?Tiene voz atiplada? ?Le falta un test¨ªculo? No puede ser guardia civil
Entidades y m¨¦dicos reclaman una revisi¨®n de la lista de enfermedades "excluyentes" para trabajar en las fuerzas de seguridad
La suerte de un aspirante a polic¨ªa o guardia civil no depende s¨®lo de su capacidad para superar unas pruebas; a menudo, el filtro decisivo es el tribunal m¨¦dico. La lista de enfermedades que impiden el acceso a las fuerzas de seguridad es extensa. Algunos motivos de exclusi¨®n son evidentes: un individuo que no ve tres en un burro o en riesgo de sufrir un infarto no puede ser polic¨ªa. Pero otros -jaqueca, psoriasis, tartamudez, enfermedades de transmisi¨®n sexual- son m¨¢s que discutibles.
As¨ª lo creen, al menos, asociaciones de enfermos, colegios de m¨¦dicos y expertos en medicina laboral. Todos ellos presionan ahora para modificar unas normativas que consideran obsoletas y dise?adas m¨¢s sobre prejuicios de ¨¦pocas pasadas que sobre los conocimientos cient¨ªficos actuales.
Tras el ¨¦xito de los tartamudos, los afectados de psoriasis piden paso
La deformidad que afecte a la est¨¦tica impide el uso de uniforme y tricornio
El cuadro de exclusiones m¨¦dicas del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa data de 1988. Aunque m¨¢s reciente, el de la Guardia Civil (1996) es "mucho m¨¢s duro". El modelo lo han asimilado, con variaciones, polic¨ªas auton¨®micas y locales.
El primer apartado de la lista de acceso a la Guardia Civil no tiene desperdicio y muestra el alcance de las exclusiones: "Enfermedades, defectos f¨ªsicos o anomal¨ªas (...) que precisen alg¨²n tratamiento espec¨ªfico o supongan riesgo o rechazo para las relaciones sociales y la convivencia del cuerpo". Es s¨®lo el friso de una detallada relaci¨®n de enfermedades que presta atenci¨®n a cuestiones superficiales. As¨ª, es posible rechazar a un aspirante con un tumor benigno, una cicatriz o una deformidad que "afecte a su est¨¦tica". Incluso carecer de genitales o hablar con "voz atiplada" puede ser una barrera infranqueable.
Pero hay dos enfermedades que, por su extensi¨®n social, han levantado protestas en¨¦rgicas: la tartamudez y la psoriasis.
J. A. M. se sorprendi¨® al principio para indignarse despu¨¦s. El hombre, de 38 a?os, consult¨® las bases para acceder a una plaza de vigilante de edificios p¨²blicos de un pueblo de Guadalajara. Y vio que la psoriasis -una enfermedad de la piel no contagiosa que sufre desde los 18 a?os- le imped¨ªa presentarse. Tiene la psoriasis -descamaci¨®n y enrojecimiento de la piel- concentrada en los codos, y cree que eso no le impide trabajar. Pero desisti¨®.
La asociaci¨®n Acci¨®n Psoriasis acudir¨¢ al Defensor del Pueblo porque no entiende que un rastro rojizo en la piel sea motivo suficiente para alejarles de las fuerzas de seguridad. Fuentes policiales argumentan, por el contrario, que la psoriasis puede "facilitar la identificaci¨®n del agente" (lo que le deja a merced del delincuente) y que, si se complica, puede impedir que el polic¨ªa sostenga la pistola con firmeza.
M¨¢s suerte han tenido los tartamudos. En 2005, el Consejo de Ministros les declar¨® aptos y "restableci¨® as¨ª la justicia social", en palabras del presidente de la Fundaci¨®n Espa?ola de Tartamudez, Adolfo S¨¢nchez. La instituci¨®n asegura, sin embargo, que a¨²n hay resistencias y prev¨¦ impugnar la ¨²ltima convocatoria de Mossos d'Esquadra, porque excluye a los tartamudos. Adem¨¢s, firmar¨¢ un convenio con la Guardia Civil y el Ej¨¦rcito para fijar un baremo, como ocurre con la vista. "Un hombre con una tartamudez muy severa no deber¨ªa ser polic¨ªa. Queremos equilibrio", dice.
Los profesionales del Tribunal M¨¦dico tienen, en muchos casos, la ¨²ltima palabra. Algo que lleva a la aleatoriedad. Eso opina Silvia Cruz, del Centro de Estudios P¨²blicos, que forma a aspirantes a polic¨ªa. "La resoluci¨®n depende mucho de qui¨¦n te toque. Hemos tenido a chicos con c¨¢ncer de test¨ªculo, con deformidad en la cara o con psoriasis que han entrado. A veces, porque han amenazado con denunciar", relata.
