Desencantada Alemania
El conjunto de L?w acaba con dos a?os de optimismo y recuerda su eliminaci¨®n ante Austria en 1978
Fin de la luna de miel. Alemania se despert¨® ayer desenamorada de golpe de su selecci¨®n. "Reca¨ªda a tiempos pasados", titul¨® el sesudo Franfurter Allgemeine para explicar la decepci¨®n que supuso perder de mala manera el jueves en Klagenfurt ante Croacia (2-1). "Demasiado malos para Croacia", atac¨® el S¨¹ddeutsche Zeitung a sus jugadores. Alemania rompi¨® el hechizo que viv¨ªa desde el Mundial de 2006, a lomos de una ola de optimismo que supo insuflar en todo el pa¨ªs su equipo t¨¦cnico, liderado entonces por J¨¹rgen Klinsmann y, m¨¢s tarde, por Joachim L?w. Bast¨® que llegara un adversario compacto y agresivo, forjado por cinco jugadores de la Bundesliga, para que se apreciara que, detr¨¢s de la impecable fachada, hab¨ªa numerosas grietas: un portero poco fiable, una defensa de humo y un medio del campo lento y poco fluido. Ayer, por primera vez, le llovieron las cr¨ªticas al seleccionador, acusado por varias de sus apuestas.
Bast¨® que llegara un adversario agresivo, para apreciar las grietas alemanas
Volvi¨® a ser el equipo paquid¨¦rmico de las dos ¨²ltimas Eurocopas
Las m¨¢s personales han sido dos: Lehmann y Metzelder. Ninguno de los dos ha participado apenas durante la temporada en sus respectivos equipos, el Arsenal y el Real Madrid, a pesar de lo cual L?w decidi¨® partir con ellos como titulares. En su elecci¨®n ha pesado primero su experiencia y despu¨¦s su rendimiento notable en el pasado Mundial. L?w no se ha atrevido a darle la porter¨ªa al prometedor Adler (23 a?os), del Leverkusen, como tampoco ha cre¨ªdo conveniente sacrificar al central del Madrid por los galones que ¨¦ste adquiri¨® en la Copa del Mundo. La prensa alemana, no obstante, carg¨® ayer contra estos dos futbolistas, adem¨¢s de contra Jansen, el lateral izquierdo que se trag¨® el primer gol de Croacia. Otro reproche para L?w procede de su cambio en el descanso: introdujo a Odonkor, el extremo del Betis, que es principalmente un extremo para el contragolpe, cuando en realidad Alemania se dispon¨ªa a atacar a una defensa muy cerrada.
"Ca¨ªda al campo base", brome¨® ayer el S¨¹ddeutsche Zeitung en alusi¨®n al lema que ha elegido la selecci¨®n alemana para este campeonato: "Tour de monta?a", una subida progresiva a las cumbres de la gran final de Viena. Alemania, en efecto, descendi¨® el jueves en el tiempo y en el espacio. Y volvi¨® a ser ese equipo paquid¨¦rmico que avergonz¨® a los alemanes en las dos ¨²ltimas Eurocopas. La anterior, la de 1996 en Inglaterra, fue el ¨²ltimo t¨ªtulo de la Nationalmannschaft.
Ahora, sin embargo, aparecen las aprensiones. Y la necesidad de ganarle a Austria el pr¨®ximo lunes en Viena, ha despertado viejos fantasmas. La austriaca no es una selecci¨®n temible, es cierto, pero no deja de ser la anfitriona. Y cuenta, adem¨¢s, con un precedente hist¨®rico a su favor, uno de los escasos momentos ¨¦picos de la historia del f¨²tbol austriaco. Fue en el Mundial de Argentina el 21 de junio de 1978. Alemania, con un ya veterano Beckenbauer y un incipiente Rummenigge, ven¨ªa de ser campeona del Mundo en 1974 y subcampeona de Europa en 1976. Era un gigante al que Austria no derrotaba desde tiempos remotos. Pero aquel combinado austriaco ten¨ªa algo especial en Krankl, Pezzey, Prohaska y Jara, que ganaron 3-2 y dejaron en la cuneta al poderoso vecino germano.
"Tor, Tor, Tor, Tor, Tor, Tor, I wer' narrisch" (Gol, gol, gol, gol, gol, gol, me estoy volviendo loco), grit¨® el narrador de la televisi¨®n austriaca Edi Finger despu¨¦s de que Krankl marcara el gol definitivo. Finger puso la piel de gallina a sus compatriotas cuando grit¨®: "?Se termin¨®! ?El fin! ?Acab¨®! Despu¨¦s de 47 a?os, Austria ha conseguido volver a vencer a Alemania". Para el seleccionador alem¨¢n, Helmut Sch?n, aquello supuso el final de 14 a?os llenos de ¨¦xitos, con una Eurocopa (1972) y un Mundial (1974) conquistados. Y para Krankl, el momento culminante de su carrera.
Los viejos vecinos volver¨ªan a encontrarse cuatro a?os despu¨¦s, en el Mundial de Espa?a 82, pero esta vez de una manera m¨¢s ignominiosa. Una victoria alemana por 1-0 daba el pase a ambos equipos a la segunda ronda. Tras el gol del tanque Hrubesch marc¨® a los diez minutos, el encuentro se acab¨®. Las dos selecciones se pasaron el bal¨®n l¨¢nguidamente, a ritmo de caracol, y, a partir de entonces, el partido se gan¨® el apelativo de Der Nichtangriffspakt von Gijon (El pacto de no agresi¨®n de Gij¨®n). Una tentaci¨®n que no volver¨¢ a repetirse el lunes en Viena. La desencantada Alemania necesita ganar para asegurarse la clasificaci¨®n. Y la resucitada Austria, para apurar sus escasas opciones.
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