Un alcalde en la trinchera
El regidor de Hoyo, que sorte¨® una moci¨®n por un error de la oposici¨®n, cambia las cerraduras del Ayuntamiento
Jos¨¦ Antonio Antol¨ªnez Sousa, el veraneante alcalde del PP de Hoyo de Manzanares, se ha atrincherado en el Ayuntamiento. Ha cambiado las cerraduras de las puertas y se ha llevado a su casa los bastones de mando. No se f¨ªa de nadie. Esto lo asegura la oposici¨®n, con el PSOE a la cabeza. "No tiene ni pies ni cabeza ni fundamento", replica Antol¨ªnez, sin dar m¨¢s detalles. El pasado mes de enero aguant¨® con s¨®lo 6 concejales de 13 una moci¨®n de censura. Tuvo suerte. Una de sus adversarias pol¨ªticas se confundi¨® al votar. Dijo no. Pero quer¨ªa decir s¨ª. "Dijo lo que dijo y ya est¨¢", zanja el regidor.
As¨ª fracas¨® la operaci¨®n. Contra todo pron¨®stico. La relaci¨®n de fuerzas en el municipio es la siguiente: cuatro concejales del PP, dos de sus antiguos socios, AI (Agrupaci¨®n Independiente), y siete de sus adversarios -tres del Partido Independiente Popular de Hoyo (PIPH), dos del PSOE y dos de IU-.
Sin embargo, hay varios recursos presentados por el PSOE en la justicia y el puesto del alcalde sigue en el aire. Por de pronto, Antol¨ªnez ha perdido el sueldo -la oposici¨®n ha usado su mayor¨ªa aritm¨¦tica para retirarle la asignaci¨®n- y a los dos concejales del grupo que le apoyaba. "Ha sido pura venganza. Me quitaron el dinero a las 72 horas de perder la moci¨®n. Me quieren asfixiar econ¨®micamente para que me vaya, pero pienso aguantar hasta las elecciones".
Hoyo de Manzanares tiene 8.000 habitantes y se divide en dos partes muy diferenciadas: el pueblo y lo otro, lo que no es el pueblo. El pueblo es una agrupaci¨®n de casitas alrededor de la plaza porticada del Ayuntamiento. El resto es una amplia extensi¨®n de chal¨¦s diseminados en urbanizaciones que se extienden por las lindes del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Los del pueblo son los "aut¨¦nticos". Los del resto son "veraneantes", aunque lleven a?os empadronados en el municipio y hagan su vida cotidiana en sus calles. ?se es el caso de Juli¨¢n Carrasco, cabeza de cartel del PSOE, que dibuja un panorama "desolador". El Ayuntamiento est¨¢ paralizado. La escuela infantil se ha cedido al Gobierno regional. Lleva un a?o construida y lista, pero cerrada a cal y canto.
Tambi¨¦n Antol¨ªnez pertenece a la categor¨ªa de veraneante. De "toda la vida" s¨ª es Ram¨®n Regueiras, del PIPH, una escisi¨®n "de gente del pueblo" del PP, que estuvo a punto de ser el alcalde. Tambi¨¦n al que pocos d¨ªas despu¨¦s de la fracasada moci¨®n, la oposici¨®n eligi¨® como regidor en un pleno fantasma que no tuvo validez legal.
Ahora, el alcalde ha decidido alargar los plenos hasta las tres de la madrugada para que nunca d¨¦ tiempo a que se debatan y voten las propuestas de la oposici¨®n. "Los plenos duran lo que tienen que durar", es la enigm¨¢tica r¨¦plica de Antol¨ªnez.
Los opositores no tienen ning¨²n lugar en el Consistorio para preparar los plenos o estudiar los expedientes. Lo hacen de pie. Todos menos Jos¨¦ Ram¨®n Mendoza, concejal de IU. Mendoza, astuto, no devolvi¨® la llave de su despacho al final del mandato pasado. Eso s¨ª, s¨®lo puede entrar en horario de oficina, porque los dem¨¢s bombines que dan acceso al edificio los han cambiado. Adem¨¢s, seg¨²n denuncian los rivales de Antol¨ªnez, durante meses la Polic¨ªa Local ha sido apostada a las puertas del despacho del alcalde para filtrarle las visitas.
Los ciudadanos no parecen muy inquietos. No les gusta hablar "de ese l¨ªo". Son "cosas de politiqueo". Un extremo que Carrasco admite: "La gente, hasta que no le toca, no se implica".
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