La universidad se examina
Tres prestigiosos catedr¨¢ticos debaten en EL PA?S sobre la ense?anza superior
Con un presupuesto anual cercano a los 500 millones de euros y una plantilla de unos 7.000 trabajadores entre profesores, investigadores y personal administrativo, la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) no s¨®lo es una de las instituciones de mayor peso social en Euskadi, sino tambi¨¦n una de sus principales empresas. Su actividad supone casi el 95% de la investigaci¨®n que se realiza en la comunidad aut¨®noma.
Go?i: "Nuestra universidad responde a un modelo anticuado"
Serrano: "Que no nos pongan tantas dificultades para investigar"
La adaptaci¨®n al Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior (EEES), conocido como Proceso de Bolonia; los cambios en la tarea investigadora, la conflictividad pol¨ªtica y el periodo de interinidad que abri¨® el pasado 22 de mayo la derrota electoral del ¨²nico candidato y actual rector, Juan Ignacio P¨¦rez, marcan un momento ¨²nico, con obst¨¢culos, pero tambi¨¦n oportunidades para acercarse a la vanguardia europea. Tres catedr¨¢ticos de gran prestigio en investigaci¨®n y gesti¨®n han debatido en EL PA?S los principales retos que afronta la universidad p¨²blica y la ense?anza superior.
EL PRESENTE
Mari Carmen Gallastegui: La universidad debe cumplir con la tarea docente e investigadora. Estamos en una universidad que cumple medianamente con la docente y que en la investigadora tiene mucha diversidad. Unos departamentos y facultades han adquirido unos niveles de investigaci¨®n homologables y otros est¨¢n por debajo de la media. Tenemos una capacidad investigadora media baja que hay que esforzarse por subir, aunque ha habido progresos. Hemos tenido ¨¦pocas algo m¨¢s doradas que la actual y estamos en un ciclo un poco bajo. En docencia, que parece que es relativamente mejor, nos han entrado unas ansias de cambio que han creado una vor¨¢gine de t¨¦cnicas, cuando ense?¨¢bamos muy bien lo que era importante sin tanta tonter¨ªa, tanto campus virtual. Comprendo que puedo estar pasada de moda totalmente. Y estamos en una universidad dur¨ªsima de gestionar, que refleja mucho de lo que hay en la sociedad.
F¨¦lix Go?i: Nuestra universidad responde a un modelo anticuado, que a su vez responde a lo que la sociedad espera de nosotros: el modelo de universidad espa?ola de los a?os cincuenta-sesenta, dedicada a preparar una ¨¦lite de profesionales y ya est¨¢. Pero tendr¨ªa que liderar un nuevo modelo de sociedad y ense?anza. Y eso lo hace menos. Confundimos los medios con los fines. Hay dos componentes del retrato de la UPV: es una universidad anticuada y espa?ola, enti¨¦ndaseme bien. En el Pa¨ªs Vasco hay unos componentes de modernidad que en otras partes de Espa?a no hay y que en la universidad no se ven, al quedar sometida a unas leyes org¨¢nicas.
Felipe Serrano: Alguien ajeno a la universidad espera que forme profesionales con un t¨ªtulo que se puedan colocar. ?Cumple esa funci¨®n? S¨ª. En algunas titulaciones con excelencia, en otras con calidad y otras se podr¨ªan perfectamente cerrar. ?Y a esta universidad qu¨¦ le falta? Agilidad. Est¨¢ bastante burocratizada, y tiene focos de investigaci¨®n excelentes y otros donde no hay investigaci¨®n. Desde la perspectiva del ciudadano, que es el que la paga, a sus hijos se les forma bien. Otra cosa es que se podr¨ªa tener una universidad mejor, para lo que existen bases. ?Existen r¨¦moras para ello? S¨ª. Yo soy cr¨ªtico con la universidad que tengo. Un ciudadano no ser¨¢ tan cr¨ªtico, porque para lo que ¨¦l busca le sirve.
F. G.: El ciudadano normal est¨¢ de acuerdo, lo que a m¨ª me alarma. Tendr¨ªamos que ser provocadores, l¨ªderes, lo que en cierto modo nos falta.
M. C. G.: Me asusta pensar que est¨¦n conformes. Obtienen de la universidad una formaci¨®n b¨¢sica, pero no lo que caracteriza a una universidad: esp¨ªritu cr¨ªtico, originalidad, creatividad.
