Freno a las bacterias de hospital
En 2009 entrar¨¢ en acci¨®n el primer plan nacional contra este problema sanitario
Las infecciones hospitalarias o nosocomiales, como se conocen en la jerga m¨¦dica, afectan a un 8% de los pacientes ingresados. El porcentaje sube al 30% en los enfermos en UCI o de especial gravedad. Este problema sanitario, que ocasiona una elevada mortalidad adem¨¢s de cuantiosos gastos al sistema, no cuenta hasta la fecha con ning¨²n plan global para combatirlo. Pero esta situaci¨®n cambiar¨¢ en 2009, cuando Espa?a se convierta en el primer pa¨ªs del mundo en implantar un programa nacional dirigido a reducir un tipo concreto de infecciones hospitalarias, las bacteriemias (bacterias en la sangre) asociadas al uso de cat¨¦ter.
El estudio piloto ha reducido a la mitad las infecciones en s¨®lo tres meses
La OMS utilizar¨¢ el modelo espa?ol en aquellos pa¨ªses que lo soliciten
El proyecto, promovido por la Sociedad Espa?ola de Medicina Intensiva, Cr¨ªtica y Unidades Coronarias (Semicyuc), el Ministerio de Sanidad y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), evitar¨¢ este tipo de infecciones. Tras un primer estudio piloto, realizado durante tres meses en unidades de cuidados intensivos (UCI) de Andaluc¨ªa, Catalu?a y Castilla y Le¨®n, con resultados positivos, se ha previsto que se implante en toda Espa?a en enero de 2009. Cuando el programa se haya estandarizado y protocolizado en Espa?a, la OMS lo utilizar¨¢ en los pa¨ªses que as¨ª lo deseen.
Un 10% de los pacientes que emplean los servicios sanitarios sufre alg¨²n tipo de efecto secundario relacionado con la atenci¨®n prestada. Seg¨²n los datos del Estudio Nacional de Efectos Adversos (Eneas), la mitad de estas secuelas, que est¨¢n relacionadas con la medicaci¨®n, las infecciones asociadas al hospital o los procedimientos quir¨²rgicos, son prevenibles. En este sentido, se sabe que las infecciones hospitalarias constituyen uno de los desaf¨ªos m¨¢s graves que deben afrontar los centros sanitarios. El estudio Epine 2007, que analiza peri¨®dicamente m¨¢s de 55.000 historias cl¨ªnicas de toda Espa?a, mostraba que se est¨¢ produciendo un preocupante repunte. Si en 2005 hab¨ªa una tasa de infecciones hospitalarias del 6,9%, en 2007 ascend¨ªa ya al 7,9%.
Uno de los ¨¢mbitos hospitalarios m¨¢s castigados por los efectos adversos lo constituyen las UCI. Las infecciones m¨¢s frecuentes, seg¨²n el Estudio Nacional de Vigilancia de Infecci¨®n Nosocomial 2005 (ENVIN), son las neumon¨ªas relacionadas con ventilaci¨®n mec¨¢nica o asistida, la infecci¨®n urinaria relacionada con sonda uretral, las bacteriemias primarias y las bacteriemias secundarias por cat¨¦ter.
Los pacientes ingresados en dichas ¨¢reas son fr¨¢giles, han sido tratados previamente con antibi¨®ticos y est¨¢n sometidos a muchas intervenciones diarias; se calcula, dice Mercedes Palomar, del hospital Vall d'Hebron de Barcelona, que a los pacientes en cr¨ªticos se les somete a una media de 174 al d¨ªa, lo que hace que "la posibilidad de error sea mayor que en otras ¨¢reas". Aun as¨ª, la mortalidad en las UCI es inferior al 20%.
En cualquier caso, eliminar o reducir las infecciones hospitalarias o nosocomiales es uno de los objetivos que persiguen tanto los profesionales sanitarios como las administraciones p¨²blicas nacionales e internacionales. As¨ª lo reconoce incluso la OMS a trav¨¦s de la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente, un proyecto que, entre otros objetivos, quiere reducir la incidencia de efectos adversos sobre la poblaci¨®n.
Fruto de este inter¨¦s se ha desarrollado el estudio piloto promovido por la Semicyuc cuyos resultados parecen demostrar que, "siguiendo un protocolo basado en una serie de normas", es posible reducir un tipo de infecci¨®n nosocomial muy prevalente, como son las bacteriemias asociadas a la utilizaci¨®n de cat¨¦teres.
Gracias al modelo desarrollado por Peter Pronovost, de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos, este estudio piloto, coordinado por Mercedes Palomar, ha logrado en tres meses reducir la tasa de bacteriemia por cat¨¦ter "a la mitad". Y s¨®lo poniendo en pr¨¢ctica el mismo protocolo que aplic¨® Pronovost en 103 UCI del Estado de Michigan, basado en una serie de medidas o check-list "muy sencillas y sistem¨¢ticas", previas a la colocaci¨®n de un cat¨¦ter: higienizar bien las manos antes del procedimiento, desinfectar la piel con chlorhexidina, evitar las zonas femorales (son las que m¨¢s riesgo de infecci¨®n tienen), retirar las v¨ªas innecesarias y usar medidas de barrera m¨¢ximas. El trabajo, publicado en la revista The New England Journal of Medicine (NEJM), logr¨® reducir la tasa de infecci¨®n en m¨¢s del 65% en 18 meses.
