La madre m¨¢s vieja tiene 380 millones de a?os y es un pez
El f¨®sil es de un animal que vivi¨® mucho antes que los dinosaurios
Mucho antes de que existieran los dinosaurios, cuando todav¨ªa no hab¨ªa ning¨²n animal vertebrado viviendo en tierra firme, ya exist¨ªan peces que par¨ªan a sus cr¨ªas. La prueba es un f¨®sil de pez acorazado, de hace 380 millones de a?os (los dinosaurios aparecieron unos 150 millones de a?os m¨¢s tarde), descubierto en Australia. Los paleont¨®logos lo han analizado y han descubierto que la cr¨ªa est¨¢ a¨²n unida a la madre por un cord¨®n umbilical (el ejemplo de viviparismo en vertebrados m¨¢s antiguo, hasta ahora, era 200 millones de a?os m¨¢s reciente que ¨¦ste).
"Al estudiar el esp¨¦cimen ca¨ª en la cuenta de que era la evidencia m¨¢s antigua de sexo en vertebrados por copulaci¨®n; no se trata de desove en el agua, sino sexo del divertido", comenta John Long, l¨ªder de la investigaci¨®n y jefe cient¨ªfico del Museo Victoria australiano. Aquellos primitivos animales se reproduc¨ªan por fertilizaci¨®n interna, la madre proporcionaba alimento al embri¨®n y par¨ªa una cr¨ªa viva, de modo similar a los mam¨ªferos actuales. Los investigadores presentan hoy su importante hallazgo en la revista Nature.
El pez acorazado en cuesti¨®n, ya extinguido, med¨ªa unos 25 cent¨ªmetros de largo y pertenec¨ªa a los placodermos. Este grupo de vertebrados era tan dominante en el Paleozoico Medio (hace entre 420 y 350 millones de a?os), que se dice que fueron los dinosaurios de los mares, los reyes de oc¨¦anos y lagos durante casi 70 millones de a?os, seg¨²n explica el Museo Victoria en un comunicado.
El f¨®sil, hallado en 2005 en la denominada Formaci¨®n Gogo, est¨¢ sorprendentemente bien conservado en tres dimensiones, incluso los huesos finos y fr¨¢giles del embri¨®n, que es ¨²nico, afirman los cient¨ªficos en su art¨ªculo.
Como se trata de una nueva especie, Long y sus colegas han elegido nombre para ella y han decidido bautizarla Materpiscis attenboroughi, haciendo alusi¨®n a su condici¨®n de pez madre y en honor del famoso naturalista brit¨¢nico David Attenborough, que hace m¨¢s de 30 a?os llam¨® la atenci¨®n mundial sobre la importancia de los f¨®siles de la Formaci¨®n Gogo, en el noroeste de Australia. "Me siento muy halagado por el bautizo con mi nombre de una criatura tan asombrosa", respondi¨® Attenborough en una carta a Long.
Los investigadores han dedicado mucho tiempo al an¨¢lisis minucioso del f¨®sil con t¨¦cnicas avanzadas y han podido determinar que el embri¨®n est¨¢ efectivamente conectado a la madre por un cord¨®n umbilical mineralizado. "Claramente esta cr¨ªa habr¨ªa nacido viva si la madre hubiera sobrevivido", considera Alex Ritchie, paleont¨®logo del museo australiano. "Este asombroso f¨®sil nos proporciona el registro m¨¢s antiguo, por mucho, de parto viv¨ªparo en animales vertebrados".
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