F. S.: Que es la esencia de la universidad.
M. C. G.: Nos hemos convertido en una especie de academia.
F. G.: Un instituto de terciaria.
BOLONIA Y EL FUTURO
F. S.: Bolonia parece un mito y no es m¨¢s que un acuerdo para buscar la libre circulaci¨®n de estudiantes y que los estudios que uno haga en un pa¨ªs sean homologables en otro. Estar en contra de Bolonia es extra?o. Y se est¨¢ porque ha habido una falta de informaci¨®n. Y tambi¨¦n se est¨¢ porque, al menos en esta universidad, Bolonia se ha mezclado con unas t¨¦cnicas de impartir docencia que nos han complicado la vida a los docentes y amargado la existencia a los alumnos. Las universidades tenemos capacidad para adaptarnos. ?Qu¨¦ tendremos que hacer? Explicar mejor a nuestros alumnos que esto es un beneficio para ellos.
M. C. G.: No lo ven. Los alumnos han supuesto que Bolonia iba a significar mucho m¨¢s esfuerzo y no lo han visto como una oportunidad de mejora, sino como una imposici¨®n. Y muchos lo hab¨ªamos visto como que por fin entraba aire fresco. Cumpliremos el reto, aunque aprovechar la oportunidad para abrir las ventanas y cambiar lo que haya que cambiar entre todos, me parece que no.
F. S.: A poco inter¨¦s que pongamos lo podemos estropear.
F. G.: El primer enemigo de Bolonia ha sido el Gobierno espa?ol, que ha hecho esa cosa tan rara de poner cuatro a?os.
M. C. G.: Muy mal.
F. G.: C¨®mo demonios voy a hacer yo cuarto en Estocolmo si en Estocolmo no hay cuarto.
F. S.: Est¨¢n en el m¨¢ster.
F. G.: Aqu¨ª es como en toda Europa, pero distinto: cuatro a?os en lugar de tres. Lo hagas como lo hagas, no hay manera de encajarlo. Ha metido la pata el Gobierno espa?ol. Y, por otra parte, tenemos a los salvadores de la patria vasca, que nos informan de que Bolonia va a acabar con el euskera y tal. Si Bolonia fuera como yo pensaba que iba a ser, un Erasmus a lo bestia, pues ser¨ªa estupendo, pero no lo es.
F. S.: Este af¨¢n por uniformizar las cosas impide la competencia entre universidades, que cada d¨ªa es m¨¢s fundamental. Las universidades tienen que competir, y eso existe en todo el mundo. Y tienes que darles instrumentos para ello. Con este af¨¢n de todos igual, pues todos salimos perjudicados.
LA TAREA INVESTIGADORA
F. G.: Durante bastante tiempo pens¨¦ que la investigaci¨®n era una actividad tolerada en la universidad, pero he descubierto que no, que hay una resistencia suave. Puedes hacer una investigaci¨®n siempre que busques el dinero fuera y no molestes demasiado al funcionario, al no s¨¦ qu¨¦. Pero llega un momento en que tienes que molestar. La investigaci¨®n no es un componente esencial de la actividad de la universidad, como deber¨ªa ser, sino que te est¨¢n poniendo peque?as pegas. No hay una demanda social de investigaci¨®n, fundamentalmente por ignorancia. Nuestros ciudadanos nos demandan que sus hijos reciban una educaci¨®n superior, lo que hacemos con moderado ¨¦xito, pero no se les ocurre decir que, lo mismo que somos una referencia mundial en, yo que s¨¦, gastronom¨ªa, deber¨ªamos tener unos niveles de investigaci¨®n. Tenemos metido en la cabeza que la investigaci¨®n no es para nosotros, que es para los extranjeros. Y hay unos controles verdaderamente incomprensibles de la Administraci¨®n para frenar cualquier iniciativa. La UPV no es la peor universidad espa?ola en investigaci¨®n. Seg¨²n casi cualquier par¨¢metro, est¨¢ en el tercio superior, pero con el Athletic no queremos estar en el tercio superior, sino en la Champions. ?Por qu¨¦ con la universidad nos conformamos?
