T¨² vales mucho, mu?eca
La fiebre asi¨¢tica por los cotizados mu?ecos articulados se extiende por Espa?a
"Ha tenido tres cuerpos, el primero lo compr¨¦ en una web japonesa. Era un cuerpo maduro, con curvas y pecho. El segundo lo pill¨¦ en Jap¨®n. Era m¨¢s bajito y gordito, con poco pecho y m¨¢s realista; justo lo que yo buscaba. El tercero me lo vendi¨® una chica de Barcelona hace poquito. Mejora las articulaciones del segundo y posa mucho mejor". Parece un relato de ciencia-ficci¨®n, pero es una historia de mu?ecas. Carmen Rold¨¢n, de 29 a?os, es due?a de cinco ball jointed dolls (BJD o mu?ecas articuladas en ingl¨¦s). "Al principio me parec¨ªan grotescas, pero hace cinco a?os me enamor¨¦ de una", confiesa. Su BJD favorita alcanza los 580 euros.
La fiebre por estos mu?ecos de resina, pl¨¢stico o vinilo procede de Jap¨®n, China y Corea. Sin embargo, las tatarabuelas de la BJD son las er¨®ticas esculturas de pelo moreno y de 1,40 metros de altura del artista polaco Hans Bellmer. Su resurgir en Asia se debe a la arriesgada apuesta de una antigua casa de juguetes. Volks, con sede en Kioto, se interes¨® por una mu?eca muy realista. El dise?o era de Akihiro Enku, que la hab¨ªa creado para regal¨¢rsela a su esposa. En 1999, la empresa Volks la lanz¨® con el nombre de Dollfie -del ingl¨¦s doll (mu?eca) y figure (silueta)-. Asia, Australia y EE UU no tardaron en enloquecer por sus huesos de resina. A rebufo, nacieron marcas en Corea y China. Pero Volks es quien lleva la voz cantante: factura 5.000 millones de yenes [30,31 millones de euros] anuales. Sus dollfies son las barbies de los juguetes occidentales. Las m¨¢s inquietantes: las Super Dollfie, de 57 cent¨ªmetros y sorprendente parecido humano. Hace unos cinco a?os, la tez p¨¢lida y los cuerpos proporcionados de las BJD empezaron a verse en Espa?a. "Me llam¨® mucho su originalidad en el Sal¨®n del Manga de Barcelona, pero eran tan caras que las borr¨¦ de mi mente", relata Mar¨ªa Isabel Ramos, de 27 a?os. "Ahorr¨¦ y me compr¨¦ una china en marzo de 2007, me cost¨® unos 234 euros", detalla esta malague?a. El pasado Expomanga, celebrado en mayo en Madrid, confirm¨® la tendencia. Los protagonistas fueron los mu?ecos nipones. En los puestos, las hab¨ªa de todos los tama?os: desde 16 hasta 70 cent¨ªmetros. Y s¨ª, ten¨ªan genitales. Y todas costaban una pasta: entre 110 y 1.000 euros. "Uno de los encantos de esta afici¨®n es que puedes proyectar en el mu?eco la personalidad que quieras", asegura Sonia Carrera, una zaragozana de 40 a?os. "Varias de nuestras dollfies tienen el car¨¢cter y el aspecto de personajes de relatos de mi marido". Se pueden adquirir por separado distintas partes del cuerpo, maquillar, cambiar de peluca y ojos y vestirlas.
Akihiro Enku cre¨® un juguete realista para su esposa. As¨ª naci¨® Dollfie
"Puedes proyectar la personalidad que quieras en ¨¦l", dice Sonia Carrera
El malague?o Daniel Berlanga, de 24 a?os, distribuye en Espa?a la marca china Dollzone: "Vendo unas 20 mu?ecas al mes. Ahora triunfan las mascotas. Son personitas de 16 cent¨ªmetros con cabeza de conejo, perrito o de gatito. Cuestan 110 euros".
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