Imagine
Imag¨ªnese que un d¨ªa le roban por la calle. Usted no se da cuenta, porque no le quitan mucho dinero. Pero imag¨ªnese que, al mismo tiempo, roban a su pareja, a sus padres, a sus hijos, a sus amigos, a sus colegas, a todas las personas con las que pueda cruzarse por la calle cualquier d¨ªa. A todos les quitan unos pocos euros, y ninguno de ustedes se da cuenta. Ahora imag¨ªnese que le presentan al ladr¨®n, y que ¨¦l le explica que el dinero que le ha robado se lo va a dar a un se?or al que le viene muy bien para hacer un negocio. Imagine c¨®mo se sentir¨ªa usted, qu¨¦ opini¨®n tendr¨ªa del ladr¨®n original y de su amiguete empresario.
En El ?lamo han convertido las antiguas escuelas en una biblioteca. El edificio, de ladrillo rojo y estirpe institucionista, conserva una placa en recuerdo de dos hermanas, maestras, que regalaron al Ayuntamiento el terreno preciso para edificarlo hacia 1920. En El ?lamo, en 2008, la Comunidad de Madrid ha decidido privatizar un colegio p¨²blico cuya construcci¨®n cost¨® 200 millones de euros, y lo ha puesto a la venta en unas condiciones estupendas para que algunos se?ores hagan un buen negocio. Esos 200 millones de euros son suyos, y m¨ªos, y de su pareja, y de sus vecinos. Nos los han robado por la cara, pero en lugar de chillar, correr, e ir a poner una denuncia, usted est¨¢ en su casa, tan tranquilo.
?Por qu¨¦? ?Es que no comprende que el dinero p¨²blico es suyo, que los servicios p¨²blicos le pertenecen, que si hoy es el colegio de El ?lamo, ma?ana ser¨¢ la monitora de yoga de su madre, y pasado el traumat¨®logo de su centro de salud? Mientras busca la respuesta, le propongo un ¨²ltimo ejercicio. Imagine un pa¨ªs que experiment¨® un impulso tan formidable de fe en el progreso, que edific¨® colegios p¨²blicos con donaciones privadas. R¨¦stele el pa¨ªs en el que vive, y saque usted sus propias conclusiones.
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