Los chirimbolos rentan 50 veces menos de lo presupuestado
Hacienda preve¨ªa 12 millones de ingresos en 2007 pero obtuvo 250.000 euros
Feos y deficitarios. Es el balance de los primeros meses de vida de los pol¨¦micos chirimbolos que el Ayuntamiento ha instalado en la ciudad. Lo de feos ya se sab¨ªa, el mismo alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, reconoci¨® que no le gustaban. Lo mismo hizo la concejal de Medio Ambiente, Ana Botella. Pero el tema econ¨®mico lo sac¨® ayer a relucir en el pleno municipal el concejal del PSOE, Pedro Sant¨ªn. De los 13 millones que el Ayuntamiento esperaba ingresar en 2007 por los chirimbolos, s¨®lo ha visto unos 250.000 euros.
El Ayuntamiento alega que "el contrato est¨¢ previsto para 10 a?os" y justifica la falta de ingresos porque fue suspendido en 2007 "durante casi tres meses y medio", por lo que los ingresos "sufrieron una variaci¨®n". Adem¨¢s, desde Hacienda explican que se hizo el presupuesto de forma estimativa. Pero es que la variaci¨®n referida es del 98%. Concretamente, 50 veces menos de lo esperado. Adem¨¢s, el panorama de futuro no es muy halag¨¹e?o. La previsi¨®n para 2008 es de unos 12 millones de euros, y a final del primer trimestre (cuando las empresas pagan el canon), s¨®lo se hab¨ªa obtenido algo m¨¢s de un mill¨®n de euros.
El contrato est¨¢ ahora mismo siendo investigado por el Tribunal de Cuentas por presunto desfase contable de 73 millones de euros. El 20 de diciembre de 2006, el Ayuntamiento concedi¨® el contrato de la publicidad exterior, los 890 artefactos, a la uni¨®n de empresas temporales Clear Channel-Cemusa. Dicha firma gan¨® el concurso p¨²blico ofreciendo 160 millones de euros, 73 millones menos que su principal competidora, la empresa Viacom. As¨ª, el Ayuntamiento redujo sus beneficios en un 30% a pesar de se?alar en la resoluci¨®n del concurso que ambas propuestas eran "coherentes".
Pero adem¨¢s, el pliego de condiciones no permiti¨® que se evaluara el impacto medioambiental de las propuestas. El concurso, en el que participaron cinco candidatos, ten¨ªa tres fases: la que juzgaba la oferta econ¨®mica, la comercial y el impacto medioambiental. Sin embargo, el criterio de puntuaci¨®n otorgaba de forma lineal en cada fase la m¨¢xima puntuaci¨®n a la mejor valorada y cero puntos a la peor. Para superar cada evaluaci¨®n se requer¨ªa una puntuaci¨®n m¨ªnima en cada fase. As¨ª, en la primera, tres quedaron descartadas de un plumazo. La segunda fue cosa de dos y a la tercera ya s¨®lo lleg¨® la virtual ganadora, que ni se someti¨® al examen de caracter¨ªsticas ambientales.El pliego del contrato de los chirimbolos especifica c¨®mo se pagar¨¢ al Ayuntamiento por la explotaci¨®n de la publicidad: "La empresa ingresar¨¢ trimestralmente, a contar desde el d¨ªa siguiente a la firma del contrato, el canon resultante de la publicidad existente el ¨²ltimo d¨ªa del trimestre".
Es decir, el ¨²ltimo d¨ªa de cada trimestre se realiza una foto fija de la publicidad que tienen los chirimbolos y se aplica la proporci¨®n sobre los metros cuadrados que tiene cada soporte. En suma, se paga en funci¨®n de la ocupaci¨®n, dice el pliego, pero con la estimaci¨®n de un d¨ªa concreto. "No hay ning¨²n instrumento para controlar el cobro de ese contrato. El Ayuntamiento est¨¢ a merced de las empresas. Si el 31 de cada trimestre se retira la publicidad, no se recibir¨¢ ni un solo euro", critica el socialista Pedro Sant¨ªn.
Una portavoz de Medio Ambiente neg¨® este extremo y dijo que se cobra a la concesionaria en funci¨®n de los metros cuadrados que explota, o sea, del n¨²mero de soportes. "Ahora todav¨ªa no est¨¢n todos los soportes instalados. El canon se aplica en funci¨®n de la superficie que tienen instalada". Pero esa versi¨®n no concuerda con lo que dice el pliego ni con la justificaci¨®n que Botella dio para prever futuros ingresos, basada en la crisis econ¨®mica que azota Espa?a. Si ¨¦sta tiene efectos sobre los ingresos es que se cobra en funci¨®n de la publicidad de los soportes.
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