Por qu¨¦ es mejor dar el dinero a las mujeres
Crean m¨¢s riqueza y son m¨¢s fiables que los hombres - Espa?a se suma a la perspectiva de g¨¦nero con m¨¢s cr¨¦ditos para ellas en la ayuda al desarrollo
Ayudar m¨¢s a la mujer da mejores resultados y Espa?a se ha apuntado a esta doctrina con voluntad de liderar la cooperaci¨®n de g¨¦nero. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, la intuici¨®n de Muhammad Yunus, el hombre que decidi¨® que el 95% de las beneficiarias de su banco para pobres fueran mujeres, se ha convertido en un principio universal que rige las pol¨ªticas de ayuda al desarrollo de organismos como la ONU o el Banco Mundial: "Son mejores luchadoras contra la pobreza que los hombres", asegura Yunus. El descubrimiento le vali¨® un Premio Nobel de la Paz (2006) y el poder decir 30 a?os despu¨¦s que ha conseguido sacar de la pobreza a seis millones de personas.
"Son las m¨¢s pobres entre los pobres. Y est¨¢n desesperadas por cuidar adecuadamente a sus hijos. Ellos no est¨¢n al lado de sus hijos en tiempos de crisis. Ellas s¨ª. Tienen m¨¢s razones para salir de la pobreza, los suyos", asegura Muhammad Yunus.
Siete de cada diez personas con hambre en el mundo son mujeres
El precio de los alimentos devolver¨¢ a la pobreza a 25 millones de personas
"Sus beneficios van a toda la familia. Si es un hombre, se puede ir en licor"
Ella destinar¨¢ el 70% de un pr¨¦stamo a su familia. ?l, un 30%
El ¨ªndice de morosidad en las mujeres es casi inexistente
Un microcr¨¦dito de 10 d¨®lares permiti¨® alimentar y educar a cuatro ni?os
Siete de cada 10 personas que tienen hambre en estos momentos en el mundo son mujeres, seg¨²n la ONU. Realizan m¨¢s de dos tercios del trabajo no remunerado, es decir, el equivalente a 11 billones de d¨®lares (7 billones de euros), seg¨²n el PNUD, pero s¨®lo reciben el 10% de los ingresos y poseen el 1% de los medios de producci¨®n. Son las m¨¢s afectadas por la pobreza y a la vez las que m¨¢s posibilidades tienen de combatirla, porque por encima de todo son gestoras del hogar, las que cuidan del bienestar de los hijos, futuras generaciones de pobres y analfabetos... o no.
Cuando Yunus puso en marcha en 1976, con s¨®lo 27 d¨®lares, su idea del banco para pobres, observ¨® que lo primero que hac¨ªan las mujeres de Bangladesh cuando ten¨ªan ingresos era recuperar a sus hijos de las casas de los ricos donde los hab¨ªan dejado trabajando a cambio de comida. Lo segundo, enviarlos al colegio.
"La igualdad entre hombres y mujeres es un factor fundamental para luchar de forma eficaz y sostenible contra la pobreza", dice la Declaraci¨®n de Objetivos del Milenio de la ONU. Espa?a pretende abanderar ese nuevo enfoque de la ayuda al desarrollo. La vicepresidenta, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, anunci¨® en el tercer encuentro hispano-africano de mujeres que Espa?a promover¨¢ la creaci¨®n de un fondo de g¨¦nero en la ONU para financiar pol¨ªticas de igualdad. En esta legislatura, el Gobierno ha aumentado un 400% la cooperaci¨®n destinada a mujeres y Espa?a es ya el tercer donante de microcr¨¦ditos del mundo por detr¨¢s del Banco Mundial y Alemania.
"Son siempre las m¨¢s vulnerables entre los vulnerables. Pero, adem¨¢s, son la palanca de cambio en la mayor¨ªa de pa¨ªses porque su lucha es la lucha de los derechos de todos. Son el motor del desarrollo porque de ellas depende la alimentaci¨®n y la educaci¨®n de sus hijos. No entendemos el desarrollo de un pa¨ªs sin igualdad de oportunidades. Por eso nos comprometemos a terminar la legislatura destinando el 15% de la ayuda al desarrollo a mujeres. Ya somos el primer donante de Unifem [Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer]", explica la secretaria de Estado de Cooperaci¨®n, Leire Paj¨ªn.