F. S.: Lo que realmente define a una universidad en el mapa acad¨¦mico es la investigaci¨®n que hace. A las universidades en el mundo se las conoce no por su calidad docente, que a todas se les supone, sino por la investigaci¨®n. No hay demanda social porque los ciudadanos muchas veces no saben lo que es la investigaci¨®n. Los pol¨ªticos hablan de ella en abstracto, pero al final hay que gestionar la investigaci¨®n, y en la gesti¨®n se pone el mayor n¨²mero de trabas. En general, tengo buena opini¨®n de la investigaci¨®n que se hace en esta universidad. Lo dram¨¢tico es que se hace por el esfuerzo que ponen los profesionales, por la vocaci¨®n que tenemos.
F. G.: A pesar de.
F. S.: S¨ª. Haya no haya reconocimiento social, yo seguir¨¦ investigando y, como yo, la mayor¨ªa de mis colegas. Pero, al menos, que no nos pongan el mayor n¨²mero de dificultades posibles para investigar.
M. C. G.: Si tenemos perspectiva hist¨®rica, tambi¨¦n ha venido desde fuera cierto ¨¢nimo investigador. Cuando se empezaron a valorar los sexenios de investigaci¨®n, los profesores reaccionamos echando virutas, y no por el dinero, que eran cuatro perras...
F. S.: 150 euros por sexenio.
M. C. G.: ...pero es la foto que otros te transmiten de ti mismo. No tenemos mucho en la universidad a lo que amarrarnos. Trabajamos contra los elementos y, en cuanto nos han puesto alg¨²n aliciente, hemos reaccionado. Y, como esto es una estructura tan pesada, algunos hemos dicho: ?por qu¨¦ no creamos instituciones m¨¢s flexibles que desde fuera insuflen vida investigadora en la universidad?
F. S.: A veces, a los docentes nos cuesta admitir que la universidad es una instituci¨®n elitista, en el buen sentido de la palabra. Los profesionales que trabajamos en ella tenemos que saber reconocer el valor de los que tienen mejores curr¨ªculos. Uno de los problemas por los que en la universidad hay trabas para potenciar la investigaci¨®n es que los propios profesionales nos negamos a reconocer que hay gente mejor que nosotros. Habr¨¢ que comenzar a aceptarlo.
F. G.: No les gusta a los menos excelentes.
F. S.: La universidad es elitista y no puede ser de otra manera, en el buen sentido.
F. G.: Justamente lo que queremos es educar ¨¦lites.
F. S.: Cualquier cosa que agilice la investigaci¨®n en la universidad, rompa ciertas camarillas, bienvenido sea.
RECONOCIMIENTO SOCIAL
M. C. G. ?Estamos reconocidos? Dentro de la universidad todos nos conocemos. Hemos perdido el miedo a tener gente que sepa m¨¢s alrededor.
F. S.: ?Hay unas envidias! Sobre el reconocimiento, creo que de la sociedad no hay, porque no sabe qu¨¦ es la investigaci¨®n, en t¨¦rminos generales. Y dentro de la comunidad universitaria hay dos bloques: los que est¨¢n dispuestos a reconocer la labor de sus colegas y otra gente que, por lo que sea, juega a hacer la guerra dentro de la propia universidad. Si pones en una balanza ambos, en estos momentos en la UPV pesan m¨¢s las envidias que el reconocimiento del trabajo. Eso es ley de vida, y probablemente ocurra en todas las universidades.
M. C. G.: No estoy totalmente de acuerdo. Nos ha costado aprender qu¨¦ es una investigaci¨®n buena. Hemos tenido m¨¢s envidias antes que ahora.
F. S.: De todas formas hay algo.
F. G.: La sociedad espa?ola es particularmente poco sensible a estas cosas de la investigaci¨®n. En el imaginario popular espa?ol pensamos que no valemos para esto. Hay ah¨ª trabajo para la escuela.
M. C. G.: Hay una clase media que no quiere que su hijo o su hija tenga una carrera investigadora.
F. G.: ?Vas a poder vivir de eso?, dicen. Yo era ya catedr¨¢tico de universidad y todav¨ªa mis padres estaban preocupados.
F. S.: El que la sociedad no reconozca la investigaci¨®n puede entrar dentro de lo l¨®gico. Lo que ya no entra es que las propias instituciones no reconozcan lo que significa la investigaci¨®n, o que si lo hacen no vean la universidad como un foco fundamental para ello. Y aqu¨ª hay dos puntos importantes en el Pa¨ªs Vasco: Ikerbasque, que dirige Carmen, perfectamente conectada con la universidad, y todo este tinglado de centros tecnol¨®gicos, institutos, dinero para la investigaci¨®n, donde la universidad se halla completamente al margen. Y cuando preguntas a las empresas con qui¨¦n contratan investigaci¨®n, te dicen: "Yo, con la universidad". ?Y por qu¨¦ no contratas con los centros tecnol¨®gicos? "Porque no me solucionan los problemas y son muy caros". ?Por qu¨¦ se montan redes paralelas? Lo dram¨¢tico aqu¨ª es que las instituciones no reconozcan, o lo hacen de manera muy abstracta, que tienen en la UPV el principal foco de investigaci¨®n.
