Activistas de Greenpeace 'toman' una empresa de armamento
La ONG pide que Expal no fabrique bombas de racimo
La ma?ana de ayer result¨® especialmente movida para un grupo de voluntarios de la organizaci¨®n ecologista Greenpeace y para los empleados de la empresa armament¨ªstica Explosivos Alaveses (Expal). Unos 40 activistas irrumpieron en las oficinas que este fabricante de armamento tiene en el Campo de las Naciones. El motivo era exigir a la firma que deje de fabricar bombas de racimo, as¨ª llamadas porque al alcanzar determinada altura se abren en bombas m¨¢s peque?as que causan graves mutilaciones en las personas.
Los voluntarios desplegaron en la fachada la imagen de un ni?o mutilado
La acci¨®n de Greenpeace estaba perfectamente planificada. Pasadas las nueve de la ma?ana, los activistas se dividieron en tres grupos. El primero subi¨® a la azotea del edificio (que aloja oficinas de distintas empresas) y despleg¨® una enorme pancarta en la que se ve¨ªa a un ni?o mutilado y se le¨ªa el mensaje "Expal vende bombas de racimo que mutilan". El segundo grupo se qued¨® en el vest¨ªbulo del edificio, en la avenida del Parten¨®n, n¨²mero 16, frente a Ifema. All¨ª los activistas desplegaron sobre el suelo siluetas de cartulina negra que representaban a seres humanos con amputaciones de brazos y piernas por las bombas.
El tercer grupo de activistas subi¨® a la quinta planta, donde est¨¢ la sede de Expal. All¨ª intentaron hablar con responsables de la compa?¨ªa para entregarles un v¨ªdeo con el testimonio de un ni?o camboyano que sufri¨® la amputaci¨®n de las dos piernas. Tambi¨¦n iban a entregar una r¨¦plica de las pr¨®tesis que se ve obligado a utilizar. Pero no fue posible. "Hemos enviado multitud de cartas y hemos hecho centenares de llamadas a la empresa y nunca nos han respondido", explic¨® la responsable de Armamento en Greenpeace, Mabel Gonz¨¢lez. "Se han vivido momentos de mucha tensi¨®n", a?adi¨®.
Los trabajadores de Expal y los responsables de seguridad del edificio avisaron a la polic¨ªa poco antes de las doce de la ma?ana. Los primeros agentes recibieron el refuerzo de los antidisturbios. Los guardias obligaron a los activistas a abandonar el edificio tras negociar durante media hora una salida pac¨ªfica. Los primeros en hacerlo fueron los que estaban en las oficinas de Expal. Les siguieron los del vest¨ªbulo. Por ¨²ltimo, bajaron los que estaban colgados de la azotea. No hubo detenciones, pero se tom¨® la filiaci¨®n de los ocupantes por si la compa?¨ªa quiere denunciarles, seg¨²n fuentes de la Jefatura Superior de Polic¨ªa.
Explosivos Alaveses (filial del grupo Maxam, dedicado a armamento) se limit¨® a difundir un comunicado en el que asegura que no fabrica bombas de racimo y que sus productos cumplen "estrictamente" las instrucciones del Ministerio de Defensa. Sin embargo, consta que la compa?¨ªa fabricaba ese tipo de armamento, destinado a la aviaci¨®n, hace apenas una d¨¦cada. Ahora cuenta con capacidad y tecnolog¨ªa para fabricar este tipo de armamento que hoy d¨ªa s¨®lo se fabrica por encargo.
La acci¨®n de Greenpeace se enmarca dentro de las protestas que la ONG est¨¢ llevando a cabo con motivo de la conferencia que se desarrolla en Dubl¨ªn, en la que se deber¨¢ regular el uso de las bombas de racimo.
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