No todo es Modric
Croacia, con un ramillete de buenos futbolistas, culmina la primera fase con otro triunfo y despide a Polonia
No es que Polonia llegase a Austria haciendo ruido, pero se fue en medio de un silencio sepulcral. El colectivo de Beenhakker, que se hab¨ªa permitido el lujo de quedar por delante de Portugal en la fase clasificatoria, dejando fuera a selecciones como B¨¦lgica o la Serbia de Clemente, alimentaba una cierta esperanza por su mezcla de veteran¨ªa y juventud y la experiencia del holand¨¦s errante que les dirige desde el banquillo. Ser¨¢ en otro campeonato. De ¨¦ste se despidi¨® con una derrota ante la Croacia B, que puso mucho m¨¢s en la balanza de la victoria. La motivaci¨®n de los suplentes croatas por convencer a su t¨¦cnico, el estridente Bilic, pareci¨® mucho mayor que las ganas de los polacos por hacer la parte que les correspond¨ªa del milagro de la clasificaci¨®n: deb¨ªan ganar (y perdieron) y que perdiera Alemania (que gan¨®).
Polonia nunca crey¨® en el milagro. O al menos lo pareci¨®. Lewandoski, su presunto l¨ªder, anduvo por el campo son¨¢mbulo hasta que Beenhakker, en el descanso, debi¨® mandarlo a dormir. Guerreiro, el alma brasile?a de Polonia, se aisl¨® en terreno de nadie para dar un par de pinceladas, como dos r¨²bricas de su calidad (una pudo significar el empate).
Borrada Polonia, el partido fue de Pranjic, el lateral del Heerenveen, que a las condiciones t¨¦cnicas del f¨²tbol balc¨¢nico a?adi¨® el poderoso genio holand¨¦s. Pranjic arras¨® la banda izquierda, dispar¨®, defendi¨® y asisti¨® en numerosas ocasiones a sus delanteros. Una de ellas la caz¨® Klasnic para batir a Boruc.
Rakitic y Klasnic pudieron siempre con la defensa polaca, aunque el gol tuviera una pizca de casualidad. Klasnic, que cruzaba en horizontal el ¨¢rea, choc¨® con un defensa, se fue al suelo, se levant¨® en vez de protestar, Pranjic le esper¨® para cederle el pase, que era lo mismo que cederle el gol.
Ven¨ªa a ser el premio al trabajo bien hecho de dos tipos de alto nivel. Ambos, junto a Rakitic, jugaron a placer, con una velocidad endiablada que nunca supieron frenar los defensas polacos, con tendencia natural al inmovilismo.
No es que el gol acabara con el sue?o de Polonia a la media hora de partido. O que poco despu¨¦s Alemania marcara ante Austria el tanto que le ahuyentaba los ¨²ltimos fantasmas. El equipo de Beenhakker siempre estuvo muy despierto, es decir, al tanto de que la empresa le ven¨ªa demasiado grande. La fase final le vino grande, aunque su fase clasificatoria anuncia, quiz¨¢s, un futuro m¨¢s prometedor
Ya con todo perdido, la segunda parte permiti¨® que Polonia dejase algunas tarjetas de visita. Pudo empatar Guerreiro, en dos ocasiones. Smolarek, que entr¨® en la segunda mitad, se fabric¨® una jugada y dispar¨® fuerte, pero alto. A¨²n as¨ª le costaba llegar al ¨¢rea de Croacia, que no baj¨® de velocidad, siempre con muchos reservas sobre el c¨¦sped. Polonia no domin¨® ese tramo del partido, pero al menos existi¨®, cuando ya s¨®lo apelaba a la dignidad de no marcharse del torneo con un punto y un gol como ¨²nico balance. Lo tuvo en su bota Zahorski, mano a mano con el portero Runje, pero esper¨® tanto, tard¨® tanto, que deber¨¢ aguardar a otro campeonato para anotarlo.
Exultante, Croacia accede a los cuartos de final (donde le espera la indescriptible selecci¨®n de Turqu¨ªa), con tres triunfos en tres partidos, un juego m¨¢s que aceptable y un ramillete de buenos futbolistas. No todo es Modric en Croacia. Pranjic reclama su hornacina. Y los buenos laterales zurdos no abundan.
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