Las jaquecas, ¨²lceras, enfermedades de transmisi¨®n sexual, diabetes y hasta los pies "aplanados" son otras razones que excluyen. "Es absurdo, porque esas enfermedades no incapacitan para ser polic¨ªa", afirman dos m¨¦dicos de un hospital catal¨¢n, que no revelan su nombre. "El eczema, por ejemplo, es tan il¨®gico ahora como hace 20 a?os; tiene tratamiento antibi¨®tico".
En los ¨²ltimos meses, el Observatorio de Derechos Humanos y VIH/SIDA de Red 2002 ha recibido consultas de personas que quer¨ªan acceder a una plaza de polic¨ªa y les solicitaban la prueba del VIH. "No deber¨ªa ser un motivo de exclusi¨®n. Las v¨ªas de transmisi¨®n est¨¢n muy claras y existen medidas de prevenci¨®n", subraya Lierni Irizar, miembro del observatorio. Para el vicepresidente de Gays Positivos, Antonio Guirado, "un seropositivo puede hacer cualquier trabajo sin poner en peligro su salud ni la de los dem¨¢s".
Fuentes policiales alegan que en ciertas situaciones s¨ª existe riesgo de contagio. "Un agente con VIH no podr¨ªa practicarle el boca a boca a alguien en una emergencia". Un portavoz de la Guardia Civil rechaza aclarar si, bajo el ep¨ªgrafe de "enfermedades de transmisi¨®n sexual", se incluye a los portadores del virus.
La Federaci¨®n Espa?ola de Diabetes considera que esta enfermedad tampoco debe ser excluyente. Al menos, no en todas sus variantes. Con la de tipo 2, si est¨¢ controlada por dieta, no tiene por qu¨¦ haber problemas. Lo dice el presidente, Ricardo Garc¨ªa Mayor, que aboga por efectuar "una evaluaci¨®n individual".
Los pies tambi¨¦n cuentan. Alguien con el "pie aplanado" o que ha perdido "la ¨²ltima falange del primer dedo de un pie" lo tiene crudo para llevar uniforme. La presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Pod¨®logos, Virginia Novel, cree que tales objeciones carecen de sentido. "Con una plantilla bien controlada, el pie aplanado no da problemas. Y sin la primera falange, puede que corras un poco menos que tus compa?eros porque pierdes propulsi¨®n, pero nada m¨¢s".
Los avances de la medicina en los ¨²ltimos a?os son motivo suficiente para revisar el listado de las enfermedades excluyentes, seg¨²n el Consejo General de Colegios de M¨¦dicos de Espa?a. El consejo reclama un nuevo listado consensuado con sindicatos y profesionales de la salud. En la misma l¨ªnea se expresan en el Colegio Oficial de M¨¦dicos de Barcelona. Considera que la lista debe establecer un baremo orientativo y ser m¨¢s permisiva en algunos casos.
Una normativa "obsoleta"
La orden aprobada por el Ministerio de Interior en 1988, que contin¨²a vigente, reconoce que la anterior normativa hab¨ªa quedado "claramente obsoleta". Eso a pesar de que hab¨ªa sido redactada apenas cinco a?os antes, en 1983. El texto explica, adem¨¢s, que resultaba "inviable" su aplicaci¨®n pr¨¢ctica por la "extensi¨®n y prolijidad" de las exclusiones m¨¦dicas. Ahora han pasado 20 a?os de importantes avances en el campo de la medicina y, sin embargo, el Gobierno no est¨¢ por la labor de introducir modificaciones de envergadura. Hace tres a?os, los tartamudos dieron un gran paso adelante. Ahora, asociaciones de enfermos esperan seguir sus pasos.Mientras llegan los cambios, los aspirantes con enfermedades que est¨¢n en la lista tienen diversos mecanismos para zafarse de ese control. La m¨¢s obvia es superar el problema. Por ejemplo, oper¨¢ndose de miop¨ªa. O someti¨¦ndose a otro tipo de intervenciones que eliminen las limitaciones. Otros de los excluidos por el tribunal m¨¦dico han decidido otra v¨ªa m¨¢s expeditiva: la justicia. Como un hombre que, en 2003, fue rechazado por tener una mancha en la cara de nacimiento que, seg¨²n la polic¨ªa, le imped¨ªa ser discreto en el seguimiento a delincuentes. En octubre, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias oblig¨® a la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa a admitir al joven asturiano. La Sala de lo Contencioso-Administrativo juzg¨® que la mancha no era importante y que pod¨ªa disimularse con maquillaje.
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