Clinton exige la vicepresidencia
La senadora reclama que sus 18 millones de votantes "sean escuchados"
Barack Obama trataba ayer de responder a los primeros ataques de su rival republicano, John McCain, con un ojo puesto en la que todav¨ªa es un obst¨¢culo serio en su camino a la Casa Blanca, Hillary Clinton, que ahora exige la vicepresidencia.
[La cadena de televisi¨®n ABC y otros medios estadounidenses anunciaron anoche que Clinton abandonar¨¢ la campa?a ma?ana, viernes. Su equipo confirm¨® entrada la madrugada, informa Reuters, que la senadora dar¨¢ su apoyo a Obama y "a la unidad del Partido Dem¨®crata" en un acto en Washington].
Desde el fin de semana, Obama ha tratado de concertar una cita con Clinton
La ex primera dama argumenta que los dem¨®cratas no ganar¨¢n sin ella
"?Qu¨¦ quiere Hillary?", se pregunt¨® a s¨ª misma la ex primera dama el martes por la noche en su discurso en Nueva York. "Quiero", respondi¨®, "que los 18 millones de estadounidenses que votaron por m¨ª sean respetados, sean escuchados y no vuelvan a ser invisibles". En otras palabras, seg¨²n reconocen fuentes pr¨®ximas a su candidatura, quiere ser parte del ticket presidencial dem¨®crata.
Portavoces de la campa?a de Obama han asegurado a la prensa que, desde el pasado fin de semana, el senador de Illinois ha tratado en dos ocasiones sin ¨¦xito de concertar una cita con Clinton. La senadora parece estar calibrando sus fuerzas y estudiando una estrategia antes de aceptar ese encuentro.
Por el momento, se mantienen contactos discretos entre niveles inferiores de ambas campa?as, mientras que las principales voces que han acompa?ado a Clinton en estos meses se pasean por las televisiones defendiendo la necesidad de una candidatura conjunta para garantizar la unidad del Partido Dem¨®crata.
"Creo que a muchos de sus partidarios les gustar¨ªa verla en el ticket", manifest¨® ayer el presidente de la campa?a de Clinton, Terry McAuliffe. Robert Gibbs, portavoz de la campa?a de Obama, asegur¨® que "no hay ning¨²n acuerdo en marcha", pero que, "evidentemente, Hillary ha acumulado un n¨²mero considerable de votos en estas primarias y nosotros queremos asegurarnos de que contamos ahora con esos votos".
Clinton ha acumulado, en efecto, m¨¦ritos suficientes como para reclamar ahora el respeto que Obama le ha mostrado ya -"yo soy mejor candidato por haber tenido el honor de competir con Hillary Rodham Clinton", dijo el martes, entre una larga lista de elogios-. Clinton ha ganado nueve de las 14 ¨²ltimas primarias, 500 de los ¨²ltimos 900 delegados. Eso demuestra lo buena candidata que ha sido hasta el ¨²ltimo d¨ªa.
Pero, para los responsables de su campa?a, demuestra algo m¨¢s: que Obama no puede ganar sin ella y que la tiene que incluir en el ticket. Los seguidores de Clinton aluden constantemente al ejemplo John Kennedy-Lyndon Johnson, cuando el primero acab¨® aceptando al segundo, al que odiaba, como vicepresidente para garantizarse los votos de los dem¨®cratas del sur.
Clinton argumenta ahora que, sin ella, Obama no podr¨¢ contar en las elecciones de noviembre con los votos de las mujeres mayores y los trabajadores blancos del Este y el Medio Oeste, los dos grupos que le han sido m¨¢s fieles durante este proceso de primarias.
La candidatura de Obama, consciente de la carga que supone la presencia de Clinton en su ticket, se resiste a aceptarla y cree que existen muchos posibles compa?eros de viaje que pueden complementar al joven senador frente a McCain. Pero no se trata de un asunto f¨¢cil de cerrar. T¨¦cnicamente, la elecci¨®n de vicepresidente es la primera gran decisi¨®n que tiene que tomar un candidato y es de su exclusiva competencia. La realidad es que es el fruto de m¨²ltiples y complejos c¨¢lculos pol¨ªticos.
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