Hillary Clinton, lecciones de una derrota
Desilusi¨®n feminista por la derrota de Hillary Clinton y una pregunta: ?perdi¨® porque era una mujer? En su discurso de retirada y apoyo a Obama, Clinton dijo: "Cuando se me preguntaba lo que significaba ser una mujer candidata a la presidencia, siempre respond¨ªa lo mismo, que estaba orgullosa de ser una candidata mujer, pero que si compet¨ªa era porque pensaba que yo era la mejor opci¨®n para la presidencia. Pero soy una mujer y como millones de mujeres s¨¦ que todav¨ªa hay barreras y prejuicios, muchas veces inconscientes, y quiero construir una Am¨¦rica que respete y acepte el potencial de todos y cada uno de nosotros". Por eso es importante reflexionar sobre su derrota y extraer algunas lecciones.
Gracias a Hillary, ser mujer no ser¨¢ un impedimento para alcanzar la presidencia de EE UU
Se ha repetido incesantemente lo hist¨®rico que ha sido que por primera vez un negro y una mujer, dos grupos ausentes de los altos niveles pol¨ªticos, compitieran por llegar a la presidencia. Sin embargo, ni Obama puso como centro de su campa?a la discriminaci¨®n racial ni Hillary la de g¨¦nero. No compet¨ªan dos colectivos sino dos personalidades pol¨ªticas. Las mujeres no son un grupo homog¨¦neo ni sus lealtades pol¨ªticas provienen del hecho de ser mujeres. Precisamente porque no son una minor¨ªa sino la mitad de la poblaci¨®n, tienen divisiones sociales e ideol¨®gicas. Hillary cont¨® con el apoyo de algunas y la oposici¨®n frontal de otras. Como ejemplo de lo ¨²ltimo, Maureen Dowd, del New York Times, una mujer que refleja muy bien el rechazo que los Clinton provocan en la izquierda dem¨®crata. En una de sus columnas, Dowd lament¨® que no hubiera un "Mes de la Zorra Blanca" dedicado a Hillary.
Hacer pol¨ªtica a esos niveles supone actuaciones y decisiones que no tienen que ver con ser mujer u hombre. M¨¢s importantes son los proyectos pol¨ªticos concretos, tener un buen equipo de campa?a, saber qui¨¦nes son tus electores y tener suerte para afrontar imprevistos. Todos los analistas han coincidido en los errores de la campa?a de Clinton: desorganizaci¨®n de su equipo; falta de una l¨ªnea propia clara; acci¨®n impulsada m¨¢s por fuerzas exteriores que por un plan propio, de modo que Obama le arrebat¨® la iniciativa; no valorar la importancia de Internet y varios otros m¨¢s.
Luego viene el sistema electoral. Hillary no supo darle suficiente importancia a los caucuses, sistema asambleario a mano alzada de elegir candidatos. Al ganar los caucuses, Obama sum¨® suficientes delegados para compensar los triunfos de Hillary en los Estados norteamericanos con primarias formales, los m¨¢s grandes.
El perfil pol¨ªtico de un candidato depende de su trayectoria, pero en campa?a electoral se debe proyectar una imagen. El ser mujer a?ade dificultades porque a¨²n subsisten estereotipos sexistas. NOW (Nacional Organization of Women) fue recogiendo a lo largo de la campa?a los que se reflejaban en los medios de comunicaci¨®n. Por ejemplo, nadie duda que un hombre, cualquiera sea el color de su piel, pueda ser comandante en jefe, pero Hillary Clinton, por ser mujer, ten¨ªa que demostrarlo. Para contrarrestar los estereotipos, el equipo de Hillary centr¨® su imagen en su experiencia y con ello acentu¨® su perfil de establishment. Eso dej¨® a Obama como garante del "cambio", con gran demanda social y especial fuerza en la base dem¨®crata, aunque los dos comparten un impecable historial pol¨ªtico de progresismo. Hubo adem¨¢s un problema real en la postura frente a la guerra de Irak. Los dos propon¨ªan salir de all¨ª, pero Hillary hab¨ªa votado a favor de la guerra en el Senado y lo asumi¨® con honestidad, sin hacer una concesi¨®n electoralista. En cambio, Obama se hab¨ªa opuesto a la guerra, aunque en esos momentos a¨²n no era senador. Es dif¨ªcil saber si hubiera votado en contra.
Finalmente, la familia, siempre un tema importante para las mujeres. La familia en femenino, su madre y su hija, fueron un activo como un s¨ªmbolo impl¨ªcito de su trayectoria feminista. En el discurso de retirada las mostr¨® adem¨¢s como tres generaciones que muestran la realidad del cambio en la situaci¨®n pol¨ªtica de las mujeres. En cuanto a Bill Clinton, hay divergencias sobre si su aporte fue positivo o negativo, aunque Hillary lo reivindic¨® en su discurso final. Pero, en realidad, el tema de fondo es el de las relaciones familiares en la pol¨ªtica (entre c¨®nyuges o entre padres e hijos). Lleva al problema de las dinast¨ªas pol¨ªticas y al cuestionamiento sobre su vinculaci¨®n con la democracia. En la pol¨ªtica democr¨¢tica no existe el dos por el precio de uno que Hillary siempre ha pregonado, porque no hay "parejas pol¨ªticas". La carrera del pol¨ªtico debe ser individual y separada de las relaciones familiares.
En la actualidad ya hay mujeres presidentas y primeras ministras en muchos pa¨ªses. Pero que una mujer llegara a la presidencia del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo era un cambio de gran trascendencia pol¨ªtica y simb¨®lica. En este sentido, la decepci¨®n es comprensible. Pero hay muchas razones para sentir orgullo por la campa?a de Hillary, aunque haya perdido. M¨¢s all¨¢ de que se estuviera o no con ella, es dif¨ªcil no admitir sus muchos valores. Tuvo una campa?a dif¨ªcil y fue notable que ante las enormes presiones para que se retirara, no tirara la toalla y siguiera hasta el final. Lo m¨¢s importante es que con su espl¨¦ndida actuaci¨®n ha hecho posible que en el futuro ser mujer no sea un impedimento para llegar a la presidencia de Estados Unidos.
Judith Astelarra es soci¨®loga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.