Una unidad quebradiza
Los cuatro candidatos a dirigir Esquerra ni siquiera se comprometen en un debate a garantizar la cohesi¨®n
?Ser¨¢ capaz Esquerra Republicana de recuperar la cohesi¨®n interna tras este supers¨¢bado electoral en el que sus militantes deben elegir la nueva direcci¨®n? A tenor de las respuestas expuestas por los cuatro candidatos a presidir ERC, en un debate celebrado el s¨¢bado en Esparreguera, la tan demandada unidad puede resquebrajarse si los republicanos no logran cerrar adecuadamente esta crisis. Experiencias en el pasado no les faltan.
El llamamiento a un cierre de filas lleg¨® de la mano de Ernest Benach, que aspira a la presidencia del partido auspiciado por el actual l¨ªder, Josep Llu¨ªs Carod Rovira. El resto de candidatos quiz¨¢ hubieran aplaudido la propuesta, pero a Benach le fallaron las formas. Plante¨®, para incredulidad de sus contrincantes, una especie de contrato por escrito para que, una vez elegida la ejecutiva el 14 de junio, nadie ose levantar nunca m¨¢s la voz. Son¨® a censurar el debate interno. "Nadie har¨¢ un partido dentro del partido y no se plantear¨¢ ning¨²n sector cr¨ªtico de oposici¨®n a la nueva direcci¨®n", reza el documento. Y contin¨²a: "Hacemos p¨²blico el compromiso de superar las leg¨ªtimas diferencias precongresuales en beneficio de una estrategia ¨²nica, consensua-da y que nos permita superar el list¨®n de los 30 diputados".
Las dos listas cr¨ªticas abogan por romper el tripartito catal¨¢n
Edificar una "estrategia ¨²nica" aparece ya como un imposible. El dirigente cr¨ªtico de Reagrupament.Cat Joan Carretero, ex consejero de Gobernaci¨®n que hizo de la austeridad presu-puestaria su bandera, precis¨® que la "unidad" no es el objetivo, puesto que ahora ni hay unidad ni siquiera objetivo. Y proclam¨® que, si pierde, volver¨¢ a pasar consulta m¨¦dica en Puigcerd¨¤. Pero advirti¨® de que nadie lograr¨¢ cerrarle la boca sea ganador o perdedor.
Joan Puigcerc¨®s, actual secretario general que se esfuerza sin conseguirlo en erigirse en primus inter pares, alarde¨® que ni ¨¦l ni nadie de su candidatura han mantenido una "actitud agresiva" hacia los contricantes. O sea, que eso de apelar a la unidad no va con ¨¦l porque nunca la ha bombardeado. Rotos en cuatro pedazos, ni siquiera los distintos candidatos fueron capaces de prometer que, ante todo, mantendr¨¢n la continuidad del partido. Ni del partido ni del Gobierno. Mientras que Joan Carretero (Reagrupament.cat) y Uriel Bertran (Esquerra Independentista) abogaron por romper amarras con el Gobierno catal¨¢n, Benach y Puigcerc¨®s defendieron su continuidad, aunque marcando perfil propio.
Esta unidad entre dos tampoco fue real. Carretero propuso someter a votaci¨®n la permanencia en el tripartito en el congreso del 14 de junio. Uriel Bertran precis¨® que s¨®lo se deber¨ªa consultar a las bases ante una sentencia contraria al Estatuto por parte del Tribunal Constitucional. En frente, Puigcerc¨®s y Benach recordaron los logros del Gobierno catal¨¢n, pero sus competidores les recordaron que, en la gesti¨®n de la sequ¨ªa, no tienen mucho de lo que presumir.
Benach tuvo la tarde ingeniosa. Tras reclamar un compromiso para venerar al nuevo l¨ªder -"necesitamos una ejecutiva cohesionada", se?al¨®- propuso apelar a tribunales internacionales, como el de Estrasburgo, en el hipot¨¦tico caso de que el Tribunal Constitucional recorte el Estatuto.
Rut Carandell, compa?era de candidatura de Uriel Bertran, fue la m¨¢s realista. Proclam¨® que Esquerra Republicana sigue siendo un partido "revolucionario". Ejemplos tampoco le faltan.
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