La energ¨ªa necesita una respuesta europea
La situaci¨®n del mercado de los combustibles es muy preocupante. Su impacto es de naturaleza global, con un tremendo efecto sobre Europa, que a su vez se ramifica en los distintos pa¨ªses de nuestro continente. Est¨¢ empezando a afectar de forma especialmente dura a las familias de rentas m¨¢s bajas y a las empresas m¨¢s fr¨¢giles. No podemos alzar los hombros y desentendernos de su situaci¨®n. Es necesario organizar una respuesta a nivel europeo. Por esta raz¨®n, he solicitado a la presidencia eslovena y a los comisarios Verheugen y Piebalgs que inscriban con car¨¢cter de urgencia esta cuesti¨®n en la agenda de los Consejos de Competitividad y de Energ¨ªa.
Considero, en efecto, que la cuesti¨®n de la energ¨ªa ha de ser tratada desde una perspectiva europea, a pesar de que actualmente se le est¨¦ intentando hacer frente en t¨¦rminos nacionales. Lo cierto es que en todos y cada uno de nuestros pa¨ªses nos enfrentamos con problemas bastante parecidos. En el caso de Portugal, por ejemplo, los precios de la gasolina y del gas¨®leo est¨¢n muy pr¨®ximos a la media europea, tambi¨¦n la fiscalidad, as¨ª como las subidas registradas desde principios de a?o.
Urge una actuaci¨®n basada en las energ¨ªas renovables, mayor eficacia y transportes m¨¢s modernos
La especulaci¨®n se ha transferido desde las 'subprime' al petr¨®leo y los alimentos
Las importaciones anuales de petr¨®leo, gas natural y carb¨®n que realiza Europa sobrepasan los 300.000 millones de euros. Cada subida del precio en un 15% equivale aproximadamente al 2% del PIB de Alemania y se traduce en una fuerte p¨¦rdida de competitividad. Circula la idea de que la apreciaci¨®n del euro en relaci¨®n con el d¨®lar sirve para compensar el aumento de precios, pero eso no es del todo verdad. En euros, el precio del petr¨®leo se ha multiplicado por cuatro desde 2002.
El precio del petr¨®leo, en efecto, estaba en poco m¨¢s de 20 d¨®lares por barril en 2002 y aument¨® hasta cerca de los 40 d¨®lares a principios de 2005. M¨¢s tarde, subi¨® hasta unos 70 d¨®lares por barril antes del verano de 2007. Desde entonces, la subida ha experimentado una fuerte aceleraci¨®n, que ha llevado al precio del barril a sobrepasar recientemente los 135 d¨®lares. Esta subida desde los 20 hasta los 135 d¨®lares en seis a?os refleja, sobre todo, el aumento de la demanda por parte de pa¨ªses con una amplia poblaci¨®n, como China y la India, que est¨¢n protagonizando adem¨¢s un formidable crecimiento econ¨®mico.
Dado que nos hallamos ante un cambio estructural, hemos de responder con medidas estructurales. No hay nada que hacer, se acab¨® el tiempo de la energ¨ªa barata. La soluci¨®n reside en las energ¨ªas renovables, en la eficacia energ¨¦tica y en la modernizaci¨®n de los sistemas de transporte. En promover mercados m¨¢s transparentes y con mayor competencia. Todos los sectores de la econom¨ªa, la vivienda, los transportes y la industria, van a tener que adaptarse.
La soluci¨®n consiste en acelerar estas medidas, entre otras cosas porque ¨¦sa es la mejor forma de transmitir un mensaje claro a los productores de combustibles f¨®siles. Usando como ejemplo los resultados conseguidos por Portugal en apenas tres a?os de desarrollo de las energ¨ªas renovables, se demuestra que est¨¢ al alcance de Europa avanzar en tal sentido con m¨¢s rapidez de lo que muchos pensaban.
No podr¨ªa haber peor mensaje que el de una Europa incapaz de desarrollar las energ¨ªas renovables, de aumentar su eficacia energ¨¦tica, de modernizar su sistema de transportes y de promover mercados m¨¢s transparentes y con mayor competencia.
Sin embargo, no podemos enga?arnos, esta adaptaci¨®n no va a acaecer de la noche al d¨ªa, ni va a resultar gratis. Llevar¨¢ tiempo y tendr¨¢ costes. Nuestra misi¨®n es que sea tan r¨¢pida y que tenga costes tan bajos cuanto sea posible. Hasta entonces, ?con qu¨¦ precios vamos a convivir? A finales de a?o, ?el precio del petr¨®leo ser¨¢ de 100 o de 200 d¨®lares por barril? Hay quien dice que el precio del petr¨®leo llegar¨¢ r¨¢pidamente a los 200 d¨®lares por barril, pero tambi¨¦n hay quien defiende que acabar¨¢ por bajar bastante.
Entiendo que los mercados no est¨¢n funcionando de forma adecuada y que los precios est¨¢n siendo fuertemente influidos por la especulaci¨®n financiera, lo que, por otra parte, es tambi¨¦n la opini¨®n de la OPEP. Teniendo en cuenta los datos de la OPEP relativos a los niveles de producci¨®n y a las reservas, no deja de ser sorprendente que los precios se hayan acelerado desde el verano, cuando estall¨® la crisis de las sub-prime, y los mercados de las acciones bajaron. Todo indica que la especulaci¨®n se ha transferido del mercado de las sub-prime y de las acciones hacia el mercado del petr¨®leo, las materias primas y los productos alimenticios. La idea de que nuestros pa¨ªses se hayan convertido en rehenes de los especuladores internacionales puede contribuir a crear entre los europeos grandes resistencias en relaci¨®n con el modelo de globalizaci¨®n en el que vivimos.
En la misma l¨ªnea defendida recientemente por Gordon Brown, considero que Europa necesita de forma urgente una estrategia internacional, en colaboraci¨®n con los pa¨ªses productores de petr¨®leo, con vistas a asegurar un funcionamiento m¨¢s transparente del mercado.
De la misma forma que en el siglo XVI los corsarios pusieron en peligro el ¨¦xito de la primera experiencia de globalizaci¨®n, hasta que fueron vencidos, los especuladores financieros son los grandes enemigos de la actual experiencia de globalizaci¨®n. Sin una reglamentaci¨®n adecuada, los mercados financieros podr¨ªan provocar situaciones totalmente indeseables.
A nivel europeo, la agenda consiste, por tanto, en lo siguiente:
Primero, acelerar la adopci¨®n de medidas estructurales para reducir nuestra dependencia de los combustibles f¨®siles, a trav¨¦s del desarrollo de las fuentes renovables, de una mayor eficacia energ¨¦tica y de la racionalizaci¨®n de los sistemas de transportes.
Segundo, estimular una estrategia internacional con vistas a un funcionamiento m¨¢s transparente de los mercados.
Tercero, desarrollar una l¨ªnea de pol¨ªticas destinadas a apoyar a las familias de rentas m¨¢s bajas y a las empresas m¨¢s fr¨¢giles, sin que con esto enviemos se?ales equivocadas y pongamos en peligro los equilibrios que tanto nos ha costado consolidar.
Esta respuesta ha de ser organizada con la mayor urgencia. El tiempo corre. Europa tiene que actuar de forma coordinada.
Manuel Pinho es el ministro de Econom¨ªa de Portugal. Traducci¨®n de Carlos Gumpert.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.