Intriga en Madrid
Durante estos d¨ªas, en el transcurso de la Feria del Libro de Madrid, que hoy termina, han llegado a mis manos dos novelas que tratan de esta ciudad de muy distinta manera, lo que significa que Madrid sigue construy¨¦ndose a trav¨¦s de la literatura y que la narrativa encuentra aqu¨ª mundos suficientes de los que hablar para contar la vida en general de cualquiera en cualquier parte.
Particip¨¦ en la presentaci¨®n de ambos libros en uno de nuestros lugares m¨¢s concurridos en cuanto a actos culturales se refiere, el C¨ªrculo de Bellas Artes, cuya agradable cafeter¨ªa es punto de encuentro y de charla antes, despu¨¦s o durante dichos actos, y que tiene mucho que ver con una de las novelas que digo. Se titula Dor¨®n Benatar y el libro de los nombres muertos (publicado por la editorial El Tercer Nombre), de la autora mexicana A¨ªda Berliavsky. Una escritora mexicana que conoce a fondo Madrid y que crea un detective atractivo, joven, y "existencial" seg¨²n se llama a s¨ª mismo el propio Dor¨®n Benatar.
Es una historia sobre la represi¨®n, la censura y la perversi¨®n humana, que no conoce fronteras
Dor¨®n instala su oficina precisamente en una mesa de la cafeter¨ªa del C¨ªrculo de Bellas Artes, con la entusiasta complicidad de un camarero llamado Rodolfo. All¨ª recibe a sus clientes y despacha sus asuntos, recuperando de este modo la autora el aut¨¦ntico esp¨ªritu de los caf¨¦s madrile?os de anta?o que funcionaban como un anexo de la propia casa, en que no se iba tan de paso como ahora, sino que se iba a estar, a escribirse una novela, a leerse otra, a hacer negocios o a hablar durante horas y horas. Aunque lo m¨¢s importante es que estamos ante una novela de intriga muy bien construida, muy entretenida. Su acci¨®n gira en torno a un libro de magia llamado Necronomic¨®n, que contiene la Clave Gematr¨ªa, con cuyo conocimiento se puede acceder a vislumbrar el futuro y controlar el mundo. As¨ª que se comprende que la desaparici¨®n del libro, en posesi¨®n de la familia Toledano desde el siglo XVII, desencadene la lucha de sectas, sociedades secretas y bandas callejeras por hacerse con ¨¦l, y que al mismo tiempo ponga en marcha a Dor¨®n, que en b¨²squeda del libro se encontrar¨¢ con sorpresas que no esperaba.
El Necronomic¨®n simboliza el deseo de poder, de control, es un arma ps¨ªquica, mental, por llamarla de alguna manera, a la que nos gustar¨ªa recurrir cuando las cosas no nos salen o la vida no nos responde como queremos. Digamos que siempre ha habido gente dispuesta a matar por un Necronomic¨®n, cuando es tan f¨¢cil inventarlo uno mismo como ha hecho A¨ªda Berliavsky.
Supone un gran acierto narrativo colocar un objeto completamente intemporal como un libro m¨¢gico en una realidad reconocible por todos, actual y palpable como la descrita en esta novela en lugar de hacerlo en un mundo fant¨¢stico. Porque en esta realidad, que todos nosotros pateamos a diario yendo y viniendo del trabajo o de donde sea, ese objeto brillar¨¢ a¨²n m¨¢s, se har¨¢ m¨¢s deseable, m¨¢s tentador. La autora nos ancla muy bien en el suelo a trav¨¦s de un torrente de detalles que nos hacen ver la ropa de los personajes, que nos sit¨²a en un plano perfectamente trazado de Madrid, en lugares en que hemos estado alguna vez, por lo que uno no tiene m¨¢s remedio que creerse que la trepidante y arriesgada aventura de Dor¨®n en busca del libro es verdad. Y lo m¨¢s importante, est¨¢ escrito con naturalidad, recoge el habla de la calle sin forzarla ni subrayarla. Incluso en el primer cap¨ªtulo centrado en el siglo XVII en Toledo ("En 1647 Toledo era el centro del saber m¨¢gico, incluso a la magia se la llamaba ciencia toledana"), los personajes no tratan de imitar el lenguaje de la ¨¦poca sino que se da la sensaci¨®n de c¨®mo se hablaba entonces. Pero tambi¨¦n a trav¨¦s de los detalles nos zambullimos en las costumbres de una familia jud¨ªa, en la historia del juda¨ªsmo y en sus ritos religiosos. Porque en el fondo es una historia sobre la identidad, la represi¨®n, la censura y sobre la perversi¨®n humana, que no conoce fronteras espaciales ni temporales.
Y desde luego es una novela muy de Madrid escrita por una mexicana que nos ve as¨ª: "A los madrile?os les encanta el sol, no pueden negarlo, aun en los d¨ªas fr¨ªos si tienen luz se convierten en seres radiantes, aparecen las corbatas de colores llamativos y brotan los chaquetones rojo fuerte, verde prado. Este a?o se llevaban con el cuello levantado al m¨¢s puro estilo Audrey Hepburn". O: "Madrid es una ciudad donde la semana tiene siete d¨ªas y 10 noches, un lugar donde pueden conjugarse y llevarse en armon¨ªa desde el ambiente m¨¢s cool hasta el m¨¢s freaky".
Escribiendo, escribiendo, me doy cuenta de que ya no hay espacio para hablar de la otra novela, lo har¨¦ el pr¨®ximo d¨ªa.
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