Los iran¨ªes burlan las sanciones
Un m¨¦todo ancestral, la 'hawala', permite a los empresarios pagar sus importaciones
"A cualquier lugar del mundo y en la divisa que usted quiera", responde el se?or Hoseini cuando se le pregunta si acepta dinero para enviar fuera de Ir¨¢n. La mayor¨ªa de los bancos europeos ha dejado de operar con la Rep¨²blica Isl¨¢mica a ra¨ªz de las presiones estadounidenses para castigar a ese pa¨ªs por su programa nuclear. La medida est¨¢ obligando a empresarios y hombres de negocios iran¨ªes a recurrir a cambistas como el se?or Hoseini para pagar sus importaciones a trav¨¦s de la havaleh, un sistema de pagos previo a la letra de cambio que revolucion¨® el comercio a finales de la Edad Media.
Y. M. tiene clientes en todo el mundo, el principal de ellos, en Nueva York. "Hace a?os que, debido a las sanciones unilaterales de Washington, me paga en la cuenta de un amigo en Suecia", explica, con la condici¨®n de que no se publique su nombre. "Ahora temo que ¨¦ste tenga problemas para reenviarme el dinero", explica preocupado. Otro de sus colegas recibe las transferencias procedentes de EE UU a trav¨¦s de L¨ªbano. Muchos empresarios hab¨ªan recurrido a operar en euros para evitar el sistema financiero estadounidense.
EE UU presiona a la banca internacional para que no haga negocios con Ir¨¢n
Pero los canales se reducen d¨ªa a d¨ªa. Conocedor de esas operaciones triangulares y con el deseo de ahogar econ¨®micamente a Ir¨¢n por su programa nuclear, Washington inici¨® hace dos a?os una campa?a de presiones sobre la banca internacional para que cesara sus negocios con ese pa¨ªs. Primero fueron el holand¨¦s ABN Amro y los suizos UBS y Credit Suisse los que en 2006 anunciaron su retirada. El a?o pasado les siguieron los alemanes Deutsche, Commerzbank y Dresdner. Tambi¨¦n los espa?oles BBVA y Sabadell han terminado por suspender sus actividades.
"La situaci¨®n est¨¢ empeorando", admite el representante de un banco europeo que acaba de interrumpir sus operaciones en Ir¨¢n. "La presi¨®n no s¨®lo est¨¢ ahuyentando a los inversores; es que los propios empresarios iran¨ªes no pueden abrir cartas de cr¨¦dito para financiar sus importaciones y hay compa?¨ªas que empiezan a tener problemas para hacerse con materias primas", explica impotente ante una decisi¨®n que desborda el ¨¢mbito de las sanciones internacionales aprobadas por la ONU. ?stas se limitan a las personas directamente vinculadas al programa nuclear y a los bancos implicados en su financiaci¨®n.
"Las medidas estadounidenses tienen mayor efecto", confirma una fuente diplom¨¢tica europea que recuerda que Washington sancion¨® a los bancos Saderat y Mell¨ª antes de que el Consejo de Seguridad los incluyera en la tercera ronda de sanciones, el pasado 3 de marzo, y que ahora se ha embarcado en una nueva ofensiva para aislar al Banco Central de Ir¨¢n. Fuentes acad¨¦micas iran¨ªes estiman entre 7.000 y 8.000 millones de d¨®lares el sobrecoste que tuvo el a?o pasado circunvalar el castigo norteamericano.
"El problema ha aumentado desde poco antes de Nouruz", explica el encargado de Elite Exchange, una oficina de cambio de la plaza de Mirdamad, en referencia al a?o nuevo iran¨ª que se inici¨® el 20 de marzo. "Hace ya un a?o y medio que hab¨ªa dificultades con las transferencias en d¨®lares, pero desde esa fecha tambi¨¦n se plantean con los euros y, claro, si los bancos no prestan el servicio, la gente recurre a nosotros", admite, sin querer entrar en cifras.
Resulta muy dif¨ªcil evaluar el volumen de dinero que se ha desviado desde la banca hasta este m¨¦todo informal de transacciones, de origen isl¨¢mico y muy popular entre los inmigrantes asi¨¢ticos en todo el mundo. Todas las fuentes consultadas admiten que las cifras s¨®lo pueden aumentar ante el cerrojazo de las instituciones europeas. Con comisiones que oscilan entre el 1% y el 1,5%, resulta m¨¢s barato y seguro que trasladar el dinero en persona.
La hawala, que los iran¨ªes llaman havaleh, es esencialmente un sistema de confianza por el que A, importador iran¨ª de productos chinos, acude a un cambista X y le pide que env¨ªe 50.000 d¨®lares a B, su proveedor. X contacta con un cambista en China, quien ingresa el dinero en la cuenta de B, y le avisa para que despache el pedido. A su vez, un iran¨ª residente en China que quiera mandar dinero a su familia proceder¨¢ en sentido inverso. Peri¨®dicamente, ambos cambistas hacen cuentas.
"No tengo corresponsal en Madrid, pero si usted necesita recibir dinero, su peri¨®dico puede ingresarlo en nuestra cuenta de este banco alem¨¢n y en dos d¨ªas lo tendr¨¢ aqu¨ª", ofrece el encargado de Elite Exchange, sabedor de que las dificultades para transferir dinero tambi¨¦n afectan a los extranjeros residentes en Ir¨¢n. M¨¢s de una embajada ha empezado a recibir los salarios de sus empleados locales mediante valija acompa?ada. En otros casos, se est¨¢n arbitrando f¨®rmulas para pagarles fuera del pa¨ªs, e incluso alguna canciller¨ªa ha recibido autorizaci¨®n para hacer frente a los gastos ordinarios con los ingresos consulares ante la imposibilidad de transferirle fondos.
M¨¢s da?o del que se reconoce
"Las sanciones no van a doblegar al pueblo iran¨ª", dice una y otra vez el l¨ªder supremo de Ir¨¢n, Al¨ª Jamenei. Es el mantra que repiten todos los portavoces oficiales. Sin embargo, el boicoteo no declarado que EE UU trata de imponer a Ir¨¢n a trav¨¦s de su marginaci¨®n en el sistema financiero internacional empieza a preocupar a los dirigentes iran¨ªes.
Fuentes diplom¨¢ticas europeas se?alan como indicador la reciente aprobaci¨®n de la Ley contra el Blanqueo de Dinero. Sin embargo, ese esfuerzo no ha bastado para convencer al Grupo de Acci¨®n Financiera Internacional (GAFI). En su plenario del pasado 28 de febrero, consider¨® insuficiente su contenido por no incluir el concepto de delito fiscal y carecer de un ¨®rgano supervisor independiente.
El rechazo de esa organizaci¨®n intergubernamental que combate el lavado de dinero y la financiaci¨®n del terrorismo ha puesto contra las cuerdas a los pa¨ªses del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG), muy interesados en lograr las m¨¢ximas calificaciones internacionales para su sistema financiero, pero en cuyos bancos se ha refugiado buena parte del capital iran¨ª en el exterior.
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