"En casi todas las culturas, las mujeres, especialmente las pobres, son ciudadanos de segunda clase. ?se es el poder del microcr¨¦dito: pone el poder, en forma de dinero, directamente en las manos de las mujeres", explica Sam Daley-Harris, director de un movimiento de microfinanciaci¨®n del que se han beneficiado 100 millones de familias pobres de todo el mundo.
"Cuando el pr¨¦stamo entra en una familia a trav¨¦s de una mujer, los beneficios van directamente al bienestar de toda la familia: los ni?os van al colegio, comen mejor, el tejado est¨¢ arreglado... Cuando se trata de un hombre, hay demasiadas posibilidades de que acabe en licor", a?adi¨® Daley- Harris. La misma tesis mantiene Rosahneh Zafar, disc¨ªpula de Yunus y presidenta de la Fundaci¨®n Kashf (milagro) de Bangladesh, con 260.000 beneficiadas de microcr¨¦ditos: "Si una mujer gana un d¨®lar, gasta el 70% en su familia. Un hombre le dedica el 30%".
Zafar y Daley-Harris participaron la semana pasada en Madrid en una conferencia internacional sobre microcr¨¦ditos organizada por Casa ?frica y Casa Asia en el CaixaForum, que ha reunido a los siete responsables de las entidades microfinancieras m¨¢s importantes del mundo. Entre los siete han sacado de la pobreza a decenas de millones de personas, decenas de millones de milagros.
"Un d¨ªa, el marido de Perveen no pudo aguantar la presi¨®n de ser incapaz de alimentar a su mujer y a sus cuatro hijos y se suicid¨®. Perveen se dio cuenta de que ten¨ªa dos opciones: aceptar la caridad de sus vecinos y depender para siempre de los dem¨¢s, o pedir un pr¨¦stamo y actuar. Escogi¨® lo segundo. Nunca hab¨ªa salido de casa. Ahora tiene un negocio con el que viaja constantemente y sus hijos reciben una educaci¨®n", recuerda Zafar de una cliente.
Pero la f¨®rmula se enfrenta al peor reto de su historia, la subida del precio de los alimentos. "Si en cinco a?os sacamos de la pobreza a 50 millones de personas a trav¨¦s de microcr¨¦ditos, ahora 25 millones van a volver a ser pobres porque el precio de su materia prima se ha triplicado y sus ingresos no", lament¨® Zafar. Yunus tampoco es optimista: "Es muy grave. Supone una presi¨®n enorme sobre los prestatarios, porque sus ingresos aumentan poco a poco, pero el precio de los alimentos sube muy r¨¢pido. Y lo peor es que no es algo temporal".
Espa?a destina m¨¢s del 62% de los pr¨¦stamos del Fondo de Concesi¨®n de Microcr¨¦ditos a mujeres. Muchas de ellas solas. "En Madagascar, por ejemplo, muchos maridos se han ido y ellas est¨¢n endeudadas por la usura, que les cobra intereses del 100% o 200%. Con los microcr¨¦ditos, con pagos muy fraccionados y peque?os, pueden comprar arroz y hacer pastelitos, venderlos, ir aumentando sus ingresos, incorporar a los hijos a la microempresa y ahorrar", explica Beatriz Morant, responsable del ¨¢rea de ?frica, Asia y Europa Oriental de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID). "En Marruecos hemos invertido 45 millones de euros en microcr¨¦ditos, y las mujeres han generado m¨¢s del doble con su actividad". Al otro lado del tel¨¦fono, Nezha Ouardi, una de las marroqu¨ªes beneficiadas, lo corrobora: "Me dieron 500 euros para montar un negocio de artesan¨ªa. Ahora algunos de mis productos los vendo por 400. He podido ayudar a mis seis hermanos".
"El ¨ªndice de morosidad en las mujeres es pr¨¢cticamente inexistente porque la vida de sus hijos est¨¢ en juego. He visto a un grupo sacar adelante una poblaci¨®n entera montando un negocio de venta de champ¨²s", asegura Pilar G¨®mez-Acebo, presidenta de honor de la Federaci¨®n de Mujeres Empresarias, implicada en proyectos de cooperaci¨®n de g¨¦nero.
La garant¨ªa de ¨¦xito, seg¨²n Manuel Cadarso, consejero t¨¦cnico de Microcr¨¦ditos de la AECID, es que se trata de "una cadena de esfuerzos": "El Gobierno espa?ol hace un esfuerzo destinando unos fondos que en cualquier otro mercado obtendr¨ªan mayor rentabilidad. Y la mujer que recibe el microcr¨¦dito hace un esfuerzo mayor para sacar adelante su negocio y poder devolverlo".
