Desaceleraci¨®n y crisis

Es tan com¨²n en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica emplear eufemismos y sofismas que ser¨ªa conveniente que se publicase un diccionario de expresiones pol¨ªticas, para que los ciudadanos de a pie no nos dejemos embaucar con vocablos y giros que suelen emplear habitualmente los pol¨ªticos cuando quieren despachar cualquier asunto o problema que afecta al ejercicio de su responsabilidad.

Es lo que se define como lenguaje artero. Si en el arte, mediante la ficci¨®n, se juega con la realidad, en la pol¨ªtica, por medio de la triqui?uela, es con la moralidad.

A decir verdad, resulta tentador componer un lenguaje propio, lo mismo que los argots gremiales, ante la profusi¨®n de palabras polis¨¦micas que ofrece el castellano.

A ra¨ªz de la "aton¨ªa de los mercados que se vislumbra en Espa?a" -eufeminizo, yo tambi¨¦n-, en la calle y en los medios se est¨¢ polemizando sobre si es una desaceleraci¨®n o una crisis.

En la edici¨®n ¨²ltima del DRAE la voz desacelerar se define ¨²nicamente como "disminuir la velocidad": es claro que es una impropiedad sem¨¢ntica al pretender relacionarla con la econom¨ªa.

Y si nos auxiliamos de la edici¨®n pen¨²ltima, en esa entrada leemos entonces "retardar", "retrasar" y "quitar celeridad", cuyas definiciones se refieren a acciones directas que los seres vivos realizan.

Pero de ninguna manera a hechos conceptuales, como as¨ª se desprende en la voz crisis a trav¨¦s de las acepciones; la sexta, la m¨¢s clara: "escasez, carest¨ªa".