LOS ALUMNOS
F. S.: ?C¨®mo llegan los alumnos a la universidad? Tengo un amigo que es pedagogo que dice: en el mundo hay un 4% de genios, un 18% de excelentes alumnos, y luego est¨¢ el resto. ?Qu¨¦ ha ocurrido en Espa?a? Que con las sucesivas reformas educativas hemos conseguido eliminar el 18% de los buenos. El 4% de los genios no lo puedes eliminar, pero s¨ª podemos estropear lo del medio, y aqu¨ª se ha estropeado el 18%. Les hemos metido en el pelot¨®n de los de abajo. Los alumnos llegan a la universidad peces, con una insuficiencia de conocimientos...
M. C. G.: Impresionante.
F. S.: ...que produce perplejidad y disgusto. El problema al que se enfrenta la universidad es que, si mantiene los niveles de exigencia, cae el 80% del alumnado. Si baja los niveles, est¨¢ renunciando a su labor de formar ¨¦lites. Yo no bajar¨ªa el nivel, aunque as¨ª aumenten los suspensos.
M. C. G.: Las reformas de los planes de estudio supusieron reducir las titulaciones a cuatro a?os y pretender ense?ar lo mismo. Los alumnos no paran. No tienen tiempo ni para leer un libro, y eso empobrece. La cultura de estar en casa hasta los treinta les impide enterarse de lo que es vivir una universidad. Me dicen que Sarriko es igual que un colegio, la extensi¨®n del instituto. Se pierden algo muy importante.
F. G.: Aprendimos mucho m¨¢s fuera de las aulas.
M. C. G.: Yo todo lo que aprend¨ª lo aprend¨ª fuera [risas]. Los estudiantes de Sarriko que han cosechado ¨¦xitos son los que no iban a clase. Hicieron contactos y vivieron los acontecimientos. Ahora, a los estudiantes les tenemos asfixiados.
F. S.: Por otro lado, aunque suene elitista, creo que no puede llegar tanta gente a la universidad. En ning¨²n lugar del mundo se da que el 80% de quienes terminan el Bachillerato ingrese en la universidad.
F. G.: Lo democr¨¢tico es que el punto de partida sea igual para todos, no el punto de llegada. Ah¨ª hay una gran confusi¨®n.
M. C. G.: Se trata de que haya igualdad de oportunidades, no de resultados.
F. S.: Y resulta una verg¨¹enza que la universidad p¨²blica sea gratis.
M. C. G.: Es poco progresista.
F. S.: Se ha demostrado que est¨¢s financiando a las clases medias altas. Lo progresista es dar becas a los que valen y no tienen recursos.
F. G.: Algo positivo es que ese 4% que nos llega en doctorado es excelente. Nosotros tres ¨¦ramos muy listos de j¨®venes porque sac¨¢bamos buenas notas. Los chavales que ahora hacen la tesis conmigo sacan muy buenas notas, hablan ingl¨¦s, son campeones de tenis... Han tenido las oportunidades que nosotros no tuvimos. Pero la sociedad no vive del 4%
F. S.: Vive del 18% que estropea la ense?anza media.
EL PODER
F. S.: Los poderes p¨²blicos financian a la universidad, pero no pueden pretender dirigirla. Autonom¨ªa significa respetar la capacidad de la universidad de autorregularse. La propia universidad tiene que hacer un ejercicio de responsabilidad, que en la nuestra es muy dif¨ªcil por las tensiones entre los profesores que queremos una universidad normal y los que quieren otra cosa distinta. Eso no pasa en Murcia, por ejemplo. Convivimos con ese foco permanente de desestabilizaci¨®n.
