Todos felices

A Osasuna no le sienta mal perder en El Sardinero. Hace dos a?os, en otro dram¨¢tico partido, con los papeles cambiados, fue derrotado por el Racing, pero jug¨® la Liga de Campeones. Otros resultados le salvaron. Ayer, una nueva derrota contra el equipo c¨¢ntabro le dej¨® en Primera mientras el Racing acced¨ªa a la Copa de la UEFA gracias a su ¨²nico remate entre los tres palos. Es lo que tienen los finales de Liga, que dos equipos celebren la victoria y la derrota como si fuera el mismo triunfo. Botaba el Racing por Europa y Osasuna por una permanencia que s¨®lo vio amenazada por la incertidumbre. El Racing vivi¨® el partido de forma ciclot¨ªmica, a los impulsos que llegaban radiof¨®nicamente de Mallorca que lo mismo le sacaban de Europa que le met¨ªan, encogiendo el ¨¢nimo de un abarrotado Sardinero que vociferaba y enmudec¨ªa al ritmo de Son Moix. Es lo malo de jugar muchos partidos al mismo tiempo, que te sueles olvidar del tuyo. Y eso le pas¨® al Racing.

Hab¨ªa mucha diferencia entre el premio y el castigo. La UEFA no es un premio menor, ciertamente, para un club como el Racing que nunca ha jugado en Europa. Pero nada comparable con el castigo que supone para cualquier club el descenso de categor¨ªa. Pues bien, con objetivos tan distintos, el Osasuna control¨® mejor el puls¨®metro que un Racing nervios¨ªsimo, seco de f¨²tbol y roto desde el principio en sus l¨ªneas. Bien es verdad que Osasuna s¨®lo consegu¨ªa poner nervioso al Racing porque le quitaba el bal¨®n y le rascaba la moral. En el ¨¢rea no existi¨®. To?o no tuvo que intervenir ni una sola vez en todo el encuentro. Ricardo tampoco. Los porteros estaban de m¨¢s. Era como si el retraso horario hubiera hecho olvidar a los futbolistas la lecci¨®n aprendida en la pizarra.

El Racing jugaba descosido, con Colsa y Duscher a veinte metros de dos delanteros en l¨ªnea, un laborioso Tchit¨¦ y un desafortunad¨ªsimo Smolarek. En esos veinte metros rob¨® siempre el bal¨®n Osasuna que, sin embargo, tambi¨¦n dej¨® abandonado a su suerte al delantero Dady que se hart¨® de peinar balones a ninguna parte, porque su presunto ayudante Hugo Viana estaba siempre m¨¢s atrasado que ¨¦l.

Hasta el minuto 45 no lleg¨® el primer asomo de disparo a porter¨ªa, de Smolarek, que peg¨® en un defensa y se fue a c¨®rner. Fue un tirito. Osasuna, ni eso. Ni siquiera cuando empat¨® el Zaragoza, que le dejaba con un pie en el alambre, se atisb¨® una m¨ªnima reacci¨®n. Por miedo, o por lo que fuera, Osasuna sigui¨® manejando la pelota, como desgastando al Racing. No costaba mucho, porque era un equipo romo y roto al que empezaba a pesarle m¨¢s el miedo al fracaso que el ¨¦xito.

Tard¨® Marcelino en reaccionar, es decir, en dar frescura y atrevimiento al equipo con la entrada de Iv¨¢n Bolado y Jonatan Valle, dos futbolistas zascandiles que quer¨ªan iniciar su historia pasando a la historia. Su salida coincidi¨® con el baj¨®n f¨ªsico de Osasuna, que se encerr¨® en su campo y permiti¨® al Racing jugar m¨¢s junto, con m¨¢s insistencia, con un poco m¨¢s de fe. Una jugada ensayada de Jorge L¨®pez dej¨® solo a Morat¨®n, que dispar¨® contra el cuerpo de Ricardo. Hab¨ªan pasado 82 minutos y el p¨²blico se levant¨® por primera vez de sus asientos. Tres minutos despu¨¦s lleg¨® el gol. Osasuna, muy reventado, dej¨® suelto a Tchit¨¦ por la banda derecha, que corri¨®, par¨® y templ¨® para que Bolado se anticipara a la defensa y cabeceara a la red. Fue el ¨¦xtasis, el fin del miedo, el final de una agon¨ªa. Y el principio del ¨¦xito para un Racing europeo y un Osasuna de Primera. Del partido s¨®lo se acordar¨¢ Iv¨¢n Bolado.