Peregrinos de Marcelino
La selecci¨®n se re¨²ne con el goleador y los dem¨¢s jugadores que ganaron el torneo en 1964
Tocado con una gorra de visera de terciopelo negro y cubriendo sus ojos celestes con unas gafas de sol con armadura de metal, Marcelino Mart¨ªnez Cao recordaba a esos almirantes que hicieron frente al imperio japon¨¦s desde el puente de mando de un destructor. Al verle, con el semblante tan severo y tan cinematogr¨¢fico, totalmente vestido de negro, ayer en la galer¨ªa de la Ciudad del F¨²tbol en Las Rozas, el seleccionador Luis Aragon¨¦s no pudo reprimirse: "?Con esa gorra vamos a Hollywood!". La carcajada fue general entre los concurrentes. Hab¨ªa poco menos de cien personas. Se celebraba un encuentro: el de la selecci¨®n que gan¨® la Eurocopa en 1964, y el del equipo que jugar¨¢ el torneo a partir de la semana que viene en Austria y Suiza. Entre la multitud de directivos, t¨¦cnicos, futbolistas, viejas glorias, y oportunistas que se amontonaron para aparecer en la foto, el hombre de la gorra negra destac¨® por encima de todos. Como si tuviera el aura de los predestinados. Era Marcelino.
"En aquella ¨¦poca al entrenador no le hac¨ªamos caso", dijo Marcelino
"Ahora los jugadores espa?oles vuelven a ser importantes en sus equipos"
"Podemos hacer algo grande. A Torres le he dicho que a ver si se tra¨ªa la Copa"
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La presencia del autor del gol decisivo en el legendario triunfo ante la URSS (2-1 en la final del estadio Bernab¨¦u), origen del ¨²nico trofeo en la historia de la selecci¨®n espa?ola, activ¨® la fibra supersticiosa que hay en todo competidor. Los goleadores, capaces de oler un amuleto a varios kil¨®metros, le rodearon instintivamente. No como a un almirante, sino como a la viva imagen de un santo. Como si el contacto con el hombre al que se arrimaban les confiriese un extra?o poder. El im¨¢n, que llaman los delanteros. Esa fuerza magn¨¦tica capaz de conducir el bal¨®n a trav¨¦s del caos, hasta el pie del elegido. Torres a su izquierda, Sergio Ramos, un carrilero con alma de nueve, a su espalda, y David Villa, a su derecha, acompa?aron a Marcelino durante el acto, organizado ayer por el diario Marca.
El evento fue breve pero emotivo. Marcelino, emocionado ante las muestras de cari?o, estableci¨® paralelismos entre su selecci¨®n y la actual. "En aquel tiempo, los cracks espa?oles eran las figuras de sus equipos", dijo. "En Espa?a y en el extranjero. Luis Su¨¢rez en el Inter, Gento en el Madrid, Del Sol en el Betis y en el Juventus, y yo en el Zaragoza, donde fui fundador del equipo de los Cinco Magn¨ªficos junto con Lapetra. Ahora veo que los espa?oles vuelven a ser importantes en sus equipos. Fernando Torres en el Liverpool, Villa en el Valencia, Cesc en el Arsenal, y Casillas en el Real Madrid, son algunos ejemplos".
"Espero que Luis no cumpla su palabra y siga en la selecci¨®n despu¨¦s de la Eurocopa", coment¨® despu¨¦s; "espero que le metan presi¨®n para que siga, porque eso significar¨¢ que la ha ganado".
A sus 68 a?os, este gallego nacido en Ares, en la provincia de A Coru?a, conserva la estampa de morlaco que gast¨® en sus a?os fieros. Ayer, le acompa?aron Gento, Di St¨¦fano, Del Sol y Gallego, entre otros. Gento, que ocup¨® el extremo izquierdo, record¨® el hist¨®rico gol que dio el triunfo a Espa?a contra la URSS: "Pereda le centr¨® un bal¨®n desde la banda derecha y ¨¦l lo cabece¨® girando el cuello. Dicen que Yashin [el portero ruso] no hizo nada. Que hizo la estatua. ?Pero es que no hab¨ªa nada que hacer!".
El gol, que entr¨® en la porter¨ªa del fondo sur del Bernab¨¦u, supuso un tremendo alivio para los jugadores espa?oles. "?Franco estaba en el palco!", apunt¨® Gento; "y el rival era la URSS en plena ¨¦poca comunista. Los rusos ten¨ªan un equipazo. Para nosotros eso no era un partido de f¨²tbol, era una guerra. Los jugadores ten¨ªamos una presi¨®n muy grande. Mucho m¨¢s que si la final se hubiera jugado en otro pa¨ªs. ?Pens¨¢bamos que si perd¨ªamos ¨ªbamos a la c¨¢rcel! Pero ten¨ªamos un buen equipo, y nos sent¨ªamos los due?os de la cancha. En aquella ¨¦poca, al entrenador no le hac¨ªamos caso. ?C¨®mo no lo ¨ªbamos a ignorar si yo gan¨¦ cinco Copas de Europa seguidas con cinco t¨¦cnicos distintos? No es que fueran malos. Eran buenos, pero los que ganan y pierden los partidos son los jugadores".
"Esta selecci¨®n actual me gusta mucho", opin¨® Gento, en referencia al equipo que dirige Aragon¨¦s; "sobre todo en el centro del campo. Ah¨ª hay gente que sabe jugar muy bien al f¨²tbol. Despu¨¦s, tenemos dos buenos delanteros y una buena defensa. Tengo la impresi¨®n de que esta vez podemos hacer algo importante".
Marcelino se sinti¨® bastante impresionado ante el s¨²bito entusiasmo que despert¨® su presencia. Cuando le preguntaron por los consejos que le hab¨ªa dado a Fernando Torres, de goleador a goleador, para la pr¨®xima Eurocopa, confes¨® la verdad llana. Nada. No hubo admoniciones, ni recomendaciones, ni asesoramientos. Hay asuntos, y los encargados del gol lo saben, que es mejor no resolver con palabras. El h¨¦roe se limit¨® a cumplir con la f¨®rmula de gentileza: "S¨®lo le dije que a ver si se tra¨ªa la Copa".
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