El Tribunal de la Competencia tiene patr¨®n
El presidente del Tribunal de la Competencia asegur¨® en el Parlamento de Gasteiz que "desarrollan sus funciones de forma independiente (...) con autonom¨ªa de gesti¨®n y sometimiento pleno al ordenamiento jur¨ªdico". A?adi¨® en su intervenci¨®n que "no recibe ni sigue instrucciones o recomendaciones del Gobierno vasco". Para valorar esa afirmaci¨®n sobre la independencia del tribunal es imprescindible analizar c¨®mo se realiza el nombramiento de quienes lo componen. Pues bien, los miembros del tribunal son personas de la confianza de quienes les han nombrado. ?Y qui¨¦n les nombra? El Gobierno vasco. El nombramiento de los tres miembros del tribunal en febrero de 2006 se hizo por el Gobierno, "a propuesta de las Consejeras de Hacienda y Administraci¨®n P¨²blica y de Industria, Comercio y Turismo".
Se quiere tener el campo abierto para desregular el comercio
Los miembros del tribunal tienen la confianza de quienes les han nombrado
Se desconoce de manera p¨²blica todo lo dem¨¢s; desconocemos los m¨¦ritos de esas personas para optar a esa distinci¨®n, as¨ª como cu¨¢l ha sido el proceso de selecci¨®n que han seguido. Se sabe -y es el elemento determinante- que han sido nombrados por miembros del propio Ejecutivo y, salvo que se quiera pecar de ingenuidad, habr¨¢ que concluir que el criterio y m¨¦rito esencial para su nombramiento ha sido el de la confianza.
Nadie duda, por ejemplo, que el Fiscal General del Estado, que es nombrado y cesado por el Gobierno, carece de independencia en sus actuaciones. Nadie duda que act¨²a a impulsos de quien le nombra, bien sea Conde Pumpido obedeciendo a Zapatero, o Cardenal a Aznar. As¨ª pues, una primera conclusi¨®n: ELA niega categ¨®ricamente que los miembros de este Tribunal Administrativo de la Competencia sean independientes del propio Gobierno. En nuestra opini¨®n ese tribunal act¨²a como ¨®rgano pol¨ªtico al servicio de la pol¨ªtica del Gobierno.
Respecto al fondo de la actuaci¨®n instada por el tribunal contra los sindicatos, lo primero que debemos decir es que no existe ning¨²n acuerdo con nadie en relaci¨®n a la apertura o no en domingos y festivos. Simplemente no existe. O dicho de otra manera, la actuaci¨®n que hemos desarrollado los sindicatos en contra de la apertura y a favor del descanso en domingos y festivos de los y las trabajadoras a las que defendemos se enmarca de lleno dentro de la actuaci¨®n propia de la libertad sindical. Nuestros actos no pretenden imponer un precio en el mercado; tan solo -que no es poco- pretenden defender unas condiciones de trabajo. Es evidente que son actuaciones de parte, absolutamente leg¨ªtimas, protagonizadas por los sindicatos para defender derechos laborales. Ni m¨¢s, ni tampoco menos. Y como no puede ser de otra manera, ELA en modo alguno va a renunciar a desempe?ar ese papel.
Y si eso es as¨ª, ?con qu¨¦ objetivos act¨²a el tibunal? Vamos por partes.
1.- En nuestra opini¨®n el tribunal act¨²a como un martillo pil¨®n al servicio del Gobierno. Lo hace contra los derechos fundamentales de la gente trabajadora, con la intenci¨®n de erosionar el baluarte de protecci¨®n que significan esos derechos. El presidente del tribunal ha llegado a decir que la libertad sindical (derecho fundamental) "est¨¢ sujeto al l¨ªmite de la Competencia". Lo concibe como un derecho limitado, topado por las reglas del mercado y por la interpretaci¨®n -interesada como en este caso- que de esas reglas hacen ellos mismos.
2.- ?C¨®mo elige el tribunal contra qui¨¦n y contra qu¨¦ se act¨²a? ?Por qu¨¦ seleccionan abrir expediente contra una actuaci¨®n sindical? Porque el tribunal es ciego respecto de actuaciones protagonizadas por quienes s¨ª tienen poder para adulterar precios; ciego contra las empresas que en r¨¦gimen de casi monopolio influyen adulterando los precios. Esos son intocables. Uno de los d¨¦ficit m¨¢s importantes de este ¨®rgano es que la decisi¨®n de contra qui¨¦n se act¨²a es arbitraria.
