Palma de Oro a la nueva Francia
'Entre les murs', met¨¢fora de un pa¨ªs mestizo, gana en Cannes por unanimidad
El presidente del jurado, ese actor intenso y magn¨¦tico llamado Sean Penn, alguien que siempre ha utilizado su condici¨®n de intocable estrella del cine para no cortarse la lengua, para dar sus arriesgadas e impopulares opiniones sobre el estado de las cosas, algo normal, pero que en Estados Unidos puede llevar el estigma del pensamiento radical, ha repetido a lo largo del Festival de Cannes que el cine debe de estar conectado con la vida y hablar de la realidad. Tambi¨¦n que hab¨ªa que huir del modelo y de los rituales que suponen los Oscar. Lo segundo lo entiendo un poco menos, viniendo de alguien que ha logrado varias nominaciones y que mostr¨® su comprensible felicidad cuando se lo concedieron por su magn¨ªfico trabajo en Mystic river.
El festival puede permitirse elegir lo mejor, y esta vez lo ha hecho
Fiel a esos selectivos principios y con la presumible solidaridad de la concienciada gente que le acompa?aba en el jurado, han concedido la anhelada Palma de Oro a Entre les murs, una pel¨ªcula empe?ada en reproducir la vida sin adulterarla, en describir con conocimiento, respeto y sentimiento los conflictos que provoca intentar educar y ense?ar, las tensiones de todo tipo que laten en un colegio multirracial y con mayor¨ªa de inmigrantes, el retrato de las preocupaciones prioritarias de los adolescentes alumnos, la t¨¢ctica de un profesor joven y humanista para ser escuchado y respetado por chavales que sienten instintivo enfrentamiento con cualquier forma de autoridad. El director Laurent Cantet aborda Entre les murs con vocaci¨®n de documentalista, sin forzar el dramatismo ni encontrar soluciones definitivas, utilizando sabiamente a gente que no est¨¢ interpretando, que se limita a ser como es, sin ir de listo ni de moralista. Y lo que muestra es emotivo y duro, cotidiano y cercano. Ofrece sensaci¨®n de verdad, de haber captado con inteligencia y sensibilidad los claroscuros de la vida, de saber de lo que habla, de huir del ¨¦nfasis y la adulteraci¨®n. Bertrand Tavernier hab¨ªa utilizado un tono parecido para hablar de un universo similar en la hermosa Hoy empieza todo. Como ¨¦l, Laurent Cantet tambi¨¦n demuestra con Entre les murs que el arte no est¨¢ re?ido con lo did¨¢ctico, que el retrato sociol¨®gico puede ser conmovedor. Es una pel¨ªcula tan hermosa como necesaria, un soplo de autenticidad y de frescura, una justificada Palma de Oro.
El Gran Premio del Jurado a Gomorra tambi¨¦n apuesta por el realismo. En este caso, hablando con espeluznantes datos de un mundo siniestro que s¨®lo obedece sus propias leyes. Es el N¨¢poles regido por la Camorra, la descripci¨®n del vasallaje que impone, la imposibilidad de escapar de su influencia, la corrupci¨®n y la violencia como cotidiana forma de relaci¨®n, su imperio feudal en todas las facetas de la econom¨ªa, sus ramificaciones en todo tipo de negocios legalizados o subterr¨¢neos. El director Mateo Garrone nos impacta sin necesidad de recurrir al efectismo. El cine italiano ha recurrido muchas veces a esta tem¨¢tica s¨®rdida, pero aunque estemos familiarizados con ella, el director Mateo Garrone consigue seguir impresionando con ella, con la ausencia de soluciones ante un poder ancestral, feudal y letal.
Han considerado que el director turco Nuri Bilge Ceylan ha sido el mejor en esta edici¨®n, algo que s¨®lo se puede tomar como una broma de dudoso gusto cuando est¨¢ compitiendo con alguien llamado Clint Eastwood, un cl¨¢sico que ya no tiene que exponer en concursos a sus magistrales criaturas. Es un disparate que hayan dejado sin ning¨²n galard¨®n a Changeling, otra impagable mirada de Eastwood a los monstruos que se ceban con los ni?os. Lo hace con magisterio y profundidad, con una forma de contar y matizar las cosas m¨¢s perturbadoras con elaborada sencillez, algo que s¨®lo est¨¢ al alcance de los grandes.
Bilge Ceylan posee estilo visual y atm¨®sfera, pero tambi¨¦n tendencia a recrearse en lo pl¨²mbeo, en la morosidad psicol¨®gica, en planos interminables que intentan retratar tormentos y compulsiones internas. Los tres monos mantiene esa tediosa est¨¦tica describiendo las tensiones y los enga?os entre una familia a punto de descomposici¨®n. Para entendernos: es el tipo de creador espeso o herm¨¦tico por el que sienten veneraci¨®n los festivales. Algo que tambi¨¦n comparten los hermanos Dardenne.
Consecuentemente, no se han ido de vac¨ªo en su prestigioso gueto, aunque est¨¢ vez s¨®lo puedan consolarse con el premio al mejor gui¨®n. En El silencio de Lorna siguen empe?ados en reconstruir tragedias actuales con estilo seco. Aqu¨ª, la de los inmigrantes eslavos que son explotados por las mafias a en su sue?o de conseguir la nacionalidad en el pa¨ªs al que les ha conducido su desesperaci¨®n. Tambi¨¦n pretenden hacer notar¨ªa de la realidad, pero en su faceta exclusivamente deprimente, con personajes acorralados que te dejan indiferente, todo lo contrario que Laurent Cantet.
Hab¨ªa pocas dudas de que el premio al mejor actor le iba a caer a Benicio del Toro. No por razones de amiguismo (sus jueces Sean Penn y Natalie Portman tambi¨¦n son sus colegas), sino por insostenible l¨®gica. La creaci¨®n que hace del Che Guevara es memorable, sobria y sentida, perfecta en gesto, voz y presencia. Pero no era previsible que le otorgaran el premio a la mejor actriz a la brasile?a Sandra Corveloni, una mujer que nunca se hab¨ªa puesto delante de la c¨¢mara. Es espont¨¢nea, es cre¨ªble, es expresiva, no est¨¢ contaminada.
Ha sido un Cannes notable, para todos los gustos. Pueden elegir lo mejor. Esta vez lo han hecho.
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