Noticia bomba
Tomo sin iron¨ªa el t¨ªtulo en espa?ol de la maravillosa novela sobre periodismo que escribi¨® Evelyn Waugh. Noticias como las basadas en los papeles del comandante Reyes no llegan todos los d¨ªas, ni todos los meses, a las p¨¢ginas de un diario. Recapitulemos. El pasado 1 de marzo, comandos colombianos se internaron en territorio de Ecuador y atacaron un campamento de la guerrilla de las FARC. La operaci¨®n se sald¨® con la muerte del jefe Ra¨²l Reyes y una veintena de guerrilleros. Los militares colombianos se incautaron, adem¨¢s, de tres ordenadores del jefe guerrillero, un bot¨ªn electr¨®nico cuyo contenido ten¨ªa, como se supo despu¨¦s, un alto voltaje pol¨ªtico y diplom¨¢tico. El esc¨¢ndalo internacional fue inmediato. Ecuador rompi¨® relaciones con Colombia por violaci¨®n de su territorio. A la protesta se sum¨® inmediatamente Venezuela, cuyo Gobierno aparece en los documentos aprehendidos como financiador e intermediario en la compra de material de guerra -misiles tierra-aire- para la guerrilla colombiana. En medio del esc¨¢ndalo internacional, con intervenci¨®n de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Bogot¨¢ puso en manos de la Interpol los ordenadores intervenidos para que acreditasen que no hab¨ªan sido sometidos a ninguna manipulaci¨®n en su contenido.
Maite Rico, redactora de la secci¨®n Internacional, especializada en Am¨¦rica Latina, ex corresponsal en M¨¦xico, cubri¨®, como enviada especial del diario, la crisis entre Ecuador y Colombia que se gener¨® por el ataque del Ej¨¦rcito colombiano al campamento de las FARC. Su trabajo en esas fechas le abri¨® puertas que imagino -el Defensor no pregunta por las fuentes de los periodistas- le facilitaron la exclusiva de los papeles del comandante Reyes, sobre la que ha escrito tres reportajes publicados entre el 10 y el 12 de mayo.
Como la mayor¨ªa son documentos reservados, que no est¨¢n escritos para ser publicados, los papeles de Reyes est¨¢n llenos de datos inc¨®modos que sacan a la luz lo que debe permanecer en las tinieblas de las operaciones secretas. Y el paisaje pol¨ªtico-diplom¨¢tico-terrorista que describen es, por lo menos, inquietante.
Pero algunos lectores, que en su mayor¨ªa no ocultan su hostilidad al Gobierno de Colombia que preside ?lvaro Uribe, han escrito al Defensor para protestar por los reportajes de Maite Rico. Dos ejemplos. Jaime Balaguer dice estar "conmocionado por la falta de rigor y de honestidad de la serie de Maite Rico sobre Colombia y las FARC", y la acusa de que en sus informaciones no hay "contraste de fuentes". Este lector afirma que "ir a Colombia y contar las 'confidencias' de los militares colombianos no es periodismo". Jos¨¦ ?ngel Garc¨ªa, por su parte, afirma que existe una "confusi¨®n inaceptable entre la opini¨®n, la calificaci¨®n y la descripci¨®n period¨ªstica de los hechos". Es casi tan molesto, a?ade, "como la ausencia de precisi¨®n sobre las fuentes, de la m¨¢s m¨ªnima verificaci¨®n de los supuestos datos supuestamente encontrados en un supuesto ordenador personal de un guerrillero".
Maite Rico considera que la fuente no puede ser m¨¢s precisa: son las propias FARC. "Es evidente que si no hubiera estado segura de la autenticidad de los documentos, no los habr¨ªa publicado. En primer lugar, los contactos merec¨ªan toda mi confianza. En segundo lugar, la lectura de los cientos de p¨¢ginas a las que tuve acceso no dejaba lugar a dudas, como tampoco tuvieron dudas los expertos (no s¨®lo colombianos) a los que consult¨¦. Pero es que, adem¨¢s, los datos ofrecidos por los ordenadores se han ido corroborando puntualmente desde el primer momento: desde el hallazgo de zulos y dinero -recuerden los 480.000 d¨®lares en Costa Rica- hasta las reuniones clandestinas reconocidas por ministros venezolanos y ecuatorianos".
"Con Ra¨²l Reyes no pod¨ªa cotejar nada por razones obvias, y las FARC guardan un silencio elocuente. Pero los lectores 'conmocionados' pueden estar tranquilos: Interpol ha disipado cualquier duda al certificar que los ordenadores no fueron manipulados y que pertenecen a Reyes".
"En resumen", concluye Rico, "creo que la 'falta de honestidad' habr¨ªa que buscarla en aquellos que apelan al 'rigor profesional' para acallar verdades que les incomodan -cosa que sucede con frecuencia, por cierto, cuando se escribe sobre Hugo Ch¨¢vez-. Frente a realidades tan pavorosas (un gobernante usa los presupuestos de su pa¨ªs para armar a un grupo catalogado como terrorista) no caben los pretextos ideol¨®gicos".
Las exclusivas nunca son inocentes. En la inmensa mayor¨ªa de los casos, los periodistas no roban las noticias, sino que las reciben de fuentes interesadas en su difusi¨®n. Es la relevancia de la informaci¨®n la que cuenta, como tambi¨¦n ocurri¨® con los datos contenidos en el ordenador del jefe paramilitar Rodrigo Tovar, alias Jorge 40. En aquel caso, los nexos no eran con el chavismo, sino con pol¨ªticos colombianos. La crisis colombiana, con sus repercusiones continentales, es de por s¨ª compleja. Cualquier informaci¨®n que ayude a comprenderla mejor debe ser bienvenida.
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