Hubo tr¨¢fico de influencias y falsedad
Tras conocer ayer la sentencia que le condena a dos a?os y un d¨ªa de inhabilitaci¨®n para ocupar cargo p¨²blico, Luis Mar¨ªa Huete, vestido con traje de chaqueta y gabardina, se llev¨® las manos a la cabeza. Comenz¨® a hacer aspavientos. "Hay que recurrirla", coment¨® a sus abogados con preocupaci¨®n. La pena a Huete ha sido reducida porque el tribunal estima como atenuante "las dilaciones indebidas" del caso. Pero la sentencia lo deja claro: "El acusado no dud¨® en suscribir un contrato en el que figuraba un precio que sab¨ªa incierto e inexacto, ni en proponer al pleno municipal la condonaci¨®n de la deuda que la empresa funeraria ten¨ªa contra¨ªda con el Ayuntamiento".
De esta forma, Funespa?a compr¨® por 0,6 euros una empresa con una deuda de 13,6 millones y tan s¨®lo dos a?os despu¨¦s esta deuda fue perdonada por el Ayuntamiento a instancias del ex teniente de alcalde del Gobierno popular de Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano. El negocio fue redondo.
Uno de los impulsores de este negocio fue Jos¨¦ Ignacio Rodrigo, asesor contratado por el gerente de la empresa funeraria, el ex concejal Sim¨®n Vi?als. Rodrigo pas¨® de elaborar informes sobre la situaci¨®n de la empresa municipal a hacerse con su control. Un estudio encargado por Rodrigo valoraba la funeraria en 18 millones de euros. Sin embargo, ¨¦ste "transmiti¨® -a los responsables municipales- su particular y sesgada opini¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica de la sociedad municipal" para vender la empresa mixta, seg¨²n se desprende de la sentencia. El 22 de diciembre de 1992, el Ayuntamiento adjudica el 49% de la empresa funeraria a Funespa?a. Huete aboga por condonar la elevada deuda.
Rodrigo hab¨ªa conocido a los hermanos Juan Antonio y ?ngel Valdivia, propietarios de Funespa?a, y pronto se hizo con un hueco en la nueva organizaci¨®n tras la compra de ¨¦stos de la funeraria municipal. Fue nombrado consejero y se convirti¨® en accionista. Rodrigo dise?¨® un complejo entramado de arquitectura financiera, con empresas ficticias radicadas en Holanda, para hacerse con el control de los socios de Funespa?a, y distribuir el beneficio que obten¨ªa la sociedad por la gesti¨®n de la empresa mixta funeraria entre los hermanos Valdivia e "impedir que la empresa tributara a la Hacienda P¨²blica".
Por estas actuaciones la sentencia culpa a Rodrigo de un delito de tr¨¢fico de influencias y a los hermanos Valdivia de otro contra la Hacienda P¨²blica (correspondiente al a?o 2003) y falsedad documental. Pero los magistrados consideran que estas infracciones han prescrito por lo que "han quedado extinguida sus responsabilidades penales". Los imputados se han beneficiado de 15 a?os de pleitos. La primera denuncia del caso Funeraria fue presentada en 1993 por el ex concejal socialista Juan Barranco contra el proceso administrativo. Tres a?os m¨¢s tarde, IU present¨® otra por la v¨ªa penal. En 2003, el caso se instruye en el Tribunal Superior de Justicia, por ser Huete diputado regional. Cuando se iba a iniciar la vista oral el tribunal lo retras¨® por coincidir con las elecciones auton¨®micas. Cuando Huete abandona el hemiciclo regional su defensa solicita que el caso se traslade a la Audiencia. El pen¨²ltimo escollo se produce en 2006 porque uno de los jueces se inhibe alegando amistad ¨ªntima con una de las partes.
A pesar de todo, la sentencia no ha detectado indicios de maquinaciones para alterar el precio de las cosas, ni de malversaci¨®n de caudales p¨²blicos. Los grupos de la oposici¨®n de Madrid (PSOE e IU) anunciaron ayer que recurrir¨¢n la sentencia.
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