Guadalupe Ruiz, de 40 a?os, nacida en Chiapas, nunca pens¨® que ganar¨ªa m¨¢s que su marido. Hace un a?o ni siquiera trabajaba. Ella y su hija de 13 a?os malviv¨ªan con los 5.000 pesos (unos 300 euros) que ¨¦l, ch¨®fer, ganaba al mes. "Una amiga que hab¨ªa montado un negocio de venta de zapatos me habl¨® de los microcr¨¦ditos. Empec¨¦ con uno de 5.000 pesos y acaban de darme uno de 20.000 [1.250 euros]. He montado un peque?o negocio de venta de ropa. He mejorado mi casa, pagado las deudas de un terrenito y acabo de tener un beb¨¦. ?Nunca hab¨ªa tenido ahorros!".
Unicreich, la entidad que concedi¨® a Guadalupe el microcr¨¦dito, gestiona un mill¨®n de euros de cooperaci¨®n espa?ola para microcr¨¦ditos en Chiapas. El 85% de las beneficiadas son mujeres. "Tienen muy bajo nivel cultural, el 10% no saben leer ni escribir y muchas est¨¢n solas porque aqu¨ª hay mucha deserci¨®n familiar, por emigraci¨®n y sobre todo por problemas de violencia familiar, alcoholismo....", explica Isabel Camacho, directora de la entidad.
En M¨¦xico, la Fundaci¨®n Interamericana, financiada por el Gobierno estadounidense, va a poner en marcha un proyecto para ayudar a mujeres a las que la emigraci¨®n de los padres de sus hijos en busca de una vida mejor ha dejado a merced de unas remesas no siempre puntuales. "Al principio las reciben frecuentemente, pero luego empiezan a escasear. Muchas veces sus maridos construyen una segunda familia en el pa¨ªs de emigraci¨®n. Nuestro proyecto quiere ofrecerles apoyo psicol¨®gico y ayuda para que monten microempresas y tengan sus propios ingresos", explica Marcy Kelly, responsable para M¨¦xico de la fundaci¨®n.
El microcr¨¦dito es, de las f¨®rmulas de ayuda de cooperaci¨®n de g¨¦nero, probablemente la m¨¢s agradecida. Los resultados se ven a corto plazo y con muy poco suele conseguirse mucho. La parte m¨¢s dif¨ªcil y tambi¨¦n la m¨¢s difusa es lo que se ha bautizado como "empoderamiento" de las mujeres. En el caso de Espa?a, apoyando a asociaciones femeninas locales como Las Dignas, en El Salvador, contra la violencia machista; "asesorando al Gobierno peruano en la elaboraci¨®n de un plan de igualdad de oportunidades", explica Itziar Gonz¨¢lez, directora de la oficina t¨¦cnica de cooperaci¨®n en Lima; o favoreciendo programas de salud reproductiva y planificaci¨®n familiar en ?frica y Centroam¨¦rica.
Este ¨²ltimo apartado es clave. En los pa¨ªses ricos la tasa de natalidad es de "reemplazo", es decir, dos hijos. En los pa¨ªses m¨¢s pobres asciende a cinco o m¨¢s, lo que produce una presi¨®n enorme sobre los recursos alimenticios, impide la adecuada nutrici¨®n y educaci¨®n de los ni?os y, en definitiva, origina una nueva generaci¨®n a¨²n m¨¢s pobre. Jeffrey D. Sachs, el economista que ha recorrido el mundo asesorando econom¨ªas en crisis, lo llama la "trampa demogr¨¢fica". La trampa que sume a los pa¨ªses pobres en una pobreza cada vez m¨¢s profunda.
Pero implantar estos programas no es f¨¢cil en seg¨²n qu¨¦ pa¨ªses. "Este trabajo hay que hacerlo desde la propia conciencia que las mujeres tienen de sus derechos en cada pa¨ªs para que no sea una injerencia cultural", explica Juana Bengoa, vocal de g¨¦nero de la Coordinadora de ONG de Desarrollo. De la Vega se declar¨® horrorizada tras posar con un hombre y sus tres esposas en N¨ªger. Pero el texto y prop¨®sito del encuentro, la Declaraci¨®n de Niamey, se firm¨® sin una sola palabra de condena a la poligamia.
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