Los ni?os investigan las burbujas del cava

Para mantener el cava abierto con presi¨®n y burbujitas, resulta "poco eficaz" el truco de colgar el mango de una cuchara en el cuello de la botella. A los polluelos, lo mejor es alimentarlos con pienso comercializado para que crezcan hermosos. La sospecha de que los escolares cargan con mochilas de peso excesivo es un hecho comprobado. Los perros reaccionan al rojo, amarillo y naranja, mientras permanecen indiferentes a los colores fr¨ªos o al blanco. Y poco importa la distancia en la resistencia el¨¦ctrica del cuerpo humano.

Son las conclusiones de las cinco y muy met¨®dicas investigaciones experimentales que resultaron ayer ganadoras de la d¨¦cima edici¨®n de los premios Lu¨ªs Freire, que los Museos Cient¨ªficos Coru?eses convoca cada a?o entre escolares de toda Galicia. El "rigor y el sentido cr¨ªtico" de un grupo de estudiantes del instituto Universidad Laboral de Ourense les vali¨® el primer premio, por su empe?o en demostrar que nada mejor que un corcho herm¨¦tico para mantener la presi¨®n del cava una vez la botella est¨¢ abierta. Y es que para llegar a la conclusi¨®n de que el truco del mango de una cuchara ralentiza la p¨¦rdida de gas del espumoso, pero no la impide, los cuatro j¨®venes tuvieron que ingeni¨¢rselas para construir un man¨®metro espec¨ªfico que les permitiese medir la presi¨®n dentro de la botella. No fue tarea f¨¢cil y tras varios fracasos consiguieron finalmente confirmar sus sospechas de que de poco val¨ªa el truco que vieron en sus casas durante las fiestas navide?as.

Interesante y laboriosa fue tambi¨¦n la investigaci¨®n que cuatro estudiantes del instituto As Barxas de Moa?a (Pontevedra) llevaron a cabo para averiguar cual es la mejor alimentaci¨®n para los polluelos. Galardonados con el segundo premio, los j¨®venes criaron durante un mes a varios grupos de polluelos y result¨® que, en contra de lo esperado, no es ni el ma¨ªz, ni una mezcla con verduras, ni los cereales lo que mejor les sienta, sino el pienso comercial.

Las aves crecen mucho m¨¢s con este tipo de alimentaci¨®n artificial, alcanzando una talla y un peso sorprendentemente mucho mayor que el resto de sus compa?eros de corral. Los que comen s¨®lo ma¨ªz no s¨®lo se quedan peque?os, sino que los dedos de sus patas se desarrollan torcidos, "posiblemente por la falta de alg¨²n nutriente", destacaron los j¨®venes investigadores.