Pasen y vean: ?al rico festival!

Cada d¨ªa un alcalde, un concejal de Cultura o un consejero auton¨®mico -vamos, un pol¨ªtico- suelta un discurso y declara inaugurado o clausurado un festival de cine en Espa?a. Cada d¨ªa. Seg¨²n las cifras del Ministerio de Cultura, en 2008 ha habido o habr¨¢ 232 festivales. Si cada uno tiene -y lo tiene- su bonito acto de inauguraci¨®n y su no menos bonito acto de clausura, de sobra se cubren los 366 d¨ªas de esta temporada.

Existen por todo el pa¨ªs 134 muestras dedicadas al campo del cortometraje

Mikel Olaciregui: "Hay cert¨¢menes que pagan por tener las pel¨ªculas"

Sirva este fin de semana como ejemplo. Hoy arrancan la segunda edici¨®n de Cines del Sur de Granada y el XV Festival Internacional de Cine del Medio Ambiente (FICMA), en El Prat de Llobregat. Ma?ana, el Festival Internacional de Cinema de Comedia de Pe?¨ªscola, que cumple dos d¨¦cadas. Y se clausuran el II Ibiza International Film Festival y el noveno festival Islantilla Cine y Televisi¨®n. Ahondando en los n¨²meros que proporciona el Ministerio, mayo -con 24 convocatorias- parece un buen mes para montar un certamen en Espa?a. El triunfador en materia temporal es octubre, con 42.

Los hay de cortos (los m¨¢s numerosos, con 134), de cine cient¨ªfico, deportivo, la prestigiosa Semana de Cine Experimental de Madrid, de v¨ªdeo amateur... Al gusto del consumidor. "Todo el mundo sabe que el cine da imagen, que as¨ª sale tu pueblo o tu ciudad mucho m¨¢s en la televisi¨®n", asegura Emiliano Allende, responsable del certamen de Medina del Campo. "Parece que alg¨²n concejal piensa que as¨ª ir¨¢ a Los ?ngeles a ligar con una starlette", a?ade entre bromas Fernando Lara, director del Instituto de la Cinematograf¨ªa y de las Artes Audiovisuales (ICAA), que apostilla ya en serio la verdadera labor -la cultural- de tanto festival: "Llevan a sus ciudades largometrajes y cortos que nunca se distribuir¨ªan por el circuito comercial".

?De qu¨¦ viven tantos cert¨¢menes? ?C¨®mo puede haber 134 festivales de cortos si en el Ministerio se registraron 157 cortometrajes en 2007? Empezando por la segunda pregunta, todos los directores consultados (de los cert¨¢menes de San Sebasti¨¢n, Sitges, Gij¨®n, M¨¢laga, Medina del Campo y Alcal¨¢ de Henares) aseguran, con sus matices, que en Espa?a sobran cert¨¢menes de cortos. "Acercan este g¨¦nero al p¨²blico, que desde luego nunca podr¨ªa acceder a ¨¦l de otra manera, pero estamos rozando la saturaci¨®n del mercado", afirma Luis Mariano Gonz¨¢lez, director del certamen de Alcal¨¢ de Henares. "Muchos ayuntamientos han pensado en qu¨¦ eventos les dar¨ªan m¨¢s repercusi¨®n. Y lo de montar un algo de cine les parece sencillo. Como un souffle, esto que ha subido muy r¨¢pido, acabar¨¢ cayendo. A golpe de talonario, de subvenci¨®n, nadie aguanta mucho. S¨®lo sobrevivir¨¢n los que hayan buscado una identidad propia". Emiliano Allende, de Medina del Campo, el otro gran certamen de este g¨¦nero: "?Hay m¨¢s festivales que productores! Si te sale un corto bueno, puedes hasta vivir de ¨¦l, cosa que con un largometraje no. Es un formato distinto, f¨¢cil de transportar, que tiene larga vida en el extranjero, otra ventaja para que los cortometrajistas conozcan mundo. En cambio, el corto atesora valores c¨ªvicos y art¨ªsticos que no tiene el largo. El cine espa?ol actual le debe much¨ªsimo a este formato. Y hay otra cosa: los productores de largos espa?oles se creen que tienen filmes para Cannes y luego all¨ª no les reclama nadie". En Medina del campo, el 70% del presupuesto (en total, 180.000 euros) se destina a premios. "Pero con cabeza. En nuestra nueva secci¨®n de largos hemos dado dinero para ayudar a su estreno comercial".

Y llegan nuevos tiempos. La secci¨®n de videoclips de Medina ha sido m¨¢s vista en YouTube que en las salas. "Deber¨ªamos proteger el valor de los festivales", dice ?ngel Sala, del festival de Sitges, especializado en cine fant¨¢stico y de terror. Tal vez deber¨ªa pensarse en recuperar los cineclubs u otros formatos similares para aclarar el panoram". Sitges, uno de los m¨¢s prestigiosos en su g¨¦nero en todo el mundo, tiene un presupuesto de 3 millones de euros. "Y hacemos malabares, porque al recibir visitas de todo el mundo pagamos grandes gastos en vuelos de largo recorrido". Su festival es una excepci¨®n entre los espa?oles: tiene super¨¢vit econ¨®mico. "El 50% del presupuesto viene del Ayuntamiento, la ayuda del ICCA -el Ministerio- y de la Generalitat. El otro 50% surge de colaboraciones, patrocinios, intercambios e ingresos en taquilla". Sitges vendi¨® en su pasada edici¨®n 53.000 entradas de pago, unos 350.000 euros en caja. En total, por all¨ª pasaron 110.000 visitantes. "Y a nosotros nos cuesta hasta el subtitulado. Cosas de dedicarte a un g¨¦nero y no a una nacionalidad".

En general, los presupuestos de un festival espa?ol se cubren con un 70% de subvenciones, procedentes de ayuntamientos, comunidades aut¨®nomas y del Ministerio. El otro 30%, de patrocinadores, ingresos de merchandising, taquilla y otras entidades colaboradoras. El ICAA reparti¨® el a?o pasado 2.200.000 euros en ayudas a 42 festivales, una decisi¨®n tomada por una comisi¨®n independiente. De esa cantidad, un mill¨®n fue a San Sebasti¨¢n (de un total de ocho millones de presupuesto) y 140.000 a Huelva: el Ministerio forma parte de sus patronatos. "Convendr¨ªa racionalizar tantos festivales", afirma Lara. "Es revelador que haya tantos al final del a?o, cuando se conceden las subvenciones". Mikel Olaciregui, responsable de San Sebasti¨¢n, el ¨²nico certamen de categor¨ªa A, es decir, que proyecta pel¨ªculas in¨¦ditas, apunta otro efecto perverso: "Algunos pagan por las pel¨ªculas. Si nuestra labor medi¨¢tica y de promoci¨®n se pierde por este pago, ?para qu¨¦ sirve un certamen? A nosotros tanta proliferaci¨®n nos afecta en algunas secciones [se refiere a Zabaltegi]". Jos¨¦ Luis Cienfuegos, de Gij¨®n, otro certamen de renombre: "Nosotros nos coordinamos con gente con nuestros mismos intereses, como los festivales de Locarno (Suiza), Rotterdam o Buenos Aires, todos los que apostamos por un circuito alternativo". Cosas diferentes: ellos no dan como premio un jam¨®n a su ganador. Que eso tambi¨¦n pasa en Espa?a.