Prou
Alumnos, padres, madres y profesores se han manifestado esta semana simult¨¢neamente en las tres capitales valencianas contra la pol¨ªtica educativa del Consell. No es la primera vez este a?o que delatan en p¨²blico su malestar, pero en esta ocasi¨®n, convocados por los sindicatos de la ense?anza, han querido dar testimonio de un apretado memorial de agravios por parte de la consejer¨ªa y, especialmente, de su titular, Alejandro Font de Mora, a quien se le atribuye el patrocinio de una serie de iniciativas que comportan la degradaci¨®n democr¨¢tica y cualitativa del universo docente, donde la pr¨¢ctica de los hechos consumados y la arbitrariedad han arruinado las posibilidades del di¨¢logo. Un deterioro que, obviamente, no se produce sin el amparo del mismo presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que no debe salir indemne de este conflicto.
Si bien no podemos olvidar que gobierna hegem¨®nicamente la derecha y, en consecuencia lleva el agua a su molino conservador, hay l¨ªmites cuya trasgresi¨®n no puede en modo alguno legitimarse por el peso de los votos. As¨ª, podremos cuestionar la proclividad del PP por privilegiar la escuela privada, pero se trata de una inclinaci¨®n -se dir¨ªa obsesi¨®n- que est¨¢ en sus genes ideol¨®gicos, como tambi¨¦n lo est¨¢ su compromiso con la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica cat¨®lica. Lo impresentable, incluso imp¨²dico por el descaro con que se practica, es el menosprecio en que se le tiene a la escuela p¨²blica y la arrogancia con que se impone la docencia oficial de una religi¨®n en contradicci¨®n con la aconfesionalidad del Estado y a costa de otras materias, cual ocurre en el caso valenciano con la filosof¨ªa, que resultar¨ªa sacrificada a las historias evang¨¦licas.
En este mismo exceso, agudizado por su m¨¢s que probable ilegalidad, se incurre con el trasnochado prop¨®sito de convertir la ya descafe¨ªnada asignatura Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa en un enredo pedag¨®gico con el que ¨²nicamente se pretende defraudar m¨¢s a¨²n la voluntad del Gobierno mediante el ardid de impartirla en ingl¨¦s -aqu¨ª, por estos pagos, precisamente, donde tan parco es incluso el dominio del espa?ol como del valenciano- y demostrar la suficiencia del alumno con un simple trabajo dom¨¦stico en cuyo tr¨¢mite el profesor se limita a componer la figura de don Tancredo y la libertad de c¨¢tedra se reduce a un mero eufemismo. Se ignora quien tuvo esta "ocurrencia" -si bien se supone que el consejero no ha sido del todo ajeno- que ha suscitado tanto pasmo en el universo docente como cachondeo general. Ser¨¢ cosa de ver el desenlace, que por el momento es asunto judicial y tambi¨¦n motivo de perplejidad e irrisi¨®n.
Otros motivos numerosos completan el repertorio de la protesta con la que se ha querido gritar prou, basta a todo un compendio de medidas de signo reaccionario as¨ª como a la indiferencia o ninguneo en que se tiene al Consejo Escolar Valenciano, por m¨¢s perseverante que ¨¦ste se muestre en alcanzar consensos un¨¢nimes, no obstante su plural composici¨®n y vasta representatividad. Medidas m¨¢s o menos discutibles, decimos -uniformes para el alumnado de la ense?anza p¨²blica, las llamadas "aulas ret¨¦n", Plan ?xit contra el fracaso escolar y etc¨¦tera-, y tambi¨¦n incumplimientos retributivos con el profesorado y cuadros directivos. Claro que este cap¨ªtulo no puede chocarnos habida cuenta del permanente estado de insolvencia en que se hallan las finanzas auton¨®micas, asfixiadas por el aumento de poblaci¨®n no subvencionado, como el PP alega, pero mucho m¨¢s por las prioridades o prodigalidades a que el Gobierno popular aplica sus recursos. Baste mencionar a este respecto el fabuloso endeudamiento alcanzado con las universidades p¨²blicas.
Prou ha sido tambi¨¦n esta semana la expresi¨®n del grupo socialista en las Cortes, impelido a abandonar el pleno debido a la actitud terca y torticera de los populares, hegem¨®nicos en la c¨¢mara y opuestos en resumidas cuentas a explicar por qu¨¦ Canal 9 no ha informado acerca de los problemas que sacuden al PP en v¨ªsperas de su congreso. Una pregunta capciosa y hasta gratuita debido a la constatada manipulaci¨®n con que el PP gobernante desvirt¨²a hasta el sonrojo este medio informativo. En todo caso ha servido para abundar en la denuncia de este escandaloso secuestro. Un gesto que podr¨ªa redondearse dando el portazo en el Consejo de Administraci¨®n de RTVV donde la izquierda no pinta nada, al margen de calentar poltronas y percibir dietas.
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