Deportes

Siento un gran respeto por quienes no siguen los deportes. Son como los insomnes, los jubilados y los fr¨ªgidos: tienen m¨¢s tiempo para otras cosas. Sin embargo, no es mi caso. En una jornada como la de ayer, las otras cosas no me importan nada. La televisi¨®n vive en gran parte del deporte (se trata de acci¨®n en directo, la f¨®rmula que mejor funciona en la pantalla dom¨¦stica), y de vez en cuando nos regala un domingo estupendo.

Empecemos por Jorge Lorenzo, un motociclista cojo que subi¨® al podio con muletas. Ha competido con la mu?eca reci¨¦n operada, y ahora con el tobillo lesionado. No es inconcebible que un d¨ªa, por probar, este tipo loco y brillante (el m¨¢s aparente sucesor del gran Valentino Rossi) corra con las manos atadas a la espalda.

Luego, a las 15.00, el Calcio. Casi en preagon¨ªa, tras dilapidar una amplia ventaja y con exagerado sufrimiento, el Inter gan¨® el scudetto; el Milan de Berlusconi, por su parte, qued¨® quinto y fuera de la Liga de Campeones. Eso no les importar¨¢ a ustedes, pero en mi hogar (simpatizo desaforadamente con el Inter, y menos con Berlusconi) tuvo un efecto bals¨¢mico.

Sigui¨® el tenis, final del Torneo de Hamburgo, con el cl¨¢sico Federer-Nadal: lo m¨¢s atractivo que se puede concebir, si hablamos de hombres y de raquetas. Qu¨¦ t¨ªo, Nadal.

Y, para terminar, el remate de la Liga espa?ola. En el horizonte se adivinan ya el Europeo de f¨²tbol y los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn, pero entretanto habr¨¢ que matar el tiempo. Hoy es lunes, d¨ªa de adioses en el PP: un lunes se fue Zaplana, al siguiente se fue Acebes, y al otro Mar¨ªa San Gil se volvi¨® muy desconfiada. A ver qui¨¦n se suma a la lista. Y a ver qu¨¦ nuevo ¨¦xito se apunta el Gobierno en su cruzada contra la poligamia en N¨ªger, un pa¨ªs que ser¨ªa el para¨ªso, sin duda, si no sufriera esa lacra.