Un espect¨¢culo sugerente

"La soledad no es c¨®moda. Ciertos d¨ªas, o ciertas noches, se dice que no hay nada mejor que la soledad. Pero hay d¨ªas y noches en los que la soledad es casi insoportable", dijo en cierta ocasi¨®n Marlene Dietrich. De soledades y deseos, del tiempo que pasa y la inmortalidad trata El caso Makropulos, octava y pen¨²ltima ¨®pera de Leos Jan¨¢cek, con libreto del compositor a partir de una historia de Karel Capek, uno de los tres autores m¨¢s importantes de la literatura checa antes de la II Guerra Mundial, junto a Franz Kafka y Jaroslav Hasek, y me temo que hoy bastante olvidado salvo en su tierra natal. El music¨®logo checo Vanda Prochaska recordaba hace un a?o que si Kafka se describ¨ªa a s¨ª mismo como "nada m¨¢s que la literatura", al referirse a Capek habr¨ªa que matizar "todo, m¨¢s la literatura".

El caso Makropulos es, en cierto modo, una ¨®pera filos¨®fica que se plantea los problemas eternos del ser humano a trav¨¦s de un texto de misterio y con la expresividad de una m¨²sica colosal que profundiza en lo inexplicable all¨ª donde las palabras no llegan. El Real ha recurrido al director de escena polaco Krzysztof Warlikowski y su inseparable escen¨®grafa y figurinista Malgorzata Szczesniak, pareja "de moda" en los circuitos europeos l¨ªricos m¨¢s avanzados por su c¨®digo ling¨¹¨ªstico inconfundible y su mirada siempre novedosa e inquietante.

Inteligente y po¨¦tica, la puesta en escena de Warlikowski se une a la estupenda direcci¨®n musical de Paul Daniel, al frente de una entonada Sinf¨®nica de Madrid, y a un reparto equilibrado y coherente en el que destaca la imponente soprano dram¨¢tica alemana Angela Denoke. Las representaciones de El caso Makropulos son un ejemplo de ¨®pera total, esa utop¨ªa tan rara de lograr en la que coinciden un reparto vocal impecable, una orquesta en su sitio y una direcci¨®n teatral que a?ade a la m¨²sica cauces de reflexi¨®n y sugerencia. Desde esta perspectiva se sit¨²an como uno de los momentos estelares de la temporada l¨ªrica madrile?a.