El resplandor de una cantaora

Noche importante, la protagonizada por Estrella Morente en el escenario del Alb¨¦niz. Noche que fue de menos a m¨¢s, pues en los primeros temas parec¨ªa no encontrar su forma de decir adecuada: fragmentos m¨¢s o menos planos, falta de convicci¨®n en algunos momentos, ausencia de remates en ciertos temas. Por suerte, la cantaora fue ganando seguridad en s¨ª misma y pudo encarrilar el concierto por cauces m¨¢s seguros.

Ah¨ª ya fue la cantaora brillante que ella acostumbra a ser. A partir, en cualquier caso, de las malague?as gan¨® entidad su cante, al que dio vibraci¨®n y potencia, sin olvidarse cuando llegaba el momento oportuno de los registros bajos. Sus siguiriyas fueron de una gran enjundia flamenca. Sigui¨® por sevillanas y por fandangos de Huelva, dicho todo con una enorme flamencura. Mucho homenaje a la Ni?a de los Peines, por la que Estrella siente veneraci¨®n que reflej¨® en un disco. Hizo tambi¨¦n ese preg¨®n pastoril que hac¨ªa tiempo no le escuch¨¢bamos, y que es una joya a palo seco.

Ya en la parte final del concierto entr¨® en otra serie de cosas entre las que quiz¨¢s se hallaba lo mejor de la noche. Volver, por ejemplo, que no es flamenco, pero que desde que lo cant¨® para la pel¨ªcula de Almod¨®var es tema obligado en sus recitales. Lo hace cada vez con mayor garra, rabiosamente en ocasiones, admirablemente siempre.

Al final no debi¨® sacar como invitado a Pollito de California. Ni ¨¦l tiene categor¨ªa para estar en un acontecimiento como el de Estrella, ni ella lo necesita. No obstante hizo un cante que gan¨® categor¨ªa en la voz de ella, que no estuvo mal.