El protocolo persigue la seguridad, "hacerlo todo perfecto", afirma Mar¨ªa Jes¨²s L¨®pez Pueyo, del hospital General Yag¨¹e de Burgos y coordinadora del estudio en Castilla y Le¨®n. Se trata, apunta la doctora Palomar, de formar equipos "de seguridad" en el que intervengan tanto la enfermer¨ªa como los m¨¦dicos. En las UCI, dice L¨®pez Pueyo, hay que cuidar el m¨ªnimo detalle, porque se trabaja en un "ambiente complicado".
El paso siguiente es implantar este protocolo en todo el territorio nacional. La fecha prevista, una vez validado por el Ministerio de Sanidad y la Alianza para la Seguridad del Paciente, ser¨¢ enero de 2009, confirma Enrique Terol, subdirector general de la Oficina de Planificaci¨®n y Calidad del ministerio. Financiando en parte con los 50 millones de euros del Plan de Calidad de Sanidad, el proyecto cuenta de momento con el apoyo de 10 comunidades aut¨®nomas y muchas otras han solicitado participar en ¨¦l. "Esperamos implicar en el proyecto a 80 o 100 UCI de todo el territorio nacional", asegura Terol.
Tanto Terol como Mercedes Palomar destacan que se trata de medidas "sencillas" y no de "complicados sistemas tecnol¨®gicos". El sistema sanitario espa?ol es muy complejo y, por unos u otros motivos, "se colapsa", apunta Terol. Por eso, son precisamente acciones simples y sistem¨¢ticas, "como las que se proponen en el check-list", las que pueden mejorar la eficiencia de la intervenci¨®n sanitaria. Propuestas tan simples como promover la pr¨¢ctica de manos limpias en los centros hospitalarios como medida de higiene para prevenirlas infecciones nosocomiales algo que, aunque muy de sentido com¨²n, "s¨®lo se cumple en menos de un 50% de los centros".
Los promotores del programa consideran que una vez que se logren controlar las bacteriemias por cat¨¦ter se podr¨ªa hacer algo similar con otro tipo de infecciones nosocomiales en las unidades de cr¨ªticos, como son las neumon¨ªas asociadas a ventilaci¨®n mec¨¢nica.
Las bacteriemias, explica Rafael Sierra, del hospital Universitario de C¨¢diz, son las infecciones m¨¢s f¨¢ciles de controlar. "El paso siguiente ser¨¢s las dem¨¢s infecciones en UCI", apunta Sierra, coordinador del proyecto en Andaluc¨ªa. Adem¨¢s, como efecto "secundario" del programa piloto, y de la campa?a de manos limpias, se reduce la incidencia de estas otras infecciones. Enrique Terol va m¨¢s lejos y cree que el programa ha de ser m¨¢s expansivo y extenderlo a otros ¨¢mbitos hospitalarios, como las intervenciones quir¨²rgicas.
Por una cultura de la seguridad
La seguridad del paciente no s¨®lo est¨¢ asociada con las infecciones hospitalarias. Los errores relacionados con la medicaci¨®n y los procedimientos quir¨²rgicos tambi¨¦n causan efectos adversos, reconoce Enrique Terol, del Ministerio de Sanidad. As¨ª lo demuestran los datos del proyecto SYREC (Seguridad y Riesgo en el Enfermo Cr¨ªtico). Este estudio, realizado por la Semicyuc y financiado por el ministerio, tiene como objetivo conocer el enorme elenco de efectos adversos que pueden darse en una UCI.
Para conocerlos se llev¨® a cabo un ensayo observacional, coordinado por Paz Merino, el 22 de marzo de 2007 durante 24 horas. Participaron 79 UCI de toda Espa?a, en las que estaban ingresados 1.017 pacientes. El 58% de ¨¦stos estuvieron afectados por un total de 1.424 sucesos adversos. Los errores relacionados con la medicaci¨®n fueron los m¨¢s frecuentes, con un 24,6%.
"Hay que tener en cuenta que el enfermo cr¨ªtico recibe el doble de f¨¢rmacos que cualquier otro paciente, administr¨¢ndose muchos de ellos por v¨ªa intravenosa", dice Merino, del hospital Can Misses de Ibiza. "Los problemas de seguridad son relativamente frecuentes en las UCI y, en gran parte, evitables", a?ade.
Y por eso es importante identificarlos. Una vez se haga, "se establecer¨¢n recomendaciones y alertas con el fin de prevenirlos, incidiendo en la creaci¨®n de una cultura de seguridad que promueva la participaci¨®n de los profesionales mediante su entrenamiento, su motivaci¨®n y su concienciaci¨®n", dice Merino. Y eso es algo por lo que tambi¨¦n est¨¢ trabajando el Ministerio de Sanidad, afirma Terol.
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