Esto ya lo advirti¨® Imaz
Nada m¨¢s enterarse de la detenci¨®n del dirigente etarra Javier L¨®pez Pe?a, Thierry, el martes por la noche en Burdeos, el ex presidente del PNV Josu Jon Imaz, telefone¨® desde Boston -donde se encuentra desde finales de a?o, tras abandonar la direcci¨®n del partido por diferencias con el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe- al ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, para felicitarle por el ¨¦xito policial.
Imaz, que particip¨® en el proceso de final dialogado del terrorismo, felicit¨® a Rubalcaba porque sabe bien qui¨¦n es L¨®pez Pe?a. Sabe que fue el dirigente de ETA que rompi¨® las reglas de juego del proceso, en la reuni¨®n que mantuvo con el Gobierno en diciembre de 2006; el que orden¨® colocar la bomba en la T-4 de Barajas, que revent¨® de hecho la tregua y el que dirigi¨® la campa?a de atentados posterior, tras su ruptura formal el 5 de junio de 2007. Era ¨¦l quien fijaba la orientaci¨®n pol¨ªtica de ETA con el poder que otorga, en una banda, el control de las armas y el dinero.
El ex presidente del PNV telefone¨® desde Boston a Rubalcaba para felicitarle por la captura de Thierry
A Barandiaran se le atribuye el encargo de ETA de reorganizar Batasuna
La felicitaci¨®n de Imaz contrasta con las posiciones de la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, y del portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, que restaron importancia a esa detenci¨®n y la atribuyeron a una campa?a propagand¨ªstica de Zapatero para oscurecer su entrevista con Ibarretxe. Pero m¨¢s grave fue la respuesta del ex presidente del PNV Xabier Arzalluz, que, adem¨¢s de lo anterior, censur¨® al Gobierno la detenci¨®n de L¨®pez Pe?a por haber sido uno de sus interlocutores en el proceso.
Arzalluz hizo que ignoraba lo que Imaz y los conocedores del proceso saben: que L¨®pez Pe?a s¨®lo se sent¨® en la mesa de conversaciones con el Gobierno para romperlo, sustituyendo a Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera, que fue el interlocutor habitual de ETA. Y tambi¨¦n que existen serias sospechas de que el asesinato de Isa¨ªas Carrasco, el ex edil de Mondrag¨®n (Guip¨²zcoa), el 7 de marzo, fue una venganza de L¨®pez Pe?a contra el interlocutor socialista en las conversaciones y presidente del PSE, Jes¨²s Eguiguren, dada su proximidad personal.
La importancia pol¨ªtica de las detenciones del martes tiene otra ramificaci¨®n en el ex alcalde de Andoain (Guip¨²zcoa) Jos¨¦ Antonio Barandiaran, de Euskal Herritarrok, la marca con la que Batasuna se present¨® a las municipales de 1999. A Barandiaran se le atribuye el encargo de ETA de reorganizar a una Batasuna descabezada y desorientada tras la tregua.
Todo apunta a que mientras ETA tratar¨¢ de responder con un atentado a corto plazo para demostrar que no est¨¢ derrotada, en la antigua Batasuna habr¨¢ movimientos para contrarrestar el nuevo golpe que le ha supuesto la redada policial del martes. Algunas fuentes se?alan que el golpe policial reabrir¨¢ el debate en su seno sobre la posibilidad de respaldar la consulta que Ibarretxe presentar¨¢ en el Parlamento vasco el 27 de junio. Los votos de EHAK-PCTV, la marca de la antigua Batasuna, son indispensables para que el Parlamento autorice la iniciativa.
En todo caso, el presidente del PNV, I?igo Urkullu, se ha curado en salud y se ha adelantado a ese riesgo al anunciar que su partido tratar¨¢ de evitar el apoyo de EHAK-PCTV a la propuesta de Ibarretxe, al incluir en ella una condena expl¨ªcita de ETA. Urkullu no quiere que se repita lo sucedido en diciembre de 2004, cuando el plan Ibarretxe 1 qued¨® contaminado al aprobarse con el voto decisivo de una formaci¨®n que no condenaba la violencia. Pero tendr¨¢ que convencer a¨²n a Eusko Alkartasuna, que no rechaza el voto de EHAK-PCTV, y al lehendakari. Urkullu es consciente del riesgo que corre el PNV si la ya pol¨¦mica propuesta de consulta de Ibarretxe sale, adem¨¢s, aprobada con el voto decisivo de una formaci¨®n que no condena a ETA, cuando la banda est¨¢ en una campa?a de atentados de ciclo largo. De ah¨ª que, como mal menor, prefiera el fracaso de la propuesta y un posible adelanto electoral.
Imaz ya advirti¨® al PNV sobre el riesgo de la consulta en dos ocasiones. La primera, en julio del a?o pasado, cuando dijo que se pod¨ªa convertir en el plan B de una ETA debilitada. Y la segunda, el pasado abril, cuando dijo que la prioridad del PNV deb¨ªa ser, ahora, la deslegitimaci¨®n pol¨ªtica y social de ETA.
Imaz coincide con Zapatero en la tesis de que ETA est¨¢ en su ciclo terminal, aunque sin fecha, por su debilidad operativa y pol¨ªtica, ante el acoso policial, judicial, la colaboraci¨®n internacional y el hartazgo de la sociedad vasca con la violencia. De ah¨ª que fije como prioridad, ahora, la deslegitimaci¨®n pol¨ªtica y social de la banda. Para ello cree b¨¢sica la unidad de los partidos contra ETA, una estrategia en la que empieza a colaborar el PP y de la que se despega el PNV.
Es verdad que Urkullu est¨¢ tratando de que la consulta de Ibarretxe no se convierta en el plan B de ETA, y tambi¨¦n que el Gobierno vasco combate a sus comandos. Pero la deslegitimaci¨®n pol¨ªtica y social de ETA se ve afectada al enredarse con el plan Ibarretxe, como advert¨ªa Imaz.
La estrategia electoralista de Ibarretxe le sit¨²a en la equidistancia entre el Gobierno y ETA, lo que le empuja, como ha sucedido estos d¨ªas, a minusvalorar la importancia de las detenciones, calific¨¢ndolas de propagand¨ªsticas, o a acusar al Gobierno de dar cobertura a la tortura (otra cosa es la denuncia de abusos policiales, que deben investigarse por la v¨ªa judicial). Estas actitudes debilitan la unidad contra ETA. Pero el problema de fondo radica en que el PNV no admite que ETA es m¨¢s que sus comandos -pese al papel de algunos pol¨ªticos de Batasuna, como el ex alcalde de Andoain- y en su insuficiente respaldo institucional a los amenazados en pueblos de fuerte influencia etarra, como se comprob¨® en Mondrag¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.