Vargas Llosa imparte su magisterio
El autor de 'Conversaci¨®n en la catedral' defiende el compromiso social, ¨¦tico y pol¨ªtico del escritor y muestra sus recelos ante la mera "literatura espect¨¢culo"
Puede que cada novela tenga su ¨¦poca o, lo que es m¨¢s, cada ¨¦poca, su novela. Pero si hoy existe alguien en el panorama de las letras universales que escribe con la ambici¨®n de trascender el tiempo y el espacio se llama Mario Vargas Llosa. Ayer, en Santillana del Mar, ese pueblo que parece haber detenido en sus tripas la historia, el escritor hispanoperuano esgrimi¨® su personal¨ªsimo manual de t¨¦cnica literaria. Fue en la apertura de las jornadas Lecciones y maestros -organizadas por la Fundaci¨®n Santillana y la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo (UIMP)-, en las que tambi¨¦n participan Javier Mar¨ªas y Arturo P¨¦rez-Reverte. Un foro perfecto para que Vargas Llosa certificara el sello de una nueva era: "La de la novela como entretenimiento y espect¨¢culo frente a la del compromiso".
"Me resisto a creer que la novela sea s¨®lo diversi¨®n y entretenimiento"
Flaubert, dijo, le ense?¨® que los libros son "una manera de vivir"
Los 20 poemas de amor de Pablo Neruda despertaron en ¨¦l los picores del pecado y la fascinaci¨®n por las palabras prohibidas. A?os despu¨¦s, Madame Bovary le salv¨® la vida. Lo record¨® en una brillante presentaci¨®n V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, director de la Real Academia Espa?ola (RAE) despu¨¦s de que Ignacio Polanco, presidente del Grupo PRISA, y Salvador Ord¨®?ez, rector de la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo (UIMP), inauguraran las jornadas que tuvieron ayer como protagonista a Mario Vargas Llosa.
Pero el autor de La ciudad y los perros supo tambi¨¦n aferrarse a otros paraca¨ªdas. Por ejemplo, G¨®ngora le acompa?¨® cuando el demonio quiso tentarle con la conquista de Per¨² como candidato a presidente. Fue algo que abandon¨® para bien de la literatura sin la m¨¢s m¨ªnima frustraci¨®n. Resultaba un desv¨ªo hasta l¨®gico para alguien que desde muy temprano hab¨ªa descubierto "la fuerza contestataria de la palabra", como certific¨® Garc¨ªa de la Concha.
Pero eso es algo que Mario Vargas Llosa no ha abandonado jam¨¢s. Aunque los tiempos que corren le hagan sentirse ahora como un narrador de otra ¨¦poca: "Incluso aquellas aspiraciones suenan ahora ingenuas y pretenciosas". Parece resignado a admitir que hoy la novela ha cedido a otro terreno ajeno al compromiso. Los ideales que empujaban a aquel joven escritor salido de Lima en pleno torbellino del Par¨ªs iluminado por Jean- Paul Sartre y Albert Camus han desaparecido. Sencillamente, las prioridades han cambiado. Esto no es ni bueno ni malo. No lo juzga Vargas Llosa como una plaga. Si existe alguien sin prejuicios en un mundo de facciones como la literatura, capaces de pasarse por las armas de la est¨¦tica, es ¨¦l. Lo mismo sabe apreciar Mario Vargas Llosa las mieles de G¨®ngora que los caramelos de Cor¨ªn Tellado, como tambi¨¦n apunt¨® Garc¨ªa de la Concha.
Hoy, la novela, dice el autor de La fiesta del Chivo, "es diversi¨®n y entretenimiento". Bien. Pero Vargas Llosa no se conforma con tan poco. "Me resisto a creer que s¨®lo sea eso", dec¨ªa ayer en Santillana del Mar. "La obra maestra deja siempre un poso, un sedimento en la memoria que despu¨¦s se activa en la conciencia de cada lector", precisaba el escritor.
Nos colma de otras vidas. Nos hace so?ar otras muertes. "Nos ayuda a vivir. Nos llena los vac¨ªos, las insuficiencias". Y nos hace libres: "Expresa como nada la libertad humana. Nunca nada fue capaz de aplacar los anhelos de los seres humanos, sus deseos y sus sue?os como la literatura. Su actitud cr¨ªtica es motor de progreso y civilizaci¨®n. Es, como me ense?¨® Flaubert, una manera de vivir".
No fue lo ¨²nico que aport¨® el creador de Emma Bovary al chico que se enamor¨® de la t¨ªa Julia, y de la ni?a mala. Tambi¨¦n le contagi¨® testarudez para rebelarse contra sus limitaciones. "Supo llenar una ausencia de talento con perseverancia. El autor que no ten¨ªa facilidad para escribir convirti¨® lo elemental en algo genial. Madame Bovary surge de una lucha obstinada, enloquecida. Cinco a?os de trabajo para crear algo original, sometido a una autocr¨ªtica implacable, a la b¨²squeda de la palabra justa".
Esa terca ansia de superaci¨®n fue su mayor descubrimiento en Flaubert. Aunque en las obras de Vargas Llosa existe una preocupaci¨®n formal tan ambiciosa que espanta a todo ornamento como la peste. El relato que fluye y supera con su poder la propia esclavitud de un estilo es algo muy meditado. Algo que le convierte en un aut¨¦ntico maestro. En la utilizaci¨®n de la estructura, del tiempo. "Todo lo necesario para que una historia est¨¦ bien contada, una historia que debemos intentar que el lector viva, que anule la distancia entre lo escrito y ¨¦l mismo, que eclipse las palabras para que s¨®lo queden los hechos, los paisajes, la realidad".
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