3.- Es un debate plagado de intereses. El Gobierno vasco -liderado por el lobby en que se ha convertido el Departamento de Industria- quiere el campo abierto para desregular el comercio al servicio de las grandes empresas; quiere que se le facilite el trabajo. Hacerlo as¨ª les resulta m¨¢s c¨®modo, ya que pueden apelar a "los mandatos de un ¨®rgano independiente". Un ¨®rgano, el tribunal, que es cualquier cosa menos eso.
El mecanismo es sencillo: el Gobierno crea el ¨®rgano, pone en ¨¦l a personas de confianza y, a partir de ah¨ª, se dedican a marcar el camino que debe seguir la pol¨ªtica. Un camino que comparten; un camino que dictan precisamente los mismos que eligen a los miembros del tribunal. En su pen¨²ltima presencia en el Parlamento, el presidente del tribunal dijo a los parlamentarios qu¨¦ deb¨ªan hacer: liberalizar (desregular) por completo los horarios comerciales, permitiendo su apertura cualquier d¨ªa. El tribunal es usado para que haga de punta de lanza y para que, si nadie critica, pasen desapercibidos los verdaderos responsables de la liberalizaci¨®n. Saben que son medidas impopulares y quieren el anonimato pol¨ªtico. Quieren poder decir: "es el Tribunal quien nos lo exige".
4.- En ¨¦ste, como en otros temas, las medias verdades y hasta el enga?o son parte esencial. El tribunal no dice la verdad cuando afirma que persigue la defensa del consumidor. Tampoco dice la verdad cuando habla de que la liberalizaci¨®n de horarios beneficia a todos. Detr¨¢s de la apertura en domingos y festivos est¨¢n las grandes superficies comerciales, las multinacionales -tambi¨¦n las de matriz vasca del Grupo Cooperativo-, y como claros perjudicados, el peque?o y mediano comercio y los y las trabajadores. Lo que sucede con este tema no es una novedad; es el com¨²n denominador de la pol¨ªtica real de este Gobierno: su alianza con los intereses empresariales.
5.- Para fundamentar su actuaci¨®n, el presidente dice que las actuaciones que sigue el tribunal son continuadoras de las que se practican, sobre temas similares, "en EE.UU, en Francia y en la UE". Aparte de la curiosa clase de geograf¨ªa que coloca a Francia fuera de la UE, es muy clarificador que podamos saber d¨®nde se comparan, a qui¨¦nes quieren imitar y de qu¨¦ fuentes beben. Es dif¨ªcil encontrar, en posiciones de libre mercado y neoliberalismo, posturas m¨¢s extremas. Muy clarificador. El presidente, en un alarde de fundamentalismo de libre mercado, ha llegado a decir que su actuaci¨®n "va contra las leyes que protegen derechos", para que ¨¦stas sean cambiadas, porque perjudican la libre competencia. ?Qu¨¦ atrevimiento! Es imposible que el presidente del Tribunal diga las barbaridades que estamos escuchando sin apoyo pol¨ªtico del Gobierno. Menos mal que los derechos fundamentales no est¨¢n en su mano porque de ser as¨ª, si de este tipo de personas dependieran, nos dejan sin ninguno.
6.- Y por ¨²ltimo, el presidente esgrime otro argumento a su favor: lo que dice Madrid, l¨¦ase los dictados del ¨®rgano competente espa?ol en materia de Competencia en relaci¨®n con los sindicatos. Parece como si el tribunal vasco hubiera ido a pedirles amparo para que desde all¨ª se unifique la doctrina m¨¢s conservadora sobre c¨®mo tratar a los sindicatos y a la libertad sindical. S¨ª, amparo doctrinal desde Espa?a para lo que est¨¢n haciendo aqu¨ª. Tambi¨¦n para esto Espa?a es ¨²til para el Gobierno Vasco. Les es ¨²til aquello que sirve para atacar los derechos de los y las trabajadores y los de sus leg¨ªtimos representantes.
?Ya est¨¢ bien! Este Gobierno dice defender los derechos de todos y s¨®lo unos pocos son beneficiados por sus pol¨ªticas (fiscalidad regresiva, privatizaciones, escaso gasto social, creciente super¨¢vit, desregulaci¨®n...). ?Vale ya de utilizar a la Administraci¨®n P¨²blica para servir a privilegiados y para castigar a quienes no aceptamos sus pol¨ªticas antisociales y les criticamos!
Adolfo Mu?oz es secretario general adjunto de ELA.
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