Un pulso a la eternidad
Tras discutirse el trono mundial, las 'viejas' Francia e Italia luchan hoy contra el destierro europeo
La perpetuidad no siempre es rentable, por mucho que llegue inducida por el ¨¦xito de una determinada generaci¨®n. El f¨²tbol tiene sus edades y fija sus fechas de caducidad. Un riesgo que corren hoy Italia y Francia, los dos ¨²ltimos finalistas del Mundial de 2006, dos de las selecciones m¨¢s veteranas de la Eurocopa: los italianos, con un equipo titular de 30,8 a?os de media, fueron fulminados por Holanda; los franceses, con un grupo de 29,1 a?os, se fundieron ante Rumania. Resulta significativo que en Austria y Suiza est¨¦n convocados todos los que se alinearon en la final de Berl¨ªn salvo Totti -voluntariamente jubilado de la selecci¨®n- y Zidane y Barthez -ya en la reserva del f¨²tbol-. Ahora, con s¨®lo una jornada disputada, los mismos que discutieron por el gran trono est¨¢n al borde del destierro europeo. Si patinan ante holandeses (Francia) y rumanos (Italia) no tendr¨¢n consuelo. En uno y otro caso se da una circunstancia com¨²n. M¨¢s all¨¢ de un desaf¨ªo a la naturaleza, ambas selecciones est¨¢n repletas de futbolistas que han hecho carrera en clubes de ¨¦lite, en las Ligas m¨¢s mercantilistas del planeta y, por ello, tambi¨¦n las de mayor exigencia, las que deparan cursos maratonianos sin apenas recreo. Los calendarios producen enormes atascos y no hay tiempo para la dosificaci¨®n, ni f¨ªsica ni mental: pesan las piernas y se multiplica el hartazgo. Pese a todo, Francia e Italia han decidido resistir, aunque por razones diferentes. M¨¢s comprensibles en el cuadro azzurro.
Italia en Austria y Suiza |
La Selecci¨®n Francesa en la Eurocopa |
Todos los resultados |
Al rebufo de un t¨ªtulo mundial en pleno apocalipsis del calcio -con chiringuitos financieros al descubierto, tel¨¦fonos pinchados, sobornos y dem¨¢s trucajes-, Italia prorrog¨® al equipo que le hab¨ªa servido como ventilador y aplaz¨® cualquier revoluci¨®n. La llegada de un joven entrenador como Roberto Donadoni no aceler¨® el relevo, condicionado tambi¨¦n por la ausencia de un vivero al que recurrir, con muchas squadre a un cent¨ªmetro de la bancarrota y los grandes imperios del norte en plena liquidaci¨®n generacional (Milan), de penitencia (Juventus) o de caza permanente en el rastrillo mundial (el Inter ha llegado a no alinear a un solo italiano). Si Espa?a se permite esperar a Cesc, uno de los chicos m¨¢s vigorizantes de la fren¨¦tica Premier, Italia se encomienda hoy a Del Piero, que a sus 33 a?os ha sido el mejor goleador de la Liga italiana. Se?al evidente de c¨®mo est¨¢ el semillero del calcio.
Francia a¨²n tributa por los campeones del Mundial de 1998. Con Raymond Domenech al frente, los bleus, con un f¨²tbol exportador y vitalista, donde ya emergen Benzema, Nasri, Ben Arfa y algunos otros, exprime a los pretorianos de toda la vida por expreso capricho de su seleccionador. Si Espa?a se da el lujo de resguardar a Xabi Alonso, Francia suspira hoy porque reciba el alta Vieira, con numerosas secuelas m¨¦dicas y a punto de cumplir 32 a?os. Prueba del inmovilismo de Domenech, el mismo que selecciona a sus futbolistas en funci¨®n de su hor¨®scopo.
En la ¨²ltima d¨¦cada, tanto Italia como Francia han copado el podio del f¨²tbol europeo. Ahora, al l¨ªmite de sus fuerzas, tienen un gran desaf¨ªo, un pulso a la eternidad. Que nadie descarte que Francia e Italia se ganen otra pensi¨®n. En el f¨²tbol, sin grandes certidumbres y tantas hadas, nada es imposible. Basta con fijarse en Croacia, un pa¨ªs de cinco millones de habitantes que fue el verdugo de Inglaterra en la fase de clasificaci¨®n, y que ayer despach¨® a Alemania.
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