La Biblia y el crucifijo
Dec¨ªa Arist¨®teles, a quien Madrid honra con una calle pr¨®xima a la avenida de Badajoz, tan pegada, a su vez, a esa zona con varias calles dedicadas a ocho o diez v¨ªrgenes -Virgen de los Reyes, Virgen del Lluc, Virgen del Casta?ar...- , dec¨ªa Arist¨®teles, digo, que, a medida que iba cumpliendo a?os, miraba con m¨¢s simpat¨ªa los viejos mitos de los que, en su juventud, se hab¨ªa distanciado. Como se va acercando mi cumplea?os, miro con mayor simpat¨ªa los mitos cristianos que, como todos los mitos, tienen aspectos muy positivos -por ejemplo, el mito de la virginidad de Mar¨ªa nos ha llevado al descubrimiento real de la fecundaci¨®n in vitro- y tambi¨¦n acogen delirios catastr¨®ficos para los madrile?os en particular y, para no limitarnos al feudo de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, para el resto de la humanidad.
La igualdad humana, propugnada por Cristo, a Aguirre le debe parecer una aberraci¨®n mao¨ªsta
Una aportaci¨®n suprema del cristianismo es, por ejemplo, la idea de igualdad para todos los hombres. Y, como muestra de que, a veces, los cristianos son anticristianos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, que, en bochornosa connivencia con el arzobispo de Madrid Rouco Varela, ha encasquetado la presencia de un cura a los comit¨¦s de ¨¦tica de los hospitales, por su delirante clasismo, demostrado en su pol¨ªtica hospitalaria y en su tambi¨¦n catastr¨®fica pol¨ªtica escolar, que lleva a convertir los colegios p¨²blicos en guetos para inmigrantes, es profundamente anticristiana.
La igualdad humana, propugnada por Cristo y practicada en sus conventos de una forma heroica, por ejemplo, por Teresa de ?vila, a Esperanza Aguirre le debe parecer una aberraci¨®n mao¨ªsta de los evangelios. Aqu¨ª, como en Estados Unidos, el que pueda pagarse una educaci¨®n y una medicina privada, que se las pague, y el que no pueda que se tire a las ruedas de un tren que, en cualquiera de sus modalidades -de cercan¨ªas (Aranjuez, Colmenar Viejo, donde una colonia de viviendas se llama Santa Teresa de ?vila) o de lejan¨ªas-, suele ser muy eficaz a la hora de triturar un cuerpo.
IU, que tiene su sede all¨¢ por Arturo Soria, a aproximadamente kil¨®metro y medio de la calle de la Virgen de la Fuencisla, y el BNG pidieron eliminar la Biblia y el crucifijo en la toma de posesi¨®n de altos cargos. Es comprensible que el PP, el partido de la derecha, votara en el Parlamento de la Carrera de San Jer¨®nimo en contra de esta propuesta. Y tambi¨¦n se comprende que el PSOE, que es el partido del centro, coincidiera con el PP en el voto negativo a esta propuesta impulsada por dos grupos minoritarios.
El socialista Ram¨®n J¨¢uregui declar¨® que la laicidad debe acompasarse al ritmo de los cambios sociales. Mientras llegan esos cambios que deben eliminar los s¨ªmbolos religiosos de la esfera p¨²blica en que se mueve un Estado aconfesional, he elucubrado, en algunos momentos, sobre el crucifijo y la profana Biblia, escrita por un magn¨ªfico equipo de futbolistas hebreos.
Comencemos por la Biblia, que es un tema que tengo fresco porque estoy leyendo Teresa de ?vila. Biograf¨ªa de una escritora, de Rosa Rossi. Teresa de ?vila es el libro m¨¢s fascinante que he le¨ªdo este a?o. Un solo dato de c¨®mo se las gastaba con la Biblia la Iglesia cat¨®lica en los d¨ªas de Teresa de ?vila.
La Biblia s¨®lo pod¨ªa ser le¨ªda en lat¨ªn: las traducciones a las lenguas vern¨¢culas estaban prohibidas. Recu¨¦rdese el ingreso de Luis de Le¨®n en la c¨¢rcel por casi cinco a?os por una traducci¨®n al castellano del Cantar de los cantares. Tambi¨¦n, en esas fechas, estaba prohibido todo comentario a fragmentos de la Biblia. Pong¨¢monos, por un momento, en la piel del Vaticano. ?Es imaginable el cabreo de la Iglesia cat¨®lica tras la p¨¦rdida del incalculable mercado protestante tras la Reforma luterana, que hab¨ªa tenido su origen, sin entrar en el terreno econ¨®mico, en la traducci¨®n de la Biblia al alem¨¢n por Lutero y en la interpretaci¨®n libre de los textos? Del Concilio de Trento, del siglo XVI, al Concilio Vaticano II, de la ¨¦poca de los Beatles, la Iglesia cat¨®lica aboli¨®, para cl¨¦rigos y laicos, la lectura del Antiguo Testamento, que, en cantidad, es el grueso de la Biblia. Y el Papa actual es tridentino. Por tanto, no veo a qu¨¦ viene que, en el Parlamento de la Carrera de San Jer¨®nimo, haya que jurar o prometer sobre una Biblia ¨ªntegra.
Si, como dicen el PP y el PSOE, debe seguir ah¨ª la Biblia, que al menos se reduzca en el Parlamento a la parte de la Biblia que ha le¨ªdo y recomendado la Iglesia cat¨®lica: el Nuevo Testamento. He aqu¨ª un ejemplo en el que nuestro Estado es, literalmente, m¨¢s papista que el Papa. Y del crucifijo en los hospitales, ?qu¨¦ se puede decir? Hace unos meses visit¨¦ a un amigo en una cl¨ªnica de Getafe y cuando vi el crucifijo que, en la pared de encima de la cama, pend¨ªa sobre su cabeza pens¨¦: ?qu¨¦ garant¨ªas tenemos de que esa escarpia est¨¢ bien clavada? Sufr¨ª mucho pensando en lo que pod¨ªa ocurrirle al cr¨¢neo del paciente si la escarpia estaba infectada.
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