"?Hoy se aparca en la calle gratis y ma?ana... tambi¨¦n!"

Uno sujeta el celo transparente y otro el cartel con un mensaje motivador: "Estacionamientos regalados". Lo colocan sobre la ranura de la moneda, cuatro vueltas de cinta adhesiva y el parqu¨ªmetro queda precintado. Ya no se puede pagar. Son las once de la ma?ana y los dos trabajadores del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) llevan desde las seis tapando una a una todas las m¨¢quinas de los alrededores del parque del Retiro en su primer d¨ªa de huelga.

Sin dar sus nombres, los dos hombres explican mientras siguen con su laborioso cometido que sus compa?eros han decidido sellar todos los parqu¨ªmetros de la ciudad "para informar a los conductores y para que no se recaude". Es el arranque de su protesta por un nuevo convenio. Exigen mejor salario, m¨¢s seguridad y un uniforme digno, entre otras peticiones que afectan a 1.800 empleados de la regi¨®n (1.600 en Madrid capital).

La primera jornada de paros -quedan 19 m¨¢s hasta el 13 de junio- tuvo ayer un seguimiento masivo. Entre el 90% y el 100% de los controladores secundaron la huelga, seg¨²n los sindicatos. Las empresas no facilitaron datos. Adem¨¢s de Madrid capital, estaban llamados a la huelga los trabajadores de Arganda del Rey, Alcobendas, Alcal¨¢ de Henares, Aranjuez, Majadahonda, Ciempozuelos y Collado Villalba.

En un recorrido de m¨¢s de tres horas por tres de los 11 distritos con parqu¨ªmetros de Madrid (Retiro, Salamanca y Centro), EL PA?S no encontr¨® ni un solo vigilante uniformado del SER que controlara los veh¨ªculos aparcados en doble fila, en las esquinas o estacionados sin boleto. Todos los parqu¨ªmetros del recorrido estaban precintados con celof¨¢n o cubiertos con bolsas de basura bien sujetas, excepto uno situado en mitad de la calle de Serrano.

Un conductor se queja junto a la m¨¢quina forrada de celof¨¢n del Retiro. "He intentado pagar dos veces y no he podido", explica el hombre, que trabaja de comercial y recorre hasta 100 kil¨®metros diarios por la ciudad. "Espero que no me pongan una multa". Cada d¨ªa, los parqu¨ªmetros que ayer amanecieron precintados recaudan en Madrid capital unos 260.000 euros en boletos, seg¨²n el Ayuntamiento. Los sindicatos elevan esa cifra a 400.000 euros -dos millones a la semana, seg¨²n CC OO-. La patronal lo rebaja a 166.000 diarios -un mill¨®n entre el lunes y el s¨¢bado-. Ese dinero va a parar a las arcas municipales, de donde se paga el canon mensual a cada concesionaria. Una portavoz municipal se?al¨® ayer que descontar¨¢n de ese canon los d¨ªas que las empresas no presten el servicio por culpa de la huelga de controladores. No aclar¨® la cantidad.

As¨ª que, si contin¨²a la huelga de lunes a viernes durante cuatro semanas, pierde el Ayuntamiento, pierden las empresas y pierden los trabajadores, a los que les restan unos 53 euros diarios de su n¨®mina de 830 euros netos por cada jornada de paros, seg¨²n estimaciones de CC OO.

Por una vez, parece que los menos perjudicados por una huelga ser¨¢n los usuarios. O no. Jacob Riendas, empleado de una inmobiliaria, se baja del coche en la calle de Claudio Coello (distrito de Salamanca). Parece contento por no poder sacar el boleto de la zona azul. "Hoy nos libramos, ?no?". Pero no tiene tan claro que sea una buena idea dejar el barrio sin regular durante muchos m¨¢s d¨ªas. "He tardado tres cuartos de hora en encontrar un sitio, no hay quien se lleve el coche si esto sigue as¨ª". Gregorio de la Paz, repartidor de carne, ha soltado la furgoneta de cualquier manera en una esquina unos metros m¨¢s adelante para poder dejar la mercanc¨ªa. "Nadie respeta la zona de carga y descarga, pero tampoco encuentro aparcamientos cuando no hay huelga. La verdad, aqu¨ª aparcar es dif¨ªcil siempre".

Tres calles m¨¢s arriba, en el n¨²mero 91 de la calle de Lagasca, unos 500 trabajadores del SER protestan frente a la sede de EYSSA, una filial de Fomento de Construcciones y Contratas, que gestiona los aparcamientos regulados junto a concesionarias ligadas a Ferrovial y Sacyr Vallehermoso. Tiran huevos a la fachada y gritan durante casi una hora. Los manifestantes cortan la calle hasta que les desaloja la polic¨ªa. "?Hoy se aparca gratis y ma?ana... tambi¨¦n!", chillan los trabajadores en una peregrinaci¨®n improvisada a Cibeles.La mayor¨ªa de los que bajan con pitidos por Lagasca son mujeres, que suponen el 70% de la plantilla del SER. Cobran unos 830 euros (por siete horas y media diarias) que a Pilar S¨¢ez, vigilante desde hace dos a?os y medio, le han ense?ado a hacer "malabarismos" con la econom¨ªa dom¨¦stica. Explica que el uniforme "hace pasar fr¨ªo en invierno y calor en verano". Lo peor, los zapatos de suela de goma. Pero no pueden llevar calzado propio. "Si tienes una lesi¨®n con tus zapatos, la mutua no lo cubre". Lo m¨¢s duro, dice, es que se sienten desprotegidos. Ana, otra vigilante de 47 a?os, asiente. "A m¨ª me pegaron dos pu?etazos, pero no denunci¨¦ porque estaba en pruebas", asegura. "No es normal que te agredan, pero hay gente a la que se le va la cabeza".

Pilar, que entr¨® en el sector porque le ofrec¨ªan un buen horario para poder cuidar de su hijo, asegura que secunda la huelga "por amor propio, porque no nos pueden tomar el pelo". Aguantar¨¢ los 19 d¨ªas convocados, dice, "aunque tenga que comer pan duro".