La voz que acaricia

Una vez m¨¢s la voz -tan dulce, tan acariciante- de Mayte Mart¨ªn. En esta ocasi¨®n cantando versos del poeta malague?o Manuel Alc¨¢ntara, la "banda sonora de su vida" seg¨²n dijera la propia Mayte. La cantaora transform¨® esos poemas en canciones de un tinte pronunciadamente melanc¨®lico, bastante parecidas unas a otras, con frecuencia recitadas m¨¢s que cantadas, los finales casi id¨¦nticos, con lo que no pudo evitar una cierta monoton¨ªa que de alguna manera pes¨® sobre todo el concierto.

No hubo flamenco en la hora que dur¨® el recital. Echamos de menos, pues, a la Mayte Mart¨ªn cantaora, tan excepcional siempre. Su canto fue sereno, pac¨ªfico, careci¨® en todo momento de estridencias o gritos propios de lo jondo. Cantar los versos de Manuel Alc¨¢ntara fue un encargo de la Bienal de Flamenco de M¨¢laga de 2007 que s¨®lo hab¨ªa hecho all¨ª, y ahora lo retoma para el gran p¨²blico. No s¨¦ si percibir¨ªa en la primera parte a la audiencia un tanto fr¨ªa, porque de pronto exclam¨®: "?Decidme que os gusta, por el amor de Dios bendido!", y el p¨²blico s¨ª se lo dijo, con una fuerte ovaci¨®n.

Tra¨ªa un grupo de peque?o formato, pero muy bueno. Ella misma aport¨® la novedad de tocar la guitarra, lo que hizo con suavidad y exquisitez. La otra guitarra -que era la principal, en realidad-, la de Mont¨®n, excepcional. Todos los instrumentistas estuvieron acertados, destacando quiz¨¢ el viol¨ªn de Olvido Lanza. Una tarde-noche seguramente para el recuerdo, aunque a m¨ª me decepcionara un tanto. Al final tuvo aplausos y ovaciones, muchos.