"Que empiece de una puta vez"
Andr¨¦s Calamaro lamenta la segunda suspensi¨®n consecutiva de su concierto en Burjassot
Como si se tratase de una maldici¨®n, las fuertes rachas de lluvia terminaron por arruinar, por dos veces en menos de una semana, el concierto que el m¨²sico argentino Andr¨¦s Calamaro ten¨ªa previsto ofrecer en el polideportivo de Burjassot, al aire libre. Era el inicio de su gira estatal, y su primera fecha en Valencia desde 1999. La cita, inicialmente prevista para el pasado d¨ªa 17, se aplaz¨® hasta la noche del pasado d¨ªa 23 por las inclemencias meteorol¨®gicas. Lo que nadie hab¨ªa previsto es que estas se repitieran seis d¨ªas m¨¢s tarde, el viernes por la noche y a la misma hora. Pasadas las 23.30, se anunci¨® la suspensi¨®n definitiva del concierto. El roquero porte?o, en conversaci¨®n mantenida con este diario y el responsable de la revista Efe Eme en su propia habitaci¨®n de hotel pasada la una de la madrugada, reconoc¨ªa sentirse "responsable de no haber impuesto una garant¨ªa de seriedad art¨ªstica y calidad, que es lo que quer¨ªamos mostrar". De hecho, Calamaro lleg¨® a referirse a esta gira como "una gira maldita". "S¨¦ que lo importante es c¨®mo termine y no c¨®mo empiece, pero que empiece ya de una puta vez. Con el tiempo todo esto lo recordaremos con una sonrisa", afirm¨®.
Permanentemente enganchado a un ordenador personal port¨¢til repleto de m¨²sica ajena y propia (sin editar) y con una botella de agua como ¨²nica compa?era, el veterano m¨²sico argentino se mostr¨® apenado: "Por la gente que vino de muy lejos, como San Sebasti¨¢n, Santiago o Sevilla, as¨ª como por el p¨²blico valenciano, que merece, con todos los respetos a la organizaci¨®n, vernos en un recinto donde no estemos expuestos a estas cosas". Tanto Calamaro como su representante confirmaron que tratar¨ªan de encontrar en pr¨®ximas semanas un hueco dentro de esta gira para volver a Valencia en mejores condiciones, aunque no ser¨¢ f¨¢cil. Aproximadamente 5.000 personas mostraron de forma sonora su descontento ante la segunda suspensi¨®n en las inmediaciones del recinto, con pitadas y abucheos. El m¨²sico porte?o, que reconoci¨® que "jam¨¢s hab¨ªa suspendido dos veces seguidas", trataba de tom¨¢rselo con filosof¨ªa casi po¨¦tica: "No hay ning¨²n manual que les diga a los m¨²sicos qu¨¦ hacer cuando se quedan sin tocar, y menos por segunda vez. Al final el tiempo cura estas cosas...y se quedan en cenizas y diamantes".
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