La ruina de Samuel
Samuel Flores es una marca de prestigio. Se dice en voz alta y desborda historia, autoridad y solera. Su nombre rememora un noble linaje, enormes fincas, altas influencias y largas jornadas cineg¨¦ticas,. Acabada la Guerra Civil, Samuel Flores se hace un hueco en la ganader¨ªa brava, y con el paso de los a?os se ha ganado una s¨®lida reputaci¨®n. Sus toros lucen una bella estampa, cuajo, seriedad y una imponente arboladura.
Bonito, ?verdad? Bueno, pues todo lo dicho no es m¨¢s que literatura barata. La aut¨¦ntica verdad es que la marca Samuel Flores, Samuel para los taurinos, es muy historiada, pero una aut¨¦ntica ruina, que ayer guard¨® su abolengo en un caj¨®n y mostr¨® su verdadera cara: una ganader¨ªa podrida o enferma, una supina ordinariez de toros inv¨¢lidos, lisiados, tullidos y noqueados que dieron al traste con la corrida, se cargaron la despedida de Pep¨ªn Liria y protagonizaron uno de los festejos m¨¢s sopor¨ªferos e insufribles de la feria. El ganadero sabe que, aunque s¨®lo se devolvieron dos toros, podr¨ªan haber vuelto los seis a los corrales. Lo extra?o es que no supiera que su ganader¨ªa no est¨¢ para venir a San Isidro y que s¨®lo sirve para hacer a?icos las ilusiones de los toreros.
Flores / Espl¨¢, Liria, Serranito
Toros de Samuel Flores ¡ªprimero y segundo devueltos¡ª, bien presentados, corralones, inv¨¢lidos y muy descastados. Primer sobrero, de Fernando Pe?a, codicioso; segundo, de El Jaral de la Mira, blando y noble.
Luis F. Espl¨¢: bajonazo (algunos pitos); casi entera tendida y dos descabellos (silencio).
Pep¨ªn Liria: pinchazo, media tendida y un descabello (ovaci¨®n); pinchazo y estocada (gran ovaci¨®n).
Serranito: ¡ªaviso¡ª, media y estocada baja (silencio); pinchazo, media, un descabello ¡ªaviso¡ª y tres descabellos (silencio).
Plaza de Las Ventas. 18 de mayo. 11? corrida de San Isidro. Lleno.
A Pep¨ªn Liria, por ejemplo, lo hicieron polvo. Hab¨ªa so?ado, seguro, con una despedida a lo grande, una mezcla de heroicidad y cari?o, y todo qued¨® en una afectuosa ovaci¨®n al romperse el pase¨ªllo y otra cuando se march¨® por su propio pie camino del hotel. Se desped¨ªa, as¨ª, triste e injustamente, uno de los toreros m¨¢s queridos por esta afici¨®n. Pero as¨ª es la vida y as¨ª son los toros de Samuel. El primero de Liria fue sustituido por un sobrero de El Jaral de la Mira, tan noble como blando, con el que el torero quiso buscar un triunfo que no encontr¨®. Muy entregado, acert¨® con algunas tandas enjundiosas, pero a toda la faena le falt¨® la altura emocional de la que carec¨ªa el toro. Brind¨® el ¨²ltimo a la plaza, a sabiendas de que ten¨ªa delante un rajado buey de carretas que fue, adem¨¢s, muy mal lidiado por su cuadrilla. No hab¨ªa nada que hacer. La falta de fuerza y de casta y la mala condici¨®n hicieron vano todo el esfuerzo del torero. Se despidi¨® Pep¨ªn Liria sin honores, pero con el bien ganado respeto de la concurrencia.
Serranito era la primera vez que toreaba en San Isidro, y cualquiera puede imaginar las noches en vela que ha contado el chaval. Se esforz¨® de verdad, vino a decir que le adornan maneras de torero elegante. Esboz¨® la ver¨®nica y la chicuelina, dibuj¨® una media de cartel y enlaz¨® algunos derechazos hondos a su primero, un soso inv¨¢lido que tuvo piedad del joven torero y embisti¨® no m¨¢s de cuatro veces. El ¨²ltimo, ni piedad ni nada, pura basura.
El fracaso ganadero tap¨® la lastimosa tarde de Espl¨¢, que volvi¨® a decir que no est¨¢ para estos trotes. Fue muy pobre su imagen de torero incapaz ante el encastado, codicioso y nada f¨¢cil primer sobrero, que lo desbord¨®, y con el que se mostr¨® precavido, inseguro y descompuesto. Inhibido durante la lidia del cuarto, estuvo muy por debajo de un toro desclasado que evidenci¨® que los a?os no pasan en balde. Tiene la inmensa fortuna de contar con el cari?o de esta afici¨®n, que lo considera santo y se?a de la tauromaquia. Un poco exagerado, pero as¨ª son las cosas...
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