Consejo Audiovisual

Todos los ¨®rganos de extracci¨®n parlamentaria tienen como una de sus caracter¨ªsticas definitorias la independencia en su actuaci¨®n pero resulta que todos los miembros son elegidos a propuesta de los grupos parlamentarios por el conjunto de la C¨¢mara. A partir de ah¨ª se produce el absurdo de que los periodistas se?alamos la procedencia de su nominaci¨®n como un elemento determinante de su intervenci¨®n. Eso ha ocurrido con el Consejo Audiovisual de Andaluc¨ªa, aunque podr¨ªamos decir lo mismo del Consejo Consultivo o del Consejo de Administraci¨®n de la RTVA. A nadie causa asombro que se hayan elegido los miembros del consejo de la RTVA en funci¨®n de cuotas de partidos y que a ninguno de sus miembros se les haya pedido capacitaci¨®n profesional para el acceso al puesto, motivo por el cual est¨¢ lleno de ex alcaldes, ex diputados o miembros de la direcci¨®n del partido de turno y van a tener bajo su responsabilidad la gesti¨®n de la televisi¨®n p¨²blica, en cuyo funcionamiento ha sido determinante el acuerdo entre los grupos pol¨ªticos.

En cambio, el Consejo Audiovisual de Andaluc¨ªa, desde el primer momento, suscit¨® un extraordinario inter¨¦s p¨²blico, m¨¢s all¨¢ de las escasas competencias que la ley le asigna. En el proceso de selecci¨®n de sus componentes, para los que s¨ª se tuvo en cuenta su capacidad profesional, hubo una gran controversia que llev¨® a un retraso considerable en su elecci¨®n. Se form¨® con una mayor¨ªa de buenos profesionales, muchos de ellos con a?os de vinculaci¨®n a los medios de comunicaci¨®n, la mayor¨ªa independientes de los partidos que los hab¨ªan propuesto. Se eligi¨® para presidir el ¨®rgano a un profesor de la Facultad de Comunicaci¨®n proveniente del mundo de la literatura, Manuel ?ngel V¨¢zquez Medel, tras la renuncia del primer candidato, el estudioso de la comunicaci¨®n Bernardo D¨ªaz Nosty. Se constituy¨® un ¨®rgano cuya principal tarea consisti¨® en dotarse de reglamento, medios materiales para su funcionamiento, sede y personal. Las competencias del consejo son la vigilancia sobre los contenidos del sector audiovisual por lo que sus resoluciones entran en el ¨¢mbito de los valores, salvo que lleve a cabo sus competencias sancionadoras. Algunos vieron la oportunidad de utilizar el Consejo Audiovisual como una herramienta en la campa?a contra la RTVA: determinados medios por odio o por ver a la radio televisi¨®n p¨²blica como una competencia publicitaria, otros por animadversi¨®n hacia todo lo que tenga su origen en iniciativas del Gobierno andaluz. Se us¨® el argumento de la independencia, sacrosanto concepto nunca del todo determinado. ?Qui¨¦n es independiente? ?Con respecto a qu¨¦? ?Qui¨¦n lo determina? Para algunos medios de comunicaci¨®n y para el PP la independencia consiste en darle a todo lo que huela a socialista, de manera especial en este caso a Canal Sur. Y en esa din¨¢mica entr¨® el presidente, que pens¨® que su prestigio personal estaba por encima del ¨®rgano que presid¨ªa y de quienes le hab¨ªan propuesto para el mismo. As¨ª entr¨® en esa din¨¢mica de te¨®rica independencia y decidi¨® que la mejor manera era censurar la actuaci¨®n de los periodistas de Canal Sur, lo que motiv¨® que el Consejo se viera dividido por la mitad en funci¨®n de los deseos de castigar a la RTVA. Se inici¨® una espiral de enfrentamientos que ha terminado, por el momento, con la dimisi¨®n del propio V¨¢zquez Medel. En Andaluc¨ªa, seg¨²n parece, los periodistas independientes son los que critican a la Junta, los profesionales independientes son antisocialistas y as¨ª sucesivamente.

Es necesario un regulador audiovisual formado por profesionales elegidos por periodos m¨¢s largos que los de una legislatura y con mandato improrrogable con mayores competencias, incluso para la concesi¨®n y retirada de licencias. Es importante que los ¨®rganos institucionales muestren su utilidad a los ciudadanos y que salga la pol¨ªtica partidista de la gesti¨®n del audiovisual. Es muy conveniente que todos nos creamos la necesidad del consejo a pesar de los tropezones.