo de Transitory life, y su descre¨ªda filosof¨ªa sobre una abuela "maquillada como nunca", metida en "un f¨¦retro brillante como un piano". Pero fue precisamente la dureza y acidez de la cr¨ªtica sobre el papel de su pa¨ªs en el mundo lo que desat¨® las manos del auditorio en la primera ovaci¨®n de la noche.
La percusi¨®n electr¨®nica, entre el latido y la explosi¨®n, realz¨® el texto desencadenante: "Lo importante es el control". Cant¨® el paralelismo de la actuaci¨®n de los EEUU en Irak con la de esas empresas que se aseguran porque "a menudo, la soluci¨®n es el problema". Luego, el surrealismo de anuncios con "dioses de la ropa interior" y m¨¢s acidez. El epicentro de todo este se¨ªsmo es una mujer de apariencia fr¨¢gil que llena todo el espacio esc¨¦nico con su talento.
La ovaci¨®n final, ali?ada con bravos a la espa?ola, m¨¢s gritos y silbidos a lo anglosaj¨®n, fue como un reflejo del mundo que Homeland retrata. El Auditorio de Galicia registr¨® una entrada menor de lo que siempre cabe esperar del historial y el arte de Anderson. A su celebraci¨®n en viernes se sum¨® la coincidencia con la actuaci¨®n de Michael Nyman en el Multiusos del Sar.
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