El vertedero "sellado" de Vigo sigue contaminando el entorno sin control

Los vecinos de la zona a¨²n recuerdan el rastro de los efluentes de O Zondal, el vertedero donde Vigo deposit¨® todos sus residuos, dom¨¦sticos y peligrosos, durante m¨¢s de 20 a?os. El regato que formaban desde el v¨¦rtice de la vaguada donde se instal¨® el vertedero aniquil¨® como lava toda la flora que toc¨® en el bosque que desciende hacia Fragoselo. Luego se acomodaron espont¨¢neamente a ese suelo contaminado eucaliptos y silvas que hoy ocultan cualquier evidencia a la vista. El vertedero fue sellado en 2001. Pero el Ayuntamiento se ha desentendido del seguimiento de su evoluci¨®n, contra las normas al uso (europeas, estatales y auton¨®micas) que obligan a mantener un riguroso control sobre los vertederos sellados, m¨¢xime, como es el caso, cuando siguen rezumando lixiviados, de por s¨ª altamente contaminantes y aqu¨ª con previsibles arrastres de los residuos industriales y hospitalarios que se depositaron.

En la cumbre de O Zondal acompa?a el ruido del motor que sigue extrayendo metano de las tripas del vertedero. Es una pradera de 50.000 metros entre montes fecundos y descuidados cuyo horizonte, espl¨¦ndido, se eleva sobre la pen¨ªnsula de O Morrazo, hasta la isla de Ons. Aqu¨ª, con el plus de la riqueza paisaj¨ªstica, dio por hecho Corina Porro en 2005 que se instalar¨ªa un centro de divulgaci¨®n de energ¨ªas renovables cuyo consumo el¨¦ctrico ser¨ªa generado, durante los 12 a?os siguientes, por la propia transformaci¨®n del metano que sigue saliendo del vertedero. Tambi¨¦n siguen saliendo lixiviados, el l¨ªquido que forma la materia org¨¢nica al degradarse, pero de eso nadie ha querido acordarse.

Las medidas b¨¢sicas establecidas para el sellado de vertederos a partir de una directiva europea de 1999 incluyen, entre otras cosas, el control de la escorrent¨ªa superficial, la recogida y control de lixiviados y la adopci¨®n de medidas de contenci¨®n de la contaminaci¨®n de suelos y aguas subterr¨¢neas. Se trata de evitar la filtraci¨®n de lixiviados, con su arrastre de todo tipo de sustancias nocivas, a la capa fre¨¢tica. En su composici¨®n se han detectado m¨¢s de 200 componentes, algunos directamente cancer¨ªgenos y muchos dif¨ªcilmente degradables, que comportan una severa amenaza para la salud p¨²blica.

"Tras la clausura definitiva del vertedero", dice la normativa espa?ola, "la entidad explotadora ser¨¢ responsable de su mantenimiento, de la vigilancia, an¨¢lisis y control de los lixiviados y, en su caso, de los gases generados, as¨ª como del r¨¦gimen de aguas subterr¨¢neas en las inmediaciones del mismo. El plazo de la fase posclausura durante el que la entidad explotadora ser¨¢ responsable del vertedero ser¨¢ fijado por la autoridad competente, teniendo en cuenta el tiempo durante el cual el vertedero pueda entra?ar un riesgo significativo para la salud de las personas y el medioambiente. En ning¨²n caso dicho plazo podr¨¢ ser inferior a 30 a?os", concluye.

En Vigo se ha abandonado el control mucho antes, si alguna vez lo hubo. Todo se hizo por la brava y, de hecho, s¨®lo se impermeabiliz¨® la segunda fase del vertedero, donde se deposit¨® aproximadamente una quinta parte de la basura total. El resto se arroj¨® directamente al suelo, encajando alturas entre las paredes de la vaguada. Los vecinos recuerdan incluso la existencia de un popular manantial en su cota media que las basuras tambi¨¦n enterraron sin mayor miramiento. Los lixiviados de la segunda fase se canalizan a la depuradora del Lagares, lo que ahora tambi¨¦n est¨¢ prohibido.

El sellado en el grueso del vertedero se limit¨® a la cubierta de su parte superior, no de las paredes laterales, y a la instalaci¨®n del sistema de extracci¨®n del metano mediante un drenaje que cort¨® las explosiones y dio cierta paz al vecindario, ajeno, sin embargo, a los efectos a largo plazo de los lixiviados.