M. C. G.: Yo fui vicerrectora cuando la universidad no ten¨ªa dinero. Hab¨ªa que pelear con la autoridad pol¨ªtica para conseguirlo. Hay que lograr respeto y cordialidad. Es un dilema complicado, porque nos gusta ser aut¨®nomos, pero cometemos muchos errores y lo hacemos con dinero p¨²blico. I?ako [el rector Juan Ignacio P¨¦rez] no ha errado intentando llevarse bien con el consejero para tener dinero con el que desarrollar su programa. Era dif¨ªcil hacer otra cosa.
F. S.: El equilibrio es dif¨ªcil, pero existe y hay que saber buscarlo. El rector tiene que saber hasta d¨®nde puede ceder y el consejero hasta d¨®nde puede entrar. Aqu¨ª ha entrado demasiado, y eso ha creado malestar.
F. G.: La autonom¨ªa est¨¢ envenenada por la legislaci¨®n espa?ola. La Ley Org¨¢nica de Universidades impone hasta los extremos reglamentistas m¨¢s absurdos y la autonom¨ªa que deja consiste en que los gobiernos auton¨®micos paguen. A nadie le gusta pagar a cambio de nada. Por otra parte, ser¨¦ flojo, pero yo prefiero que me den dinero.
F. S.: Pero hay abrazos muy peligrosos. En el ¨²ltimo Consejo de Gobierno se presentaron dos reglamentos para contratar a investigadores y exig¨ªan perfil ling¨¹¨ªstico. Ilustra hasta qu¨¦ punto ha cedido el rector, aunque luego los retir¨® porque estaba en periodo electoral. Van a entrar a la universidad 200 profesores que no son doctores, los famosos asociados, para los que el Gobierno se ha inventado una f¨®rmula con la que colocarlos. No se puede lograr una investigaci¨®n de prestigio con ese tipo de selecciones de personal.
M. C. G.: Si pudi¨¦ramos fijar tasas, abrir otras v¨ªas de recaudaci¨®n... Nuestra financiaci¨®n depende casi exclusivamente del Gobierno vasco. No hay autonom¨ªa posible.
F. S.: Tendr¨ªamos que poder seleccionar al profesorado y negociar sueldos distintos en funci¨®n de los ingresos y el prestigio que acarreen. En nuestro modelo no es posible, pero ni siquiera hemos gestionado bien los peque?os m¨¢rgenes que nos quedan. Y por eso I?ako ha perdido las elecciones.
F. G.: El principal causante de la derrota electoral es Educaci¨®n y su gesti¨®n de los complementos. Cedemos, y a cambio...
F. S.: No te dan nada.
F. G.: Y se l¨ªa una...
LA LENGUA
F. S.: El euskera tiene que ser un m¨¦rito, no una restricci¨®n. Hay que discriminar positivamente puntuando su dominio, pero convocar plazas biling¨¹es supone reducir autom¨¢ticamente el conjunto de candidatos potenciales. Todos conocemos a personas excelentes que trabajan fuera a las que no podemos contratar en nuestros departamentos porque no saben euskera.
M. C. G.: Adem¨¢s, tampoco vale con haber estudiado en la ikastola. Es absurdo exigir un nivel de fil¨®logo que no cumplimos en castellano. Hay que propiciar la ense?anza multiling¨¹e, pero sin detrimento de la calidad de quienes contratemos.
F. G.: Por otro lado, el Gobierno dijo hace a?os que ya hab¨ªa suficientes profesores. I?ako les enga?¨® con un plan de euskaldunizaci¨®n que permiti¨® contratar a algunos porque hablaban euskera. Mi punto de vista es que, gracias a Dios, hemos podido contar con gente de primer¨ªsimo nivel porque sab¨ªan euskera, porque la otra opci¨®n era no contratar a nadie.
Los participantes
Mari Carmen Gallastegui (Bergara, 1945), catedr¨¢tica de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico, preside la Fundaci¨®n Ikerbasque, dependiente de Educaci¨®n. Fue la primera mujer en recibir el Premio Euskadi de Investigaci¨®n, en el a?o 2005.
F¨¦lix Go?i (San Sebasti¨¢n, 1951) es catedr¨¢tico de Bioqu¨ªmica y dirige la Unidad de Biof¨ªsica UPV-CSIC. Premio Euskadi de Investigaci¨®n en 2002, figura entre los tres cient¨ªficos vascos m¨¢s productivos.
Felipe Serrano (Burgos, 1959) dirige el Departamento de Econom¨ªa Aplicada V, que encabeza investigaciones avanzadas sobre innovaci¨®n, desarrollo sostenible o la sociedad de la informaci¨®n y el